Mimado

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La puerta se abrió con un ligero chirrido, pero eso no perturbó la lectura de cierto chico de ojos grises que se limitó a darle la vuelta a la página del libro en sus manos, por lo menos hasta que su mirada captó el andar de su homólogo dimensional de ojos carmesí.

-¿Yuya?- preguntó cuando lo vio más detenidamente, el rostro de su compañero lucía sumamente cansado.

-Hola Yuto- medio saludó Yuya mientras arrastraba los pies por la alfombra.

-¿Sucedió algo?- preguntó el homólogo de Exceed con preocupación mientras dejaba su libro a un lado.

Yuya se detuvo y negó con la cabeza antes de suspirar -solo estoy muy cansado, Reiji es imposible-

Yuto no pudo evitar hacer un leve puchero ante el nombre del hombre de ojos púrpuras, si, entendía muy bien de que hablaba su homólogo de péndulo, pero no había nada que pudieran hacer, había un contrato de duelos que cumplir.

Pensándolo así el chico de ojos grises se deslizó del sillón a la alfombra y se recargó antes de llamar la atención de su compañero de ojos carmesí -me haré cargo de la cena así que ven aquí-

Yuya lo miró y luego vio que su homólogo dimensional señalaba su regazo, una sonrisa instantánea apareció en sus labios y se apresuró a recostarse casi encima de su compañero, terminando con su cabeza sobre el brazo derecho de Yuto. El calor de su homólogo dimensional lo hizo suspirar con comodidad mientras cerraba los ojos.

Yuto no pudo evitar sonreír ante la expresión feliz de su compañero y sin darse cuenta movió su mano para comenzar a acariciar su cabeza obteniendo sonidos de aprobación de parte de Yuya.

-Ja ja ¿eres un gato?- preguntó el chico de ojos grises, casi parecía que su compañero estaba ronroneando.

Yuya abrió los ojos y sonrió aún más -de serlo sería más feliz-

-¿Ah si?- preguntó Yuto, divertido.

Yuya asintió cerrando los ojos de nuevo -si, no tendría que trabajar para Reiji y me dedicaría a dormir y beber leche caliente todos los días-

Yuto quiso reír ante lo absurdo de la idea pero se limitó a inclinarse sobre su compañero y depositar un suave beso en sus labios, logrando que Yuya lo mirara.

-No sé sobre Reiji pero te traeré un poco de leche caliente- dijo antes de moverse un poco con la intención de levantarse.

-¡No!- Yuya lo abrazó por la cintura impidiendo que se levantara -olvida lo de la leche quiero dormir abrazando a mi Yuto- se quejó.

Esta vez Yuto soltó una corta risa antes de quedarse quietecito para complacer a su pareja -tan mimado-

-pero así me quieres- contestó Yuya alegremente cerrando los ojos mientras se acomodaba de nuevo.

Yuto sonrió, nadie podría negar eso.

My demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora