Yuto no sabía exactamente donde se encontraba, en cualquier dirección que mirara no había nada más que oscuridad, ¿porqué estaba ahí? ¿Todo había terminado y finalmente su existencia había sido borrada?
-No estas muerto si eso quieres saber- esa voz, la reconocería en cualquier lado.
Se dio la vuelta y, en efecto, se encontró cara a cara con el hombre de cabello plata y ojos dorados.
-Zarc- dijo Yuto casi gruñendo mientras en su rostro se mostraba cierto enfado -¿qué demonios quieres?-
-Vamos, no es necesario que te exaltes así- contestó Zarc con una extraña sonrisa -solo vine a ver como se encontraba uno de mis queridos vestigios-
-No me vengas con eso- replicó Yuto -¿qué le hiciste a Yuya y a los demás?-
-Ah, entonces te enfadas por ellos, eres la clase de persona que se preocupa por otros- dijo Zarc siguiendo su propio guión.
-¡Contéstame!- exigió saber su vestigio.
-No he hecho nada, nada de lo que debas de preocuparte al menos- contestó Zarc encogiéndose de hombros.
Ante esas palabras pronto sintió un agarre en su cuello y se encontró con el rostro muy cercano del chico de ojos grises quien lo había tomado del cuello de su ropa y apretaba con fuerza, bastante fuerza de hecho. Sin embargo Zarc mantuvo la calma mientras que una sonrisa burlona se deslizaba en sus labios.
-¡Dime que hiciste con ellos!- ordenó Yuto
-Me intrigas Yuto- contestó Zarc sin hacer el más mínimo caso a las exigencias del chico -Me pregunto como reaccionarás dependiendo de lo que te diga ¿los maté acaso? ¿quizás los torturé? Dime, ¿cuál de ellas te causará la más interesante expresión?-
Yuto soltó a Zarc y se alejó -¿qué demonios pasa contigo?- preguntó desconcertado, las palabras del hombre le habían causado escalofríos.
-Esa es una buena expresión- dijo Zarc mientras reía -Me encanta-
Yuto sacudió la cabeza, no podía entenderlo.
-De verdad que me gusta esa expresión- dijo Zarc dejando de reír poco a poco, pronto la risa murió pero no así la sonrisa en el rostro del hombre, sin embargo iba acompañada de unos ojos calculadores que le causaron una sensación extraña ¿miedo?... quizás.
Antes de que supiera lo que estaba pasando Yuto fue empujado al suelo, Zarc colocado a cuatro encima suyo, sus manos inmovilizadas por las manos del hombre sujetando sus muñecas contra el piso.
-¿Pero qué…? Déjame ir- exigió Yuto luchando contra el agarre del mayor.
-¿Pero porque haría eso?- preguntó Zarc casi inocentemente -si nos estamos divirtiendo tanto-
Tonterías, Yuto no sabía qué demonios pretendía el hombre que lo inmovilizaba contra el suelo pero tampoco estaba seguro de querer saberlo, quizás lo que habían dicho era cierto, Zarc había perdido la cabeza hacía mucho tiempo.
-Vamos Yuto, vamos a divertirnos- dijo Zarc antes de inclinarse sobre su vestigio para lamer su mejilla, de inmediato el menor se estremeció y quiso alejarse pero el agarre del mayor era fuerte.
-Maldición- se quejó Yuto cuando el mayor no se detuvo y bajó más mordisqueando a lo largo de su cuello para luego succionar dejando marcas rojizas -detente- pidió esta vez, las acciones de Zarc estaban empezando a afectarle, su cuerpo reaccionaba, se estremecía sin control, corrientes eléctricas recorrían sus terminaciones nerviosas y no estaba seguro como eso lo hacía sentir.
Se trataba de Zarc, el hombre que había intentado destruirlo todo y lo había encerrado en ese oscuro lugar, y sin embargo las caricias en su cuello empezaban a hacerle sentir extrañamente bien, provocando una lucha entre su mente y su cuerpo.
Cerró los ojos intentando controlarse, sin embargo una mano alcanzó debajo de su camisa acariciando su abdomen provocándole más estremecimientos placenteros. Un pensamiento logró llegar a su mente, si la mano de Zarc estaba acariciando su cuerpo, ¿qué mantenía sus manos abajo? Abrió los ojos de golpe y miró hacía sus muñecas, se sobresaltó cuando vio que eran unas manos negras sobresaliendo del suelo las que lo mantenían sujeto.
-Pero qué bonita expresión- la voz se Zarc hizo que apartara la mirada de las manos negras mientras lentamente el miedo a saberse a merced del hombre penetraba en su mente -quiero ver más de ti, muéstrame más-
Yuto cerró entonces los ojos negándose a mirar esa sonrisa perversa y esos ojos dorados brillantes en malicia, escuchó el sonido de su camisa al ser rasgada antes de sentir las frías manos del mayor recorrer su pecho. Soltó un quejido cuando sintió la lengua del mayor lamer uno de sus pezones.
-Mmm es bueno- dijo Zarc antes de acercarse hasta que Yuto pudo sentir el cálido aliento del hombre en su rostro, para su desconcierto sintió entonces un beso en uno de sus párpados.
Abrió los ojos observando al mayor lamiendo sus labios -Me gusta más el sabor de tus lágrimas-
Yuto parpadeó, no se había dado cuenta de que había derramado un par de lágrimas -Quiero más Yuto- el brillo de la demencia apareció en esos ojos dorados -Dame más de ti-
El chico entonces no pudo evitar sentirse como una pequeña presa indefensa, el miedo se abrió paso dentro de él al ritmo que la oscuridad trepaba sobre los cuerpos de ambos cubriendo por completo el rostro de Zarc dejando ver solo esa sonrisa depredadora, iba a ser devorado.
“Tu me perteneces, Yuto”
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My demons
FanfictionHistorias cortas de diferentes parejas basadas en imágenes que me regalan o me encuentro por ahí. Yu gi oh pertenece a su respectivo creador, yo solo hago BL de sus personajes 😉