La Melodía del Amor

Capítulo XVIII: La Pandilla En Acción

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14 de Enero de 2020

Ha pasado un día desde la desaparición de Neny, los muchachos y yo no regresamos a nuestras casas nos quedamos en la disquera viendo las noticias, esperando alguna que fuera buena para nosotros, la reportera de turno habla un poco sobre el secuestro de Neny – En otras noticias, los conciertos programados para este mes del cantante paraguanero, Andrés Martínez, fueron cancelados por la misteriosa desaparición de su representante artística, Arianny Hermoso, las autoridades señalan que su representante fue secuestrada por el peligroso criminal, Pedro Pérez, mejor conocido alrededor del mundo como "El Camaleón", quién a tres meses y medio de ser capturado se habría dado a la fuga de la prisión especial que tiene la Interpol en el Estado Falcón, quiénes lo mantuvieron dentro del país esperando la llegada de los organismos internacionales para extraditarlo a una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.

Me siento demasiado cansado de todo esto, a pesar de que solo ha pasado un día – ¿Enserio nos limitaremos a observar? – le pregunto a los muchachos ya harto de la situación – No podemos hacer más nada, dejemos que la policía haga su trabajo – Dice Freddy – La policía de este país es muy ineficiente, y lo sabes perfectamente – Freddy frunció el ceño – ¿Qué insinúas? – Enfurecido respondo – Qué Neny está allá afuera en algún lugar esperando a que unos estúpidos inservibles la vayan a rescatar, la operación puede estar dirigida por María que es muy buena en esto, pero no confío en la Policía de este país, ¿Qué tal si Pedro está infiltrado entre nosotros? – Johan se sobresaltó – Saben a lo que me refiero, por algo le llaman el Camaleón, y podrías ser tú, o tú, o tú – Digo señalando con mi dedo a cada uno de los muchachos – y así como podría ser cualquiera de ustedes, podría ser cualquier inepto de esos que la están buscando – Tomo aire – Y sé que ninguno de los que estamos en esta sala es el Camaleón, lo hubiese sabido hace rato – Cristofer se levantó de golpe – Odio admitirlo muchachos, pero Andrés tiene razón – Dijo Cristofer apoyándome – Si nos vamos a quedar aquí observando, al menos hay que usar a alguien en quién confiemos para que vaya a buscarla por nosotros – Los muchachos se quedan confundidos con las palabras de Cristofer y yo también, ¿A quién podríamos usar? ¿A quién conocemos?, estoy muy cansado para pensar en eso...

Cristofer me observa muy seguro de sí mismo – Mano, me dijiste que habías estado en la milicia, debes tener contactos militares en quiénes confiar – Es cierto... no había pensado en eso, a Cristofer se le había ocurrido una brillante idea – Tienes razón, no pensé en eso – le dije, él me sonrió, tomé mi teléfono y marqué el número de Alberto, ya se estaba preparando – Andrés, no hace falta que hables, vi las noticias hace algunos minutos, ya me estoy alistando para prestarle apoyo a los oficiales, ya contacté con Dayana, Katherine, y Armando, dime dónde estás e iremos directamente hacia allá – Sus palabras me alegraron el día – Zona Records – le dije.

Corté la llamada – Ya estaban listo para esto – le dije a los muchachos – Estarán aquí dentro de 10 o 15 minutos, necesito saber en que dirección se fue Pedro... Freddy, Johan, Cristofer, lo ideal no sería separarnos, mantengámonos juntos, el estudio está custodiado por oficiales, pero eso no nos asegura que Pedro puede asesinarlos o pasar por desapercibido y entrar aquí, y si hace eso, lo mejor es estar juntos y estar bien preparados – Estaba muy seguro de lo que decía, Johan sonreía – Parece que alguien recordó sus días en la milicia – Dijo, yo me reí – Es lo mejor que puedo hacer en este caso – respondí, Freddy resaltó un punto muy importante en todo esto – ¿Cómo sabremos por dónde se fue? – Lo miré y le respondí – Por las cámaras de seguridad, hay que ir juntos a la sala de vigilancia – los muchachos se miraron las caras – ¿Están listos? – Pregunté, ellos asintieron con la cabeza – Perfecto, vayamos entonces, tengan sus armas a la mano – Dije mientras sacaba la pistola.