Una vez, regresando a mi casa luego de mi arduo trabajo en la Preparatoria, me hallé sorprendido por la presencia de una chica a orillas de mi hogar. Estaba ahí, sentada frente a la puerta mientras jugaba con su teléfono. Parecía una obsesionada del cosplay. El pensamiento surcó mi cabeza mientras sonreía burlón. Aunque..., bueno, viéndome a mí mismo creo que no tengo mucho derecho a prácticamente nada. Mi apariencia nunca fue mi fuerte.
Era pálida como la nieve y tenía una sonrisa naturalmente coqueta oculta en el labial carmesí. Una peluca de color blanquecino acentuaba aún más su piel, cayendo como cascada en rulos a los lados de sus hombros. Hombros aparentemente débiles y estrechos, finos. La carga en vestimenta la hacía destacar en demasía. Traía un vestido que lucía incómodo y un falso o tul por debajo del mismo. Lo sabía porque era imposible que el revuelo fuera natural...
El traje era rosado crema. Y tenía un sinfín de márgenes que no pude distinguir con facilidad gracias a mi miopía. Finalizando, se hallaban unas pantis protegiendo sus piernas del frío de invierno y también demostrando lo muy frágil que era. Tenía una sonrisa con encías que se pronunció con sólo verme y en ambas manos traía guantes de género haciéndola ver increíblemente más elegante. Combinaban con sus tacones de aguja de más de diez centímetros y también con el gorro que cargaba, un sombrero veraniego. Si así de pequeña se veía con esas armas mortales en los pies, ¿desaparecería sin ellas?
Me sentí como un idiota. Yo sólo tenía mi uniforme del colegio y..., eso era todo. Claro, descontando mi bufanda y la mochila que conservaba desde que tenía trece años. Es decir, ¿para qué gastar más si todavía estaba en buen estado? Eso dejando de lado los visibles hoyos y puntos de coser. Pero bueno, el punto aquí es que yo jamás gastaría como obseso de la forma en que ella parecía haber gastado por su ropaje. Era una escultura humana, una belleza celestial, pero lucía cara y también de renombre.
—Lo lamento, no hay despensa —Exacto, eso había sido lo primero que abandonó mis labios. Con algo de esfuerzo, cabe destacar. Lucía como una de esas chiquillas que van vendiendo galletas por la calle o que hacen colectas para iglesias. Tendría sentido. Sea como fuese, no parecía tener intenciones de moverse y yo no estaba para empezar una disputa sobre lo incómodo que era tenerla a centímetros de mí. Admiraba lo profesional que era al hacer de su figura una viva representación de una muñeca, sí, pero también era consciente de mi terrible y desmesurado odio por cualquier invasión a la propiedad privada (a menos que se tratara de alguien al que le hubiese dado el permiso de invadir mi espacio personal, como Jimin). No era el caso, así que...
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{EN EDICIÓN}❝Róbame la juventud❞ [JinSu]🠔[SuJin]ܟ
FanfictionHay dos cosas que Kim Seok Jin amaría tener en su valiosa vida estudiantil: popularidad y al maravilloso Kim Nam Joon durmiendo desnudo en su cama. Su mejor amigo, Min Ji Min, insiste en que sus días deberían dejar de basarse en pirateados videojue...