Pudor

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-Oye Yugo viste mi...- la pregunta de Yuto quedó incompleta cuando al abrir la puerta de la habitación del mencionado lo vio a punto de sacarse la parte superior de su traje de motociclista.

-¡¡Waaa!!- gritó Yugo volviendo a colocarse la ropa y sujetándola por delante con ambas manos para cubrirse -¿qué no te enseñaron a tocar?- preguntó avergonzado.

Ante esas palabras Yuto frunció el ceño antes de soltar -no es como si no te hubiera visto desnudo antes ¿sabes?- después de todo llevaban juntos bastante tiempo.

-Eso es diferente, yo no soy tan descarado como tu cuando sales del baño- contestó Yugo haciendo un pucherito mientras apartaba la vista.

Yuto no contestó de inmediato, se le quedó mirando con cara de "¿es en serio?" cualquiera salía desnudo de bañarse, solo que él, en lugar de llevar su ropa al baño para vestirse ahí mismo elegía solo salir con una toalla en la cintura y una en el cuello para secarse el pelo, muy al contrario de Yugo.

El tipo no se daba cuenta de que era más natural para la gente salir del baño con solo la toalla cuando se está solo en su propia casa, más aún cuando estaba en la casa que compartía con su pareja, no había nada que ocultar o por lo que avergonzarse sin embargo...

-Creo que no eres el más apropiado para hablar acerca de pudor- habló de repente Yuto cruzándose de brazos mientras fruncía el ceño de nuevo.

Ante esas palabras Yugo se descolocó -¿eh?- atinó a decir.

Yuto hizo un sonido como de burla -me lo imaginaba- dijo antes de descruzar sus brazos y acercarse a Yugo con un aura un tanto intimidante que hizo que retroceder al chico de ojos azules. Cuando menos se dio cuenta se encontraba arrinconado en contra de la pared con su compañero mucho muy cerca suyo.

-¿Yuto?- preguntó Yugo temblando un poco sin saber porque, estaba seguro de que su compañero jamás le haría daño, sin embargo toda la situación en si era algo inquietante y... excitante.

-Esto- dijo Yuto provocando más temblores en el cuerpo del chico de ojos azules cuando empezó a recorrer el muslo de éste con la punta de sus dedos -todo éste atuendo tuyo- llevó su mano por el costado hasta llegar a la altura de la cintura para luego llegar por la espalda y tomar la voluptuosa parte trasera de Yugo en su mano -no deja nada a la imaginación ¿sabes?-

Yugo, quien se sobresaltó un poco por el repentino agarre en su trasero no pudo evitar gemir un poco y sonrojarse más si era posible ¿qué es lo que estaba haciendo Yuto? Sabía que todo lo que dijera iba a llegar a algún punto pero en ese momento solo podía estar a la expectativa ante los toques de su compañero en su cuerpo.

-N-no sé a que te refieres- tartamudeó en respuesta Yugo de unos momentos provocando una sonrisa satisfecha en los labios de Yuto mientras la mano de éste daba más apretones a su parte trasera, sabía cuánto le encantaba a su pareja jugar con sus "encantos" posteriores.

-Claro que lo sabes, lo sabes muy bien- dijo Yuto sonriendo de una manera provocativa, Yugo fue capaz de ver la lujuria ardiendo en el fondo de esos mares de color gris que eran los ojos de su pareja.

Estaba tan perdido en esas profundidades que no se dio cuenta donde se encontraban las manos de Yuto hasta que fue demasiado tarde, de un solo movimiento fue despojado de la parte superior de su traje quedando éste colgando en su cintura.

-¡YUTO!- gritó Yugo avergonzado cruzando sus brazos sobre su pecho para cubrir sus pezoncitos.

El mencionado solo soltó una risa baja antes de mirarlo con una intensidad que pareció que mar directo en su alma. Yugo tragó con fuerza cuando su compañero se inclinó sobre él llegando a estar a solo unos centímetros de sus labios.

-Mira cuánto descaro, sin camisa debajo, no cabe duda de que todo ese atuendo tuyo no es más que una completa invitación para cualquiera que te vea ¿no es verdad?- susurró Yuto antes de darle una provocativa lamida a los labios de su chico.

No le sorprendió que Yugo empezara a negar con la cabeza, claro que no, su chico era tan inocente como para hacerlo, tan inconsciente de lo que ese atuendo pegado de motorista provocaba en todos a su alrededor, sobretodo en él como su pareja.

Desde el momento en el que se habían vuelto pareja ese traje blanco se había convertido en una bendición tanto como una maldición pues podía admirar el voluptuoso y tentador cuerpo que ahora le pertenecía, y, a la vez, tenía que luchar todo el tiempo consigo mismo para no golpear a todo aquel que se atrevía a comérselo con los ojos.

-Yuto... yo... - la temblorosa vocecita de su pareja provocó una sensual sonrisa en los labios del chico de ojos grises antes de que se inclinara y lamiera un costado del cuello del chico de ojos azules quien soltó un erótico gemido por las sensaciones que le provocó en una de sus zonas más sensibles.

-En realidad es una pena para ellos- susurró Yuto colando sus manos por la parte de atrás del traje de Yugo sujetando los suaves y generosos montes de su compañero de una manera muy posesiva -ya que, todo esto- apretó un poco más su cuerpo contra el otro -me pertenece solo a mí- terminó de declarar antes de tomar los labios ajenos en un beso lleno de lujuria, pasión y posesión, pero, por sobre todo, estaba lleno de amor.

My demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora