VICTIMA II: El verdadero Shawn (Shawn Mendes)

QUINCE

El viernes en la noche mis padres habían organizado una pequeña cena privada para darle la bienvenida al becario. La entrada de la casa estaba adornada con un cartel que ponía "¡Bienvenido Nathan!".

Hasta donde sabía, era de mi edad e iba cursar el mismo año que yo. Al parecer, por problemas personales se había retirado un año de la escuela y había vuelto para convertirse en un estudiante estrella. Era canadiense, e incluso de la misma región que los Mendes.

Bárbara, Niall y yo esperábamos en la sala de estar a que mis padres regresaran con él, a quien habían ido a recoger al aeropuerto junto a su hermano mayor, Geoff.

Cuando la puerta se abrió, esperaba encontrarme con el estereotipo de un estudiante aplicado. Ya sabes, con las gafas, un suéter de abuelo y el cabello engominado, pero en su lugar encontré a un chico todo hombros, brazos y espalda vestido de negro que, si lo veías en la calle jamás creerías que asiste a la escuela y mucho menos que saca sobresalientes.

––Buenas noches. Soy Nathan Maloley. —dijo cuándo se presentó.

Pasamos a la mesa y la conversación fue obviamente monologada por los Maloley, quienes nos contaron sobre su familia y sus vidas en Canadá. Pude notar una ligera aura de incomodidad en Nathan mientras hablaba, aunque probablemente se debía a lo extraño que era hablar de su vida privada con un puñado de desconocidos con los que tendría que vivir durante el próximo año.

Sea como fuere, parecía un buenchico y era bastante amable. Se lo atribuí al hecho de que era canadiense.

No puedo esperar a que conozca a Shawn. Pensé.

* * *

Shawn llegó por mí a las 5:00 de la tarde el sábado, tal como prometió que haría. Tocó el timbre y esperó pacientemente con las manos en sus bolsillos. Ni siquiera se dio cuenta de que estaba observándolo desde mi balcón. Aunque enrojeciera de admitirlo, me encantaba la manera en que su sudadera roja contrastaba con el pálido tono de su piel. Nos dirigimos a un partido de baloncesto y por supuesto que el castaño llevaba puesta la sudadera del equipo al que apoyaba. Yo iba vestida de la misma manera.

Me moví del barandal para dirigirme a la salida cuando vi que alguien le abría la puerta y lo invitaba a pasar. Cuando abrí la entrada de mi habitación, me sobresalté. Bárbara estaba justo ahí observándome con una mirada pícara y una gran sonrisa tirando de sus labios, las cuales únicamente aparecían cuando Shawn y yo estábamos juntos en su presencia.

–– ¡Dios mío, Bárbara! ¡Casi me matas!—exclamé con una mano puesta encima de mi corazón.

–– ¡Shawn vino por ti!—chilló emocionada.

––Lo sé–-sonreí sin separar los labios.-—-Iremos a ver un partido de basquetbol.

Su sonrisa se intensificó, cosa que no creía posible. Rodeé su cuerpo (del cual ya sobresalía un pequeño vientre) para dirigirme al recibidor.

––Si, no es como si lo hubieras estado espiando a través del balcón.-–-se burló.

Enrojecí, negué con la cabeza y me fui. ––Te veo más tarde.

Al pie de la escalera, Shawn estaba esperándome con una inocente sonrisa que me pareció de lo más cálida y probablemente era la más linda que hubiera visto alguna vez.

Dios. ¿Por qué tenía que gustarme tanto ese chico? Es decir, estaba tan dentro de él que incluso daba miedo.

Cuando llegué a su posición, él se apuró a darme un beso en la mejilla a modo de saludo. Ninguno de los dos era fanático de las demostraciones públicas de afecto, mucho menos en casa.

Nos saludamos con un intercambio de "Hey's" y luego estiró su brazo indicándome que caminara y el comenzó a seguirme unos cuantos pasos atrás.

Abrió la puerta del copiloto de su auto y me ayudó a subir. Luego subió del otro lado. Era todo un caballero. Cuando llegamos al juego, tomamos nuestros asientos, pues estaba a punto de comenzar.

Nuestro equipo anotó un par de canastas y Shawn lucía realmente emocionado. Sonreí mientras lo miraba, intentado con todas mis fuerzas que no se me notara lo mucho que me gustaba, pero no estaba segura de estarlo consiguiendo. Hasta un ciego podría notarlo.

Mis mejillas enrojecieron cuando él también me miró. Él y todos los demás en aquel gimnasio.

Miré a todos lados, y pronto entendí lo que pasaba. Había una Kiss Cam y nos había capturado precisamente a nosotros. Shawn me miró y estaba sonriendo ampliamente, aunque también lucía apenado. No permití que la decepción se mostrara en mi rostro. Ya sabía que no iba a besarme.

Sonreí apenada y saludé a la cámara, admitiendo que no iba a haber beso. Volví a mirar a Shawn y me sobresalté porque no me di cuenta de lo cerca que estaba. Él tomó mis mejillas suavemente, impidiendo que me alejara. Miró mis ojos, mis labios y nuevamente mis ojos para luego cerrarlos y acercar su rostro al mío y unir nuestros labios en un delicado beso.

Sentí la sangre explotar en mi cara como cada vez que me besaba. Cerré los ojos ante el dulce contacto. Unos segundos más tarde sentí cómo deslizaba sus labios fuera de los míos. Cuando se separó, sentí una corriente de aire que enfriaba la parte que acababa de besar. Sonreí apenada y cuando abrí los ojos me estaba mirando, sonriendo también.

––Mira.---me dijo tomando mis manos, señalando a la cancha.

Los jugadores del equipo al que apoyábamos sostenían unas pequeñas láminas que formaban un amplio cuadrado con una simple pregunta en medio.

"¿Quieres ser mi novia?"

Volví la mirada hacia Shawn y sonreí mostrando los dientes, bastante segura de que podría gritar de la emoción en cualquier momento.

––Sí. —dije moviendo la cabeza.

Él sonrió ampliamente y me besó de nuevo. La gente alrededor hizo barullo al segundo siguiente, más emocionados por el detalle de mí ahora novio, que por el juego mismo. Shawn tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, sin darse cuenta de que en el momento que lo hizo terminó de adueñarse del último pedacito de mi corazón que quedaba.

El pedacito que les pertenecía a Shawn*, Paige, Peter, Hunter, Haiden y Halen.

¿CÓMO LE HAGO PARA SACAR DE MI MENTE A UN CHICO TAN PERFECTO COMO SHAWN Y HACERLO REALIDAD PARA PODER CASARME CON ÉL?

Basta, creé una historia hermosa:c 

-Elizabeth