Prólogo

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Los dos reyes y dos de las tres reinas de Antaño estaba intentando cazar el Ciervo Blaco, que al atraparlo cumplía un deseo o eso habían escuchado ellos.

El Gran Rey Peter, iba a delante de sus hermanos; le habría encantado que su esposa, la reina Alexandra, fuera con ellos, pero sabía que debido a su embarazo y los pocos días que hacían falta para que naciera su primer hijo no dejaría que se arriesgará.

La reina Alexandra era nieta del profesor Kirker, una chica de la edad de Susan que con el tiempo había quedado enamorada del Gran rey Peter y no se diga él de ella.

De tras de Peter iba la reina Susan, todos en el reino decían que era la reina más hermosa y no había reyes quien no había pedido su mano, pero ella permanecía soltera.

Le seguía reina Lucy, la pequeña de los cuatro, bueno no tan pequeña, ya era toda una señorita y también era un reina hermosa, algunos reyes habían ido apedir su mano, pero Lucy no le interesaba tanto eso; era la más emocionada por tener a su primer sobrino.

El último de ellos era el rey Edmund, había dejado de ser un chiquillo para convertirse en un hombre, y sin duda se notaba, era coquetos con las docenllas del castillo, pero se mantenía soltero; él era el mejor amigo de la reina Alexandar.

Iban cabalgando muy rápido al ver señales del Ciervo Blanco, pero de la nada el rey Edmund se detuvo y miro un poco preocupado al caballo.

Edmund: ¿Qué ocurre, Filip? —le pregunto al caballo—.

Filip: Ya no soy tan joven como antes —le contesto casando—.

Se escucharon los otros caballos de regreso, eran el gran rey y las reinas que volvia junto a Edmund.

Susan: ¿Qué pasa, Ed?

Ed: Descanso un momento.

Susan: El Ciervo Blanco se esta alejando.

Lucy: ¿Qué es lo que dijo Susan? —pregunto divertida—.

Susan: Esperen en el castillo yo sólo ire por el Ciervo —dijo con burla mirando a Edmund y rió junto con Lucy y Peter—.

Peter: ¿Qué es eso? —dijo dejando de reír—.

Bajo de su caballo y atrajo la atención de sus hermanos los cuales lo imitaron y hacia los cuatro ahora observaban un faro.

Peter: Creo que lo he visto.

Susan: Es como un sueño...

Lucy: O el sueño de un sueño —los cuatro lo miraban hipnotizado—. Bitación —dijo derepente—.

Peter: Lucy —la llamo cuando ella empezo a correr por un lugar—.

Susan: Otra vez no —y la siguieron—.

Peter: ¡Lu!

Lucy: Vengan —y camino entre ramas—.

Todos empezaron a caminar entre las ramas recibiendo varios golpes de ellas.

Peter: Esto no parecen ramas.

Susan: Son abrigos.

Edmund: Susan, me estas pisando.

Entre quejidos y empujones los cuatro Pevensie calleron al suelo saliendo del ropero.

La Heredera Pérdida - Caspian y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora