Ingenuo

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-Ne Yuri, ¿sucedió algo malo?- la voz de Yugo estaba teñida con preocupación cuando el chico se sentó a su lado.

Yuri negó sin embargo las lágrimas en el borde de sus ojos decían lo contrario. Yugo no entendía porque el lindo chico de ojos rosas le mentía tan descaradamente. Con una suave sonrisa llevó su mano al rostro del chico retirando con suavidad una gotita salada derramada por uno de esos bellos ojos rosados.

-Entonces debe de haber una gotera en este lugar- comentó Yugo llevando la lágrima a su boca lamiéndola -Mmm dulce-

Yuri apartó la mirada, un leve sonrojo apareciendo en sus mejillas por el atrevimiento de su compañero.

Se quedaron así por un momento en un silencio algo tenso.

-Escuché lo que hiciste el día de ayer- dijo Yuri rompiendo el silencio.

-¿Ah si?- dijo Yugo pareciendo no muy interesado en sus palabras mientras jugaba con un mechón del pelo de su compañero -Eran demasiado débiles, no fue ningún problema el eliminarlos-

Ante esas palabras Yuri apretó los puños, no le gustaba, no le gustaba para nada esa manera tan desinteresada de hablar por parte de su compañero. ¿Dónde había ido el cálido chico del que se había enamorado? No lo sabía y no había nada en el mundo que deseara más que recuperarlo.

Yugo había sido un cálido e ingenuo chico, algo torpe en realidad, pero a pesar de eso había logrado cautivar su cruel corazón. Sin embargo Yuri había cometido un gran error, se había negado a abandonar su misión en Academia a pesar de su amor por el chico de SYNCHRO.

En ese entonces el amor de Yugo había sido tan grande que había decidido dejarlo todo por seguir a su amado, ese había sido su segundo error, el no haber impedido que ese lindo chico entrara en las entrañas de la bestia.

Y era ese el motivo de su llanto, porque su amor dulce e inocente había sido corrompido por las oscuras ambiciones de Academia, la cruel cacería que Yugo había llevado a cabo el día anterior había sido la prueba más clara de todas.

-¿Te preocupa algo cariño?- preguntó Yugo antes de levantar con suavidad el rostro del chico de ojos rosas y depositar un suave beso en esos dulces labios que habían destilado tanto veneno en el pasado.

Yugo podría haber sido ingenuo en el pasado pero no era un idiota, sabía que Yuri lloraba por arrepentimiento, por haber presenciado en primera fila como el chico que amaba se volvía un ser tan o más cruel que él mismo. Eso estaba bien, había sido un cambio bastante interesante de presenciar.

Yuri se había negado a abandonar Academia, él había decido seguirlo y ahora era el chico de ojos rosas quien lloraba. Entendía porque, pero no era algo que pudiera remediar, no cuando se sentía muy bien de esa manera, se sentía tan… Libre.

Yuri negó, no había manera de que le dijera a Yugo la verdadera causa de sus lágrimas, debía de aprender a vivir con lo que había hecho.

Con eso en mente Yuri se abrazó a su pareja y lo besó, el sabor dulce seguía siendo el mismo, la calidez era la misma, pero Yugo no era él mismo... Sin embargo estaba seguro que mientras su amor no cambiara podría soportarlo… ¿Quién era el ingenuo ahora?

My demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora