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Londres siempre había sido una ciudad que llamó mi atención, a la par de sus climas lluviosos y días llenos de niebla, parecía el lugar perfecto para continuar con mi vida. Finalmente iba a poder cumplir aquel sueño.

Luego de terminar la universidad, graduandome como escritora, decidí no seguir en mi país y finalmente mudarme a Inglaterra. Quería descubrir una nueva forma de vida, nueva gente, nuevos lugares y posibilidades, estaba obsesionada con la idea de empezar de cero e independientemente.

Tenia una amiga allí, Camille. Nos conocimos en el secundario y eramos inseparables. Al llegar la universidad Camille se mudó a Londres en un intercambio, sin embargo nos mantuvimos en contacto y afortunadamente es con ella con quien voy a quedarme el tiempo necesario hasta conseguir mi propio apartamento.

Luego de hablarlo con mis padres por meses y lograr organizar todo, me iba a ir. No voy a mentir, tengo mucho miedo. Las cosas podrían no irme bien o quizás adaptarme a vivir sola sea más difícil de lo que imagine, sin contar que es en otro país. Chequee mis valijas por última vez, quería asegurarme de tener todo aquello que anoté en mi lista.

Ver mi habitación vacía me generaba grandes oleadas de nostalgia. Todos los recuerdos que contienen estas cuatro paredes son incontables, este es mi lugar seguro, mi mundo. A veces solía encerrarme aquí y no salir en todo el día, o en las noches solía mirar por la ventana al cielo estrellado y reflexionaba sobre mi vida, de vez en cuando me estresaba por no encontrar a la persona indicada para mi.

He estado en relaciones pero ninguna fue algo serio. Normalmente terminaban y yo me recuperaba fácilmente, lo que me hacía sentir que nunca nadie iba a ser suficiente para mí y me volvía loca de solo pensarlo.

Seque un poco mis ojos llenos de lágrimas y eché una última mirada alrededor. En segundos la tristeza y la nostalgia se apoderaron de mí cuerpo.

"Adiós" susurré con una leve sonrisa, y cerré la puerta de mi cuarto.

(...)

- Nerviosa? - preguntó mi padre mientras esperábamos el aviso de abordar.

- Un poco - Sonreí mientras bajaba la vista hacia mi teléfono, el cual acababa de sonar.

[Nuevo Mensaje De Camille]

"En cuanto tiempo sale tu vuelo? No puedo esperar a verte!"

Sonreí de emoción, estaba muy ansiosa por abrazarla.

"En 5 minutos podemos empezar a abordar, ya quiero estar allí. X"

Guarde el celular en mi bolsillo y volví la vista a mis padres. Lucían un poco preocupados aunque orgullosos. Pase los últimos minutos conversando con ellos sobre los detalles del vuelo y entre palabras y palabras se incluían abrazos y caricias.

"Pasajeros del vuelo 1106 ha comenzado la embarcación"

Mi madre me miro dulcemente.

- Te voy a extrañar tanto - Exclamo mientras me rodeaba con los brazos y varias lágrimas rodaban por nuestras mejillas. Luego me abrazo a mi padre, quien intentaba no llorar.

- No sé cuánto tiempo pasará antes que nos volvamos a ver, pero quiero que sepas que estamos felices y orgullosos de ti Hannah - Agrego mi madre aún llorando.

Volveré a visitar, lo prometo - Sonreí con lágrimas en los ojos y volví a abrazarlos. Todo mi cuerpo temblaba, mi corazón latía de miedo. Repentinamente me encontré cuestionando mi decisión.

- Llámanos cuando llegues - Añadió mi padre suavemente posicionando su mano en mi hombro una última vez.

Asenti y los abracé una última vez antes de finalmente despedirme.

Una vez en el avión espere el despegue aun con lagrimas cayendo por mis mejillas, luego de unos minutos comenzó a vibrar mientras tomaba velocidad. Me sostuve de mi asiento y mire por la ventanilla mientras ascendiamos. Luego de un tiempo observando la ciudad, me acomode en el asiento y me deje llevar por la música en mis audífonos hasta quedarme dormida.

Londres, aquí voy.

Saludo a todos mis lectores, espero que les haya gustado el primer capítulo y decidan continuar leyendo. Me hace muy feliz que la disfruten!

Venus.

Baker Street (Sherlock Holmes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora