—¿Ahora a dónde vamos? —demandé con cansancio. Era increíble que siguiera haciéndole caso a este gilipollas.
—Al baño —murmuró calmado.
—¿Qué? ¿Para qué?
Esa no era la pregunta que quería hacerle exactamente. Mi duda era más grande. ¿Qué clase de imbécil seguía detrás de otro imbécil malvado? Porque conocía mis límites. Y nadie soportaba esa parte tan horrible de mí. Incluso era comprensible pensar que Jimin se apartaría por lo mismo. Pero, ¿Yoongi? ¿Él, el casi-francés que había regresado hace un par de días de su país de crecimiento? Por Dios. ¿Acaso eso tenía lógica, siquiera? Vieras por donde vieras, no había laberinto tomado a represalia. Un chico así..., un popular hombre de tatuajes turbulentos debería estar mezclándose con las castas más bruscas. ¡Así lo decían las novelas de mamá o los libros juveniles que día a día se convertían en las mejores películas de la temporada!
Él suspiró, encerrándome en el primer cubículo sin importarle las miradas de asco o sorpresa por parte de otros hombres. Esperen, ¿qué?
No pensará...
Entendí la doble intención hasta que sus labios chocaron con los míos, deseosos de contacto. Tocándome por encima de la ropa, tan posesivo..., tan dominante que jadeé sorprendido y ruborizado.
Ni siquiera sabría cómo relatar esta parte de mi vida. Es como quedar en shock. No sabes por qué lo haces pero lo haces. Yo tampoco supe, al principio, por qué correspondí al sabor de sus labios.
Se sentía el maquillaje entre mis labios, ¡es todo lo que puedo y podré verificar!
—Yoongi qué demonios-
—Es así como debes hacerlo —susurró algo ido, mordiendo su labio con premura. Renegué, tenso. ¿Qué era esto? Aquí había algo mal. Él realmente acababa de besarme... ¿Por qué? Soy el mejor amigo de su hermanito pequeño. Bueno, eso era. Quizá sólo le daba lástima mi situación. Pero, ¿quién besaba a la gente por lo mismo?— Cuando lo veas, debes actuar con responsabilidad. Tomar todo por ti. Hasta saciarte —y se inclinó para hundirse en mi boca.
Más fuerte, más pasional, más incorrecto. ¿Quién enseña a besar?, ¿hay clases para eso, para empezar? Se viera por donde se viera, era estúpido. Pero sigo sin rechazar esto, entonces, ¿cómo estamos?
Besándonos, hasta que los jadeos y los gemidos rebotaron. Su apretado muslo recorriendo mi entrepierna. Sus manos tomando mi cuello antes de llevarse a sí mismo a besos demenciales. La necesidad de posesión. La manera en que lo tomé por la cintura y la forma en que se negó a dejarse llevar, apretando todavía más contra mí. Tocándome, manoseándome y sacándome uno que otro resoplido injusto. Y su cabello siendo jaloneado hasta atrás, y su blanco capilar terminando por chocar contra la fría pared del cuchitril en el que estábamos metidos. Sus manos, libidinosas heladas enterradas en la alba piel mía. Su sonrojo, su pelo torcido y sus labios. Tan torpes, tan inexpertos. ¿Cómo podría yo saberlo? Porque sus dientes chocaban con los míos. Yo, que no era experto en estas cosas, sabía que estábamos haciendo un desastre. Entre su saliva, su lengua y mi boca. Éramos lo peor y aún así mi mente revoloteaba como un montón de aves en descarrío. Era excitante pese a que un expectante lo viese con morbo y asco. Para mí..., era ese el comienzo de la adultez. No el porno o el sexo que fueses a probar de ahí en adelante.
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{EN EDICIÓN}❝Róbame la juventud❞ [JinSu]🠔[SuJin]ܟ
FanfictionHay dos cosas que Kim Seok Jin amaría tener en su valiosa vida estudiantil: popularidad y al maravilloso Kim Nam Joon durmiendo desnudo en su cama. Su mejor amigo, Min Ji Min, insiste en que sus días deberían dejar de basarse en pirateados videojue...