CINCUENTA Y UNO

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Niall y Shawn rastrearon a Tracy hasta una vieja fábrica en una pequeña bahía localizada a unos 50 minutos de la finca.

Los chicos prepararon blindaje y armas, en caso de que tuvieran que usar la fuerza, a pesar de que a Nathan no le complacía mucho la idea. Niall se quejó diciendo que su comodidad era lo que menos le importaba si se trataba de tener a su hija a salvo. La tensión entre ambos era bastante obvia, temía que alguno de los dos no fuera capaz de soportarla. Esperaba que las cosas mejoraran después de tener a Tracy cautiva y a Paige segura. Nate no era el culpable de los desordenes mentales de su hermana.

Estábamos a punto de salir de la casa cuando el teléfono de Niall sonó.

Era una llamada de mamá. Bárbara tuvo un colapso nervioso. La estaban trasladando al hospital.

––Tienes que ir, Niall.-–-le dije.

––También tengo que ir a por mi hija.-–-me contestó.

Se dejó caer en el sofá y se tiró del cabello. Shawn se sentó junto a él y puso su mano en su hombro, dando un apretón de ánimo.

––Ve con Bárbara. ––Habló Shawn.-–-Ella te necesita ahí.

––¿Y qué hay de Paige?

––Nosotros iremos por ella y la traeremos a salvo. Si vas con nosotros estarás preocupado y no te concentrarás al cien por ciento. Podrías ponernos en riesgo a todos. Eres más útil si vas con tu esposa. ––Le dijo.-–-He realizado operativos como este con éxito docenas de veces. Además hermano, parece que te va dar un colapso a ti también. Ni tú ni nosotros necesitamos eso.

Niall se lo pensó por unos segundos y después asintió, derrotado. Sabía que Shawn tenía razón.

Cinco minutos más tarde partimos, Niall de vuelta a Havering, nosotros rumbo a Tracy y Paige.

Shawn conducía en silencio y sujetaba mi mano. Nathan mantenía su mirada puesta en la ventana.

Todo tiene que salir bien. Me dije.

Finalmente divisamos la fábrica a unos doscientos metros así que Shawn detuvo el Jeep ahí. Bajamos. Mi corazón comenzó a palpitar tan fuerte que por poco no escuché cuando Nate habló.

––Esto... Shawn...

El castaño dejó su tarea de abrocharme el chaleco antibalas y lo miró.

––Solo quería ofrecerte una disculpa por lo que paso con Lau...

––-Déjalo así.-–-contestó serio.-–-Ya está en el pasado.

––Lo siento.-–-dijo Nate aun así.-–-Espero que algún día puedas perdonarme.

Nathan le extendió una mano a Shawn en señal de paz. El castaño la miró, pero en lugar de tomarla se acercó al contrario y le dio un abrazo. Sonreí automáticamente. Al menos algo bueno estaba saliendo de todo esto.

Luego de unos cuantos segundo los tres nos miramos y suspiramos. Era hora.

La fábrica no estaba cercada, así que fue bastante fácil acceder, lo cual era benéfico. Contábamos con el factor sorpresa y esperábamos mantenernos así durante el mayor tiempo posible.

Unos cuantos metros más adelante nos topamos con nuestro primer problema.

Había una escotilla en el suelo que solo podía abrirse desde dentro. Nate y yo nos miramos confundidos, pero Shawn no se dejó intimidar. Sacó un cuchillo de su cinturón y con cierta habilidad y fuerza por parte de los tres, la puerta se abrió. El castaño trabó uno de sus rifles a fin de que no volviera a cerrarse. Entramos y seguimos andando, cuidando nuestras espaldas cada pocos segundos.

VICTIMA II: El verdadero Shawn (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora