35. Huracán de emociones

59.9K 4.3K 8.7K
                                    

Ya con los dos bañados de pies a cabeza, Kook le prestó a Jimin una musculosa blanca, junto con una chaqueta de cuero amarilla y unos pantalones pegados a su cuerpo, era extraño para Jimin usar esa ropa, ya que generalmente era más sobrio para vestirse, todo lo contrario Jung Kook, que era mucho más extrovertido y desmedido con la ropa, ahora llevaba una musculosa de color negro, junto con otra chaqueta de cuero roja, además de esos típicos pantalones pegados a sus muslos de un oscuro tono. Se veía demasiado bien.

La puerta de la casa se abrió, y se pudo mostrar una reluciente sonrisa de parte de Jin.

-¡Jimin! -Gritó el mayor, dándole un abrazo fuerte y apretado, a lo que el castaño solo sonrío con sinceridad y devolvió el abrazo con cariño. -Que bueno que ya se arreglaron. -Comentó en su oído.

-Jimin es testarudo... -Habló Kook detrás de ellos, el castaño sintió como era tirado por un brazo hacia atrás, desasiendo de inmediato el abrazo, viendo ahora como el pelinegro pasaba posesivamente una mano por su cintura. -Y es mío, Jin. -A este comentario, Jimin sólo pudo enrojecer y recordar todo lo que había pasado hace unos minutos atrás en el departamento de Jung Kook, esos besos en el elevador, sin poder controlar sus hormonas, y en el taxi, sin poder quitar las manos del pecador cuerpo de su amante, aparte de recordar una y otra vez el momento que Jung Kook le asintió, dejándolo a entender, que si sentía algo por él. Que si le gustaba.

-Oh, vamos conejo gruñón, jamás te lo quitaría, a menos que lo dejes ir... -Le dijo. El castaño miró rápidamente hacia arriba, para toparse con los ojos de Jin, dándose cuenta como este le hacía un guiño infantil, a lo que el otro sonrió.

-Nos dejas pasar, ¿O no? -Le preguntó algo cabreado el pelinegro.

-Oh, si, por supuesto, pero me tienen que contar la reconciliación, eh. -Le ordenó el otro, moviéndose para dejar pasar a los amantes.

-¿Quieres detalles de las posiciones que hicimos con Jimin? O tal vez, ¿Si usamos lubricante? O tal vez...

-¡Jung Kook! -Gritó el castaño, con los ojos abiertos de par en par, y su rostro como un tomate. Su corazón palpitaba rápido por la vergüenza.

-¡Yuk conejo!, no quiero saber como tuvieron sexo. -Se expresó el mayor, mirando a Jimin con una sonrisa en la cara. -Sólo saber como mierda es que se reconciliaron, quien habló con quién primero... Eso es todo, ¡Pervertida rata! -Exclamó, el castaño aun miraba el suelo avergonzado.

Al estar en el comedor, los tres estaban sentados en la mesa, Jin con un plato diferente a los otros dos, ya que este tenía un chef personal, Jung Kook y el mayor pidieron lo que querían, pero Jimin no quiso hacer eso, eligiendo el mismo plato de el pelinegro, aludiendo a que no quería darle más trabajo al chef.

"¡Vamos, Jimin! Le pagamos para que cocine." Le decía el mayor, pero Jimin seguía con su política anti-sirvientes.

-¿Y? -Empezó Jin. -Nadie me va a contar como se reconciliaron. -Dijo entre bocados de comida en su boca. Jimin en realidad no quería contar, ya que, de alguna forma, no se habían reconciliado con tantas palabras, si no que eran acciones, el castaño llegando a la casa del pelinegro en la madrugada, este cerrándole la puerta en su cara, para después abrirla nuevamente, y... Empezar con su sesión de "sexo reconciliador", claro, hablando entre medio, pero siempre esa tensión sexual presente.

-Solo tuvimos sexo, Jin. -Murmuró el chico malo, con fideos en su boca. Jimin enrojeció nuevamente y miró su plato avergonzado, no le gustaba que Jung Kook fuera tan abierto con respecto su vida sexual. Pero otra cosa que le dolió un poco más, fue el simple hecho de que el pelinegro dijo "Solo tuvimos sexo"... Como si hubiera sido algo tan superficial que no le importaba en lo absoluto, solo sexo... Solo eso, nada más... Simplemente sexo, sin sentimientos.

Bad Boy |KookMin| +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora