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— John! Cómo has estado? — Cam le pregunta mientras se abrazan ligeramente y él me mira, aún extrañado.

— Bien, bien. Con mucho trabajo, pero no es nada nuevo — Sonríe y se dirige hacia mi — Tu debes ser Hannah.

Asentí y luego lo salude con un apretón de manos y una sonrisa.

John nos invita a pasar al lugar y yo, intentando olvidar la incómoda situación, comienzo a observar a mi alrededor. 

La entrada se forma por una pequeña área junto a una puerta al costado donde, segun Cam, vive la dueña del departamento la cual luego apareció ofreciéndonos una bandeja de té. Seguido hay unas escaleras que aun no puedo distinguir a donde llevan, pero probablemente sea allí donde se encuentre mi apartamento. 

John se dio cuenta que andaba distraída observando el lugar.

— Hannah, si quieres puedes ir subiendo y echar un vistazo al lugar — anunció amable, a lo que asentí con una sonrisa y automáticamente comencé a subir aquellas intrigantes escaleras, dejando a mi amiga ponerse al tanto con John.

Al llegar arriba encontré que puerta del lugar se encontraba entreabierta y fácilmente me adentre.

Observé libros por todos lados. En estantes, apilados en el escritorio, algunos en cajas en el suelo. Un tapiz muy hermoso cubria las paredes donde tambien habia dos grandes ventanas por las cuales entraba una agradable y cálida luz solar.

Ahí fue donde mi vista se detuvo.

Un hombre bastante alto se encontraba de espaldas mirando por aquel ventanal izquierdo, vistiendo un elegante traje azul oscuro acompañado de una ondulada y negra cabellera, la cual creía reconocer.

No quise distraerlo, pero necesitaba romper este incómodo momento. Cuando abrí mi boca para decir algo, sus palabras me detuvieron.

— Tu debes ser Hannah — soltó aun sin darse vuelta, con una voz grave y atractiva.

Me quedé inmóvil y sin respuesta alguna.

— Sí — respondí algo confundida al escuchar mi nombre en los labios de un extraño — Nos conocemos?

El hombre a unos metros de mi se volteó rápidamente, dejándome ver su rostro por primera vez. Mi mente se quedó estupefacta una vez más. A los segundos, posicionando sus ojos sobre los míos, respondió — Definitivamente no — Luego se acercó y estrechando su extensa mano añadió — Sherlock Holmes. 

Tomé de esta al saludarlo, el contacto me dejó atontada unos segundos en los cuales pude observar aún más claramente sus facciones, acompañadas del tono de su voz y la finura de sus movimientos. Ha pasado bastante tiempo desde que no veía a alguien tan encantador en su totalidad.

— Supongo que alquilaras aquí — Agregó, devolviéndome a la realidad.

— Aún estoy decidiendo, pero me gusta bastante este sitio — respondí, Sherlock asintió con una leve sonrisa.

— Entiendo. En todo caso espero que no te moleste, pero como John se fue tomé el cuarto más grande.

Lo miré confundida.

— Vives aquí? — Dije casi sin poder terminar de formular mi pregunta.

John, quien me escuchó, entró justo por la puerta. Su rostro chocó con el mío y cambió al verme hablar con aquel hombre, que ahora llevaba un nombre.

Hubo un ligero silencio.

— Siento no haber mencionado antes este detalle — rió nervioso — pero sé que probablemente hubieses descartado el lugar sin pensarlo. De todas formas, él es Sherlock, también vive aquí. Solíamos compartir el apartamento pero recientemente me mudé con mi esposa, así que hay un lugar libre. Si de algo sirve, Sherlock es un increíble compañero de piso — Dijo John sonriéndole a su amigo, este le correspondió. 

Baker Street (Sherlock Holmes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora