Capítulo XI: El Hombre Con Dos Identidades

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20 de Septiembre de 2019 


Tal como acordé con Neny, nos reunimos al siguiente día en el departamento de Ysabel para hablar sobre mi presentación en el evento próximo, le abrí la puerta cuando escuché el timbre y la invité a tomar asiento, ella es un poco penosa en casas ajenas, así que me costó un poco hacer que se sentara – Ahora es más difícil hablar contigo – Dijo Neny sarcásticamente – No estoy viviendo aquí si es lo que piensas – dije – solo estoy pasando algunos días con mi bella novia – Ella me miraba incrédulamente – Lo dices con tanto orgullo – dijo bromeando – Pues sí, un poco – le seguí la broma, luego me reí y proseguí – Ysabel es lo mejor de lo mejor – Antes de que pudiera seguir hablando, Neny me interrumpió – No vine a hablar de tu vida amorosa, Andrés – Hizo una breve pausa y prosiguió muy seriamente tras aclarar su garganta – El gobernador te está contratando por una suma de 6.000$ – Cuando Neny dijo aquella cifra tan elevada, me sorprendí demasiado, estaba tomando agua y me ahogué con ella, y luego le dije muy sorprendido – ¿C-cuánto? – Ella seguía muy seria – Tal como lo escuchaste, serás quién cierre el evento, es una buena oportunidad para hacer contactos – dijo – Lo sé – le respondí mientras tosía por el agua – Cerrarás con dos canciones, ese es el trato – Finalizó.

Aún seguía sorprendido por mi fichaje – ¿Por qué tanto dinero? – pregunté – Debe de pensar que ya tenías mucha reputación, y que tu nombre atraería más gente, estamos en víspera de elecciones, ese hombre está derrochando dinero y hay que aprovecharlo – dijo ella con mucha emoción, a Neny le encantaba el dinero, no a tal punto como a Salomón, pero le encantaba, luego de que ella me dijera eso, me puse serio – Neny, necesito un favor tuyo – inmediatamente tras mis palabras, ella recupero su seriedad – ¿Cuál? – preguntó muy extrañada – Salomón Gutiérrez, está metido en algo muy raro, mi sexto sentido para las personas me lo dice, está alertándome de él – dije muy seriamente sin apartar mi mirada de la suya – ¿Qué necesitas exactamente que haga? – preguntó – Investígalo... Él podía perfectamente haberse hecho pasar por mi representante y quedarse con el dinero del evento para luego hacer cualquier cosa – Le dije, tragué saliva y proseguí – Me da mala espina ese señor, puede ser un estafador – Haré lo que pueda – respondió mi prima – ¿Qué días serán los ensayos? – Pregunté – Serán los dos días antes del evento – Tras sus palabras bebió agua.

Ysabel entró al comedor muy emocionada – ¡Amor! – exclamó – Bailaré en el evento al que vas – Después de sus palabras, ella se percató de la presencia de Neny – Hola, Neny, ¿Cómo estás? – Bien, no preguntaré por ti, por lo visto estás demasiado bien – Respondió Neny viendo lo alegre que estaba Ysabel – Estaremos juntos – Dijo Ysabel y luego me abrazó – Neny comenzó a sentirse incómoda, lo noté en su movimiento corporal – Bueno, Andrés, nos vemos en los ensayos, haré todo lo que pueda por ti – Decía mientras recogía su cartera – Está bien – dije para despedirla, acto seguido le abrí la puerta y la vi marchase en su auto.

Ysabel notó que yo andaba raro y me preguntó muy preocupada – ¿Qué te ocurre? – La miré y le respondí – Nada, ¿Por qué lo preguntas? – Se cruzó de brazos – Estás extraño – me respondió, la miré fijamente, no quería decirle que tenía problemas con Salomón – No te preocupes, es solo que no pude dormir anoche – Le dije mientras me desplazaba del comedor a la habitación para buscar mis cosas, mientras me colocaba el pantalón le volví a dirigir la palabra a mi bella musa – Volveré más tarde, iré a reunirme con los muchachos para bajarles la información que me dio Neny – Ella se detuvo en la puerta de su habitación y preguntó – ¿No puedes hacerlo por teléfono? – yo la miré, y ella, sin yo decirle palabra alguna, supo lo que quería decirle – Ya sé, ya sé, siempre me lo dices, esto prefieres hacerlo en persona – Le sonreí, la abracé y le susurré al oído – Te amo – luego de eso le arrebaté un beso en sus dulces labios, y ella me robó otro, la tiré en la cama y comencé a hacerle cosquillas, ella gritaba "¡Basta, Basta! ¡Ya no aguanto!", paré por un segundo, y luego continué, hasta que llegó el momento en el que definitivamente me detuve y le di un último beso para terminar de vestirme, mientras me colocaba los zapatos, ella estaba pegada a mi espalda, abrazándome, todavía vestía su pijama Azul Rey, cuando me dispuse a ponerme la camisa, ella me abrazó más fuerte y luego me soltó y se tiró sobre la cama y me dijo con mucha pereza – Apaga la luz cuando salgas – mientras bostezaba, y así lo hice, antes de salir del departamento, le envié un mensaje a Cristofer que decía "Veámonos al frente de la disquera, dentro de Una Hora y Media, vete en Taxi, yo te lo pago, lleva ropa negra".

La Melodía del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora