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El auto al que me subieron era negro, no me vendaron los ojos ni me trataron violentamente como esperaba, simplemente me posicionaron en la parte trasera del vehículo y el motor arrancó. Intente prestar atención al camino pero no lograba descifrar donde nos encontrábamos debido a todas las curvas que tomábamos, y el hecho de que era de noche.

Habrían pasado 10 minutos hasta que nos detuvimos, dos hombres corpulentos abrieron mi puerta y bajé. Nos encontrábamos frente a una gigante construcción, cualquiera pensaría que se trata de un palacio. La verdad es que nunca antes lo había visto.

Al ingresar me guiaron hacia una habitación donde esperé sentada a que algo ocurriera, mientras admiraba el inmenso lugar. Una gran alfombra color bordo cubría el suelo, las paredes tenían detalles dorados por todos lados; grandes cuadros y unas cortinas caras cubrían los ventanales.

Repase en mi mente los sucesos de días anteriores buscando una respuesta sobre dónde me encontraba o quién era aquel sujeto que me trajo. El único patrón que noté fue el de aquel nombre, Moriarty. Su inesperada vuelta y la cantidad de veces que Sherlock tuvo que correr ante nueva información me hacía ruido. Pero sería posible? Por qué me querría a mi?

Mis pensamientos fueron interrumpidos ante una presencia, Jim se adentro a la habitación con una peculiar sonrisa.

- Lo siento por la inconveniencia, desearía que no fuese así - dijo haciendo un gesto con las manos mientras se acercaba.

- Por qué estoy aquí? - pregunté demandante.

- Porque necesito hablar con Sherlock y tu eres la conexión perfecta, vendrá corriendo en segundos cuando se de cuenta que has desaparecido - rió - He venido aquí a hacerlo un poco más.. dramático - añadió agrandando sus ojos. Seguido, sacó detrás de su espalda un par de esposas. Automáticamente me pare de la silla algo asustada.

- Oh no te preocupes, no te haré daño. A menos que lo necesite claro. Siéntate - ordenó, ahora poniendo una cara totalmente diferente a la que me ofreció antes.

Miré hacia a puerta pero note que sus hombres se encontraban cubriendola, luego de unos segundos me di por vencida y me senté. Jim se acercó y comenzó a colocar las esposas en mis manos por detrás de la silla.

- Jim.. - titubeé - Moriarty? - pregunté.

- El mismo - respondió.

Posicionándose frente a mí en cuclillas, acarició mi rostro con su pulgar. Ante mi rechazo se alejó con una sonrisa. Uno de sus hombres lo llamó haciéndole una seña, luego volvió su rostro hacia mi.

- Parece que ha llegado tu novio - añadió alzando sus cejas - Espero que no sea asi de rapido en la cama.

Lo fulmine con la mirada, me hervía la sangre. Sherlock apareció por la puerta, su mirada se unió a la mía y luego viajó hasta Moriarty.

- Suéltala - ordenó.

- Es agradable verte a ti también Sherlock - respondió Jim.

- Qué es lo que quieres? - preguntó molesto y Moriarty río.

- Y uno pensaría que Sherlock Holmes tendría todo resuelto - dijo mirándome mientras lo señalaba en burla - Permíteme dejártelo claro una vez más, cariño: apártate de mi camino.

- Y dejar que continúes asesinando inocentes? La policía jamás se detendrá.

- La policía no es nada sin tu ayuda - se pausó - Por como lo veo, tienes dos opciones: O me dejas en paz y te olvidas de mí, o la próxima no tendré piedad con tu novia.

Baker Street (Sherlock Holmes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora