SIETE

1K 87 2
                                    

Aquel día estaba más sensible que de costumbre. Sentía que en cualquier momento podría romper a llorar.

Me sentía vulnerable, triste, dolida. Como si fuera un pedazo de vidrio tan delgado que a las primeras de cambios podría quebrarse.

Mis amigos parecieron notarlo y accedieron a darme mi espacio en cuanto se los pedí. Ese día fui sola a la escuela, lo cual me ayudó a que mamá no se enterara de mi estado de ánimo. ¿Cómo iba a explicarle que estaba deprimida porque era el primer cumpleaños de un producto de mi imaginación?

Shawn no se acercó en ningún momento. Parecía como si no se hubiera percatado de mi existencia en todo el día. Aquello no me ayudó tampoco, en realidad. Sabía que era algo estúpido, pero creí que en ese momento él era la última cosa de la que tendría que preocuparme.

Verlo con Sasha a la hora de la salida riendo como si fueran los amigos más cercanos del mundo le dio a mi debilidad un motivo más para apoderarse de mí, y esto empeoró cuando de despidió de ella con un beso en la mejilla justo como el que me había dado a mí. De pronto se sentía como si no hubiera sido tan especial. Tal vez me había emocionado demasiado pronto.

Cuando por fin llegué a casa, lo único que quería hacer era tenderme en mi cama y, aunque moría de sueño, no quería dormir. Me aterraba la idea de volver a soñar algo tan triste como lo de la noche anterior.

No bajé a comer, ni tampoco a cenar. Mamá tocó varias veces a mi puerta, pero nunca contesté. Cuando decidió entrar, fingí que estaba dormida. No quería hablar con nadie. No quería que nadie se enterara de que tan dolida me encontraba, aunque en realidad ni siquiera sabía por qué me sentía así.

Era ridículo aislarse del mundo sin ningún motivo aparente, estaba consciente, pero no sabía qué otra cosa podía hacer. No quería demostrar ante nadie que era una chica con desórdenes mentales.

En unos días estarás bien. Me dije. Esperaba con todo mi corazón que así ocurriera.

El fin de semana pasó lentamente, no salí de mi cuarto para nada. Ni siquiera tuve el valor de levantarme de la cama.

Lo más ridículo de todo era que ni siquiera lloraba, solo luchaba contra el vacío en mi pecho y contra las ganas de dormir que me estaban consumiendo. Sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero estaba tan asustada de volver a ver al Shawn* de mi imaginación en mis sueños que prefería que me quemaran las retinas antes que pasar de nuevo por aquello. Mi pecho se sentía como si tuviera un hueco enorme que devoraba todo lo que tenía dentro. Era la misma sensación con la que desperté después del coma, parecía que en cualquier momento iba a volverme loca.

El lunes no me levanté para ir a la escuela. Mamá, quien se había mostrado algo comprensiva los días anteriores, comenzó a preocuparse y a encender alarmas en su cabeza de que algo estaba mal conmigo. No sé cómo fui capaz de convencerla de que solo estaba agotada, que había tenido una semana pesada y que lo único que necesitaba era dormir. Me sorprendí bastante cuando ella y Bárbara accedieron a darme espacio. Mi familia se pasaba de buena.

El martes había logrado dormir durante solo una hora, aunque desperté inmediatamente en cuanto logré vislumbrar un par de ojos castaños. Mamá seguía preocupándose por mí, pero seguía brindándome el tiempo a solas que necesitaba.

El miércoles decidí salir de mi habitación y comer por primera vez en los últimos cuatro días. Todos se mostraron sorprendidos. Decidí que tal vez pasar unos minutos con gente que me apreciara me subiría un poco el ánimo. Tomé una ducha muy larga y cuando me miré en el espejo casi me dio un ataque al ver las marcadas ojeras color violeta de mis parpados y los huesos de mis mejillas más notorios que antes. Todos tuvieron la misma reacción. Solo me quedaba esperar que al verme comer su preocupación se disipara. Ya tenía suficiente con un desorden mental, no quería agregar uno alimenticio a la lista.

Debo aceptar que salir al jardín, caminar un poco y tomar aire fresco me relajó lo suficiente como para calmarme. Al menos la sensación de un hueco en mi pecho que tomaba de mí todo lo que tenía había desaparecido, o tal vez ya me había acostumbrado, quien sabe.

Taylor me visitó esa tarde. Se dio a la tarea de investigar los deberes de la escuela y pasármelos para que no me atrasara en clases. Le agradecí. Al menos ya tenía algo con que mantenerme despierta cuando todos estuvieran dormidos. Dijo que todos estaban preocupados por mí y me extrañaban. Cuando le pregunté por Shawn, dijo que no lo había visto.

El asunto me preocupó, pero siendo sincera, tampoco era para tanto. Después de todo, Taylor y los chicos no eran sus amigos. Empezaba a creer que todo aquello estaba siendo nada más que un producto de mi imaginación. Tal vez en realidad nunca me había recuperado del todo. Tal vez me había convertido en algún tipo de cadáver animado y en realidad mi vida nunca había vuelto a la normalidad, aunque mi mente me hubiera hecho creerlo. Tal vez me había empezado a creer el cuento de que después de mi experiencia habría un final feliz en donde el amor de mi vida reapareciera y pudiéramos comenzar nuestra historia de nuevo.

Y tal vez, solo tal vez, estaba perdiendo la cordura.

Tal vez lo de las últimas dos semanas ni siquiera había sido real.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

JELOU!!! 

Hasta aquí el cap de hoy, espero que les haya gustado, la verdad es que esto es demasiado sad:v mñeh, se pone peor, pero la verdad si es bastante triste, basta:c

Les invito a que lean mi nuevo proyecto " ADAM DAVENPORT/SPENCER BOLDMAN ¡IMAGINA!" :D 

Por cierto... ¿me siguen en IG? lizrgzmonica ;)

Ahora si, me voy <3

-Elizabeth

VICTIMA II: El verdadero Shawn (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora