Capítulo XVI: Destruyendo Un Corazón

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01 de Octubre de 2019

Otro día más de universidad – Andas muy sonriente – dice Diego, yo me sonrojo – no es cierto – el me mira como si le estuviera diciendo una mentira – ¿Qué hiciste con el Andrés que conozco? – me rio y le respondo – Yo nada – el voltea hacia el frente – Entonces, no eres el culpable de que mi amigo ande tan feliz – me comienzo a tomar está conversación como una broma – No, para nada – él se levanta y recoge su mochila – Entonces iré a hablar con la causante – comienza a caminar hasta donde está sentada Ysabel – Idiota – refunfuño entre dientes, en eso, Aranza entra al aula e inmediatamente se sienta a mí lado – Hola, Andrés – la miro desinteresado y le devuelvo el saludo – Hola ¿Cómo estás? – pregunto mientras recuesto mi cabeza sobre la mesa – Bien – hay algo en ella que no me convence, ese bien sonó muy falso – ¿Cómo estás con Daniel?, me contó que han tenido varias citas – intento sacarle conversación – pues sí, pensé en darle una oportunidad, es un buen chico – seguía sonando desinteresada, se nota que solo estaba jugando con él.

Bostecé del aburrimiento y ella dijo – Oye, me debes una salida – sacó el tema de la nada, la miré extrañado, no recordaba deberle algo a ella – ¿Qué dices? – le pregunto muy extrañado – ¿no lo recuerdas? – hago un esfuerzo por recordar – El baile de promoción, Las Virtudes, ¿Recuerdas? – es entonces cuando lo recuerdo – ¡Ah!, sí, sí, ya recuerdo, ¿todavía sigues con eso?, eso fue hace mucho – Intento esquivar esa salida, se lo prometí pero no quería cumplir con esa promesa, especialmente porque Daniel estaba saliendo con ella – estaré libre el fin de semana, ¿qué me dices? – pregunta ella de manera insistente, en ese preciso instante, como caída del cielo, mi siempre fiel amiga Katherine entra saludándome – Camarada – fui salvado por ella – ¡Wepale! ¿Cómo está la vaina? – ella mueve su cabeza hacia los lados buscando a alguien – Todo bien, ¿Has visto a Alberto? – giro mi cabeza y comienzo a buscar a Alberto – Estaba aquí hace un segundo – le digo – debe estar abajo, ¿te acompaño a buscarlo? – le propongo ligando que su respuesta sea un sí – Claro, vamos – me levanto de la silla y tomo mi mochila – Luego seguimos hablando – le digo a Aranza.

Riéndome le dije a Katherine – Fuiste muy oportuna – ella se ríe también – Algo me decía que Alberto no estaba en el pasillo de abajo – Respondió sarcásticamente – Menos mal que leíste mi mirada – ella se rio de mí – A ver Romeo, ¿Qué sucedió ahora? – preguntó cansada, Katherine se había convertido en mi mejor amiga de la universidad en tan poco tiempo, a ella le contaba las cosas tan absurdas que me sucedían cada día, ya nada podría sorprenderla – la loca de Aranza quiere que salga con ella, por una promesa que le hice cuando apenas estábamos terminando el CINU – ella se detiene y yo me detengo un poco más adelante – Espera... eso es demasiado absurdo – me rio – lo sé, pero gracias a que caíste del cielo no tendré que responderle – continuamos caminando por los pasillos – No me confiaría tanto, Andrés – la miro y le preguntó – ¿Por qué? – muy segura de sus palabras dice – porque soy mujer, Aranza no estará tranquila hasta que le respondas, y te conozco, sé que no dirás que no – me detengo y ella continua caminando – Tendrás que ser muy ingenioso esta vez amiguito – noto que ahora está haciéndome bullyng... como siempre.

Cuando regresé al aula me senté con Katherine, Alberto, Dayana y Yoli, Katherine sigue haciéndome bullyng, me susurra lentamente al oído – ¿Qué sucede Andrés? ¿Le tienes miedo a las mujeres? – La miré como si quisiera matarla – Cállate – le dirijo una sonrisa maquiavélica – verás que tengo toda la razón cuando ella llegue y te vuelva a hacer la misma pregunta, no estaré cayendo del cielo todo el tiempo – me susurra – lo sé – Katherine se aleja de mi oído y comienza a concentrarse en la clase, observo a Ysabel al otro lado del aula prestando atención, Katherine se acerca nuevamente a mi oído para susurrarme – Aranza ha mirado como cinco veces para acá – Suspiré y le respondí – lo noté, concéntrate en la clase – ella se aleja de mi oído y continua metida en la clase.

La Melodía del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora