VICTIMA II: El verdadero Shawn (Shawn Mendes)

DIECISEIS

––Ya vuelvo. —dijo cuando terminó el partido.

–-¿A dónde vas?—pregunté.

—Voy a pagarles a quienes me ayudaron hoy. —sonrió. Me sonrojé y lo dejé ir.

Alguien se acercó a mí y tocó mi hombro un par de veces. Giré y me sorprendí al ver a los hermanos Maloley.

–-Hola Bree.

–-Hola chicos. ¿Qué hacen aquí?

––Vinimos a ver el partido de las 6:30–- explicó Geoff.-— ¿Qué haces tú?

–-Vine con alguien. Estamos a punto de irnos. —dije.

De repente, ambos hermanos miraron hacia un punto detrás de mí y se tensaron. A Nathan se le marcaron las venas del cuello. Fruncí el ceño y miré en la dirección que ellos y encontré a Shawn acercándose a pasos agigantados y con la misma expresión de furia que los hermanos a mi lado.

––Vámonos. —dijo seriamente apenas llegó.

–– ¿Qué pasa?—pregunté inquieta.

––Diablos, Mendes. ¿Quién iba a decir que ahora juegas en esta liga?—dijo Geoff con burla.

Shawn puso los ojos en blanco. —Yo no juego en ninguna liga.

––-¿Se conocen?—pregunté.

Los tres me ignoraron.

––Por favor. —Le dio un puñetazo en el hombro. —La chica Cage. ¿Cómo ha hecho alguien como tú para marcar un tanto así?

–– ¡No me toques!—gruñó Shawn, intentando lanzársele encima. Lo habría logrado de no haber estado yo en medio.

–– ¡Shawn tranquilo!---chillé. Geoff me miró.

––Si yo fuera tú, no me fiaría mucho de este tipo, Aubrey. —dijo. —No sabes las cosas en las que estaba metido en Canadá.

–– ¡Cállate! ¡No tienes ni una jodida idea de lo que hablas!—volvió a gruñir el castaño antes de abalanzársele encima y darle un buen golpe en la mandíbula. Escuché un crujido. De su boca comenzaron a salir borbotones de sangre. Nathan decidió intervenir y se lanzó contra Shawn y le propinó un par de golpes que después éste le regresó.

–– ¡SHAWN!—chillé.

El castaño no me prestó atención. Comenzó a golpear a Nathan en la cara una y otra vez.

Luego, tres chicos más se acercaron a separarlos. Me sentí aliviada cuando reconocí a los Jacks y a Daniel.

–– ¡Vámonos de aquí!—exclamé al ver que la gente comenzaba a acercarse. Si un guardia nos veía, era el fin. ––Ayúdenme a llevarlo afuera.---dije a los chicos cuando vi que Shawn forcejeaba para liberarse de ellos.

Cuando llegamos al coche revisé su rostro. Tenía un corte en la ceja y el labio roto. Sus nudillos estaban llenos de sangre. Hizo un gesto de dolor cuando lo toqué.

––Creo que esta fracturada. —comentó.

–– ¡Y te lo tienes bien merecido!—chillé.-— ¿Qué diablos te pasa?

No contestó.

––Voy a llevarte a un hospital. —dije, quitándole las llaves de su bolsillo. ––-Gracias chicos.

Los rubios y el moreno se alejaron y yo subí al auto después de ayudar al castaño.

––Te voy a llevar a urgencias y después vas a explicarme a qué se debió todo este numerito. —declaré seriamente.

Ninguno de los dos habló en todo el camino. Tenía el presentimiento de que no iba a contarme nada.

ESTO SE VA DESCONTROLAAAAARRRRR

-Elizabeth