33. STAY

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-Kookie...  –Susurró Jimin con el alma en su garganta, girándose lentamente hasta toparse con esos oscuros ojos que lo miraban con fuerza e intensidad, recorriéndole una electricidad por todo el cuerpo gracias a esos pozos negros que estaban pegados en el más bajo, pudiendo reconocer de inmediato el tenso cuerpo de su pelinegro amante y esa mandíbula rígida junto con el jugueteo de su lengua debajo de su piel.

-Jung Kook... –Le murmuró Jin a su lado, observando todo lo que estaba pasando y como la tensión en el ambiente se hacia cada vez más palpable.

El rebelde miró a Jimin por última vez y posó sus ojos en el universitario, que veía todo inclinado en la mesa de la heladería, en la cual todas las miradas estaban posadas en la escena de los jóvenes hormonales.

Jung Kook caminó lentamente, con paso firme y fuerte, Jin abrió los ojos de par en par y siguió al pelinegro detrás de él, alzando su mano para tomar el brazo del muchacho y detenerlo antes de que algo pasara.

-Jung Kook... –Dijo de nuevo. –Vámonos. –Le habló el mayor, tratando de sonar lo más calmado posible, mirando en ese instante al castaño, que seguía con cada paso al rebelde, Jimin no podía respirar, todo su cuerpo se paralizó en el momento de escuchar su nombre siendo pronunciado por el chico malo. Me vio... Se dijo traumatizado. Me vio con Yoongi, con él, besándome, mis labios con otro, me vio.

Y antes de poder pensar en algo más, se escuchó un estallido de copas, junto con muebles moviéndose bruscamente.

-¡Jung Kook! –Gritó Jin, haciendo que Jimin saliera de su trance y pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor.

Yoongi estaba tirado en el suelo, con una mano en su nariz, la cual sangró de inmediato, sin necesidad de un segundo golpe. Mirando a Jung Kook, este tenía el puño completamente apretado, junto con la mandíbula rígida y sus ojos más oscuros que nunca.

-¿Quién mierda eres? –Habló por segunda vez el pelinegro, con una voz ronca y áspera, poniendo énfasis en cada palabra, creando temblores en todos los que estaban mirando la escena, por las simples, pero intimidantes palabras del chico malo.

Mientras que el castaño aun seguía con los ojos abiertos de par en par, sin creer que Jung Kook le había pegado a Yoongi, el ángel de Busan. El universitario lo miró desde el suelo y rió entre dientes.

-Soy el amigo de Jimin... –Dijo lentamente, con una sonrisa en sus definidos labios, mirando en un destello al castaño y luego al pelinegro. –Y su ex novio.

Listo, todas las cartas estaban en la mesa, mientras que el castaño no se podía las piernas por el temblor de la adrenalina, el susto, el miedo y más sentimientos indescriptibles. Al momento que Yoongi dijo eso, un estremecimiento pasó por su espalda no pudiendo entender por qué el universitario le había hecho algo así. Jung Kook miró lentamente hacia atrás y se topó con los húmedos ojos del más bajo, que lo miraban con miedo de perderlo, con el miedo que siente un cachorro al ser tirado a la calle, con el miedo que siente un niño al no encontrar a su madre en un lugar público, con el miedo que siente un hombre al ver todos su sueños caerse lenta e inevitablemente. El rebelde tenía todo su cuerpo tenso y rígido, sin poder moverse por la nueva información.

El chico malo fue directamente a donde estaba Yoongi tirado en el suelo y lo tomó de su chaqueta, apretándolo fuerte y listo para romperle algo más de su nariz, pero antes de que pasara algo más, Jimin se movió rápido y detuvo al pelinegro con su mano en el puño del otro, ya con lágrimas gruesas en sus ojos.

-Jung Kook, por favor, no… No hagas eso. –Le suplicó con la voz temblorosa, tenía la garganta cerrada por todo el llanto que quería salir de su cuerpo.

Bad Boy |KookMin| +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora