Capítulo XIII: Un Lugar Mágico

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Finalizado el evento, Neny se encargó de repartir el dinero a cada uno de los muchachos que integraban mi equipo, estábamos en el estacionamiento del CC Sambil Paraguaná, lugar donde fue el evento, tomé un taxi, a pesar de que estaba cerca de mi casa, esa noche, me fui a casa de Ysabel, mientras qué, Neny tomó uno con Johan hacia Las Margaritas, vivían juntos, Cristofer, David, Stefany, José, Cheche, y todos mis amigos del liceo que estuvieron presentes esa noche, durmieron en Maraven también, pero en el departamento de Stefany. Los padres de Ysabel no estaban, el departamento era solo de nosotros dos, enseguida llegamos, ella se metió al cuarto mientras que yo cerraba todo el departamento, cuando entré a la habitación, Ysabel me estaba esperando en la cama, se había quitado el body que cargaba puesto, estaba en ropa interior, sus pantys y su sostén eran color negros, hacía fuego con su piel blanca, y ella decidió jugar con fuego, me hizo una señal con su dedo índice para acercarme a ella, yo me sonreí y me acerqué lentamente, era obvio lo que ella quería, bajé mi cuerpo hasta que mis labios estuvieran a la altura de los suyos, y ella suavemente susurró – Este es tu premio – sonreí solo con mis labios y la besé, comencé a caer en su juego, la besaba apasionadamente mientras que ella perdía el control de sus manos y me quitaba la camisa que cargaba puesto.

Mientras ella intentaba quitarme la camisa la empujé, cayó totalmente acostada sobre el colchón, me quité la camisa rápidamente y la tiré a un lado, luego, me inclino sobre ella, encima de ella y comienzo a arrastrarme por su cuerpo, comencé a besarle el cuello, mientras que me acercaba poco a poco, beso tras beso a sus labios, cuando estuve lo suficientemente cerca, ella mordió mis labios fuertemente, disfruté esa sensación, después de morderme, fue ella la que tomó el control, me empujó a un lado y se montó encima de mí, ella estaba respirando más rápido de lo normal, se quitó el sostén que cubría sus pezones, y por efecto de gravedad ambos cayeron, fue perfecto, ella era perfecta, parecía un ángel caído del cielo iluminado por la luz de la luna, pero un ángel con la malicia de un demonio, enseguida comenzó a besarme del abdomen al cuello, hasta que llegó a mi boca, cada beso que ella me daba, desprendía pasión pura, coloqué mi mano en su espalda y la alcé para darle la vuelta sin despegarme en ningún momento de su cuerpo, volví a quedar encima de ella, la miré, nuestras miradas hicieron contacto y ella débilmente me dijo – Hazlo – fue entonces cuando una de mis manos se dejó caer a la altura de su cintura y comencé a quitarle el panty, saqué un condón de mi bolsillo trasero y lo abrí, me lo coloqué rápidamente, no quería hacerla esperar mucho.

ella estaba excitada desde hace rato, quería que esto sucediera desde hace mucho, comencé a besarle el cuello, pero esta vez, en vez de subir, bajé lentamente, pasando por sus pezones, mi lengua se movía circularmente sobre su pezón derecho, mientras que mi mano derecha jugaba con su otro pezón, y en venganza por la mordida en mis labios, yo le mordí el pezón, ella exclamó fuertemente - ¡Ay! – yo sonreí maliciosamente y continué bajando, pasé por su abdomen plano, hasta que llegué al punto, la miró está muy segura de que quiere que lo haga, sacó mi lengua y comienzo a pasarla por circularmente por su clítoris, ella coloca sus manos sobre mi cabello y comienza a jalarlos mientras gime.

En medio de sus gemidos escucho su voz – Basta, Andrés – paro por un segundo, mi mirada y la suya se cruzan – te quiero adentro de mí – me dice – ¿Estás segura? – preguntó suavemente, ella asiente con la cabeza, yo me deslizo sobre ella, y comienzo a penetrarla lentamente, mientras su mirada y la mía hacen contacto, lentamente, afuera y adentro, sin parar – Hazlo, sin miedo – dice, es entonces cuando comienzo a moverme más rápido, ella comienza a gemir otra vez, sus juguetonas manos recorren mi pecho y se abren paso hasta mi espalda, donde clava sus uñas salvajemente, gime y se retuerce del placer, yo sigo hundiéndome en ella, deleitándome con su ser, mientras penetro su vagina, la beso, y le muerdo los labios, ella no para de gemir.

La Melodía del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora