Umbrella

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Ah, estaba nevando, eso explicaba porque todos en el instituto se habían apresurado a irse a sus casas en cuanto las clases habían terminado, sin embargo él había decidido quedarse a terminar con lo que había estado haciendo, era algo que no podía hacer en casa puesto que ahí siempre estaba…

-¡Yuri!- una tenue sonrisa apareció en los labios del mencionado cuando escuchó esa voz antes de que volteara a ver al hombre que se acercaba corriendo, usaba un paraguas para evitar que la nieve lo mojara y en su otra mano llevaba otro paraguas, presumiblemente para dárselo a él.

Yuri no pudo evitar quejarse internamente ante eso, ¿porqué Yuto había decidido ser lo suficientemente bueno como para traerle un paraguas cuando había olvidado el suyo y ser lo suficientemente malo como para no pensar en lo romántico que sería el que ambos caminaran bajo el mismo paraguas? A veces el hombre era demasiado denso.

-Lo siento si me tardé- se disculpó Yuto en cuanto llegó frente a él, podía darse cuenta de que Yuri había estado ya un tiempo esperando pues tenía nieve acumulada en sus hombros y cabello.

-Está bien- contestó Yuri con una media sonrisa -Lo importante es que viniste- dijo extendiendo su mano para que el hombre le entregara el paraguas que llevaba cerrado, no podía reclamarle, no cuando veía que Yuto se había apresurado a ir por él apenas llegar a casa, ni siquiera había tenido el tiempo para cambiarse de ropa, aún llevaba el traje formal que usaba en la oficina y se veía malditamente guapo con el.

-Ah si, sobre eso- dijo Yuto apartando la mirada, sus mejillas un poco sonrojadas, quizás por el frío del ambiente -El paraguas extra que traje… no funciona-

Yuri arqueó una ceja con intriga mientras una leve sonrisa se formaba en sus labios -¿Ah si? ¿por qué trajiste un paraguas que no funciona?- preguntó casi inocentemente, reconocía el paraguas, funcionaba perfectamente hace un par de días.

Yuto negó -Eso no es importante- dijo mientras se estremecía un poco, el clima estaba haciéndose un poco más frío, haciendo que aumentara el color en las mejillas y nariz del hombre de ojos grises.

-¿Quieres que compartamos un paraguas, Yuto?- preguntó Yuri MUY interesado, el paraguas funcionaba perfectamente, estaba seguro de ello, pero si Yuto estaba mintiendo para que ellos fueran juntos uno al lado del otro bajo el paraguas entonces… entonces podía significar que sus esperanzas en tener algo con el guapo hombre no habían sido en vano.

Yuto apartó la mirada pero asintió -C-creo que sería lo mejor- contestó.

Yuri lo observó con atención por un par de momentos y entonces pudo darse cuenta de que el sonrojo en las mejillas del hombre no era por el frío, sino porque estaba avergonzado.

Una amplia sonrisa se extendió en los labios de Yuri, Yuto estaba mintiendo, el que no quisiera mirarlo a los ojos era prueba suficiente pero el que estuviera también avergonzado quería decir que sabía que lo que decía sobre el paraguas era una mentira descarada. Yuri nunca antes había sido tan feliz porque alguien le mintiera.

-¿Yuri?- preguntó Yuto observando por fin al chico cuando éste se puso a buscar algo en su maletín, no tuvo que esperar mucho tiempo para saberlo puesto que Yuri se enderezó y rápidamente le colocó algo alrededor del cuello -¿una bufanda?- preguntó.

Ahora fue el turno de Yuri de lucir apenado, había estado tejiendo esa bufanda por días al terminar el instituto, esperaba tenerla lista para los días más fríos de invierno pues sabía cuánto le afectaba el frío a las mejillas del hombre que le gustaba, se alegró que por esa ocasión el color de las mejillas de Yuto no se debiera al frío.

-E-Es un regalo, no queremos que te resfríes ¿verdad? si no no podrás cuidar de mí como se debe- dijo Yuri sonriendo al final, Yuto no podía negar lo angelical que se veía pues el chico de ojos color rosas rara vez sonreía con tal sinceridad.

-Entonces será mejor que nos vayamos, no hay que estar más tiempo del necesario en éste frío- dijo Yuto sonriendo mientras le entregaba el paraguas “roto” a Yuri y tomaba la maleta de éste para que no cargara con el peso.

Yuri tomó el paraguas entre sus manos mientras echaba a andar al lado de Yuto, juntos debajo del paraguas que éste llevaba.

Cuando llegaron a la puerta de la casa que compartían Yuto se detuvo, Yuri de inmediato lo imitó y lo miró, sus ojos se abrieron con sorpresa cuando el hombre se inclinó y le dio un suave beso en los labios.

-Gracias- dijo Yuto llevando una de sus manos a la bufanda roja alrededor de su cuello, no era un idiota, había notado que el chico de ojos color rosa había estado escondiendo algo de él los últimos días, además de que era bastante llamativo el hilo de color rojo sobresaliente del maletín de Yuri cada vez que llegaba a casa. La bufanda había sido hecha a mano por el chico, eso lo hacía muy feliz, sin embargo por el momento un beso es lo único que podía darle como recompensa y agradecimiento al menor.

-N-No fue nada- contestó Yuri completamente sonrojado mientras desviaba la mirada, era tan hermoso.

Si, solo un par de años más y podría ser más que un beso.

My demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora