Baker Street (Sherlock Holmes)

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Hace unos días llamé a John para confirmar mi estadía en el apartamento, firme algunos papeles y ya estaba todo listo. Me pase la semana empacando las pocas cosas que utilicé en la estadía de mi amiga, y finalmente había llegado el dia, me mudaria a mi propio apartamento en Londres.

Cam se encontraba terminando de organizar las valijas mientras yo me daba una rápida ducha y me arreglaba para ir a Baker street. Debo admitir que me encontraba nerviosa, especialmente por Sherlock, realmente no sabía cómo tratar con él. Trate de buscar varias respuestas a las constantes preguntas que surgían en mi cabeza pero nada era suficiente, el hombre era todo un misterio.

El dia que me reuní con John por el papeleo, me comentó que Holmes tampoco era muy bueno haciendo amigos, aunque él con el tiempo fue ganando su confianza, quizás si tenía suerte me pasaría lo mismo.

También me explicó que Sherlock era muy independiente y bastante solitario, por lo cual no debería sorprenderme si en los primeros días o quizás semanas, no mostraba interés.
Me sentí un poco dolida ante esas ideas, sobre todo porque oficialmente éramos compañeros de piso y quisiera conocerlo, pero entendía que no era personal.

Luego de organizar todo, nos dirigimos al auto donde cargamos las cosas y emprendimos marcha. Minutos después nos encontrábamos en mi nuevo hogar.

Una vez en la puerta del 221B, Cam se apresuró entusiasmada y tocó la puerta. Me miró como si supiese todo lo que yo estaba sintiendo en el momento y apoyó su mano en mi hombro, le devolví una pequeña sonrisa y lleve nuevamente mi vista a la entrada.

Al oír que introducían la llave en la puerta fui formando una sonrisa en mi rostro, esta lentamente se desdibujó al divisar una oscura cabellera. Sherlock aparece por la puerta, luciendo como si recién se hubiera despertado.

- Buenos días - salude a Sherlock, quien lucía increíblemente guapo con el cabello despeinado.

- Buenos días - respondió, haciéndose a un lado - Adelante, iré a buscar tus cosas.

Sherlock salió a recoger las valijas del auto pasando frente a mi, mi estómago cosquilleo ante la fugaz cercanía. Mientras Cam subía las escaleras con otras maletas en sus manos, yo nuevamente recorría con la vista la habitación principal del edificio, imaginando mi vida en esta de ahora en más. Llegando ebria de un club, o tomando mi abrigo antes de ir a comprar comida, podía ver todo tipo de situaciones aquí.

Me quedé tan pasmada pensando que no me percate que Sherlock se detuvo detrás mío al intentar pasar con las valijas.

- Oh lo siento, dame eso - dije llevando mis manos a estas, accidentalmente tocando las suyas. Sentí electricidad invadir mi cuerpo y Sherlock tambien se percató.

- Yo las subo - respondió y con un ligero intercambio de sonrisas desapareció por las escaleras.

(...)

Al subir nos encontramos con John, quien estaba en el apartamento un poco antes de mi llegada. Me entregó sus llaves y conversamos un rato, finalmente él y Cam decidieron marcharse y los acompañe hasta la puerta.

- Me alegra que hayas elegido este lugar, cualquier cosa que necesites le dices a la señora Hudson - dijo John para luego saludarme y marcharse.

- Llámame - dijo Cam mientras salía por la puerta - Y ten cuidado.. - Agregó señalando para arriba y alzando las cejas, me reí y nos despedimos.

Subí los pequeños escalones en silencio a la par que mi corazón no paraba de aumentar su ritmo. Una vez arriba cerré la puerta detrás de mí y observe a Sherlock sentado en uno de los sillones leyendo pacíficamente, mientras la luz que entraba por las ventanas chocaba contra su espalda.

No quise molestarlo pero no sabía qué más hacer, era la primera vez que estábamos completamente solos.

- Qué lees? - rompí el silencio.

- Sobre crímenes - respondió.

- Ah.. - respondí sin saber qué más decir - Alguno en particular?

- No realmente.

Sherlock permaneció con sus ojos posicionados en el libro, nunca vi a alguien tan concentrado. Decidí dejarlo solo.

- Bien, llevare esto a mi habitación. Por cierto.. cuál es?

- Se encuentra del lado izquierdo - respondió sin ninguna expresión.

- Gracias - me aleje, llevando las valijas conmigo.

Intente ignorar a Sherlock por el momento y concentrarme en organizar mis cosas.

(...)

Puse algo de música no muy alta para no molestarlo y ordene mi ropa en el ropero mientras me preguntaba que tipo de música escucharía Sherlock, preguntas de todo tipo rondaban por mi cabeza. Al cabo de un rato salí de mi cuarto para ir a buscar algo de agua y note que él no estaba, tampoco en su habitación, se había ido.

Aproveche este tiempo para mirar un poco alrededor sin sentirme intimidada por su presencia.
Observe sus libros, ya que tenía muchos y esparcidos por todo el apartamento. Note gran cantidad sobre criminología, leyes, quimica. También había de botanica, geologia y varios de anatomía, me sorprendió no encontrar ni uno de literatura o historia. Mis ojos se desviaron de los libros al notar un violín, me preguntaba si tocaría.

La pared sobre la chimenea se encontraba repleta de fotos y papeles sujetos a ella, me acerqué para observar mejor y note que se trataba de información sobre crímenes, de todo tipo. Por otro lado, note que la pared de enfrente tenía varios agujeros de balas y una cara sonriente dibujada en aerosol amarillo. No iba a mentir, me inquietaba un poco ver tantas cosas acerca de asesinatos, sin embargo era interesante, había tanto que no entendía.

Me preparé una taza de té y me acomode en uno de los sillones mientras esperaba la vuelta de mi compañero, sin saber bien por qué. Aquel sillón emanaba un aroma agradable, fresco y mezclado con algo de tabaco, aunque a decir verdad todo el departamento olía a tabaco, pero aquel sillón.. era como si su pura esencia se encontrara allí.

Tomé el libro que él había dejado y comencé a ojearlo, trataba de crímenes como ya me había mencionado. Se veía interesante pero no era realmente para mi. Leí un par de páginas y comencé a sentir mis párpados caer pesadamente. Era de tarde y me sentía exhausta por la mudanza, deje que mi cuerpo ceda ante el cansancio y me dormí plácidamente sin ni siquiera pensar en que sería Sherlock quien me encontraría de esta forma al entrar.

(...)

Sentí que alguien cubría mi cuerpo lentamente con una pesada manta, quise hacer el esfuerzo de abrir mis ojos pero el sueño me venció. Escuche pasos alejarse y mi mente viajó directo a Sherlock, por un segundo me había olvidado donde me encontraba.

Algo avergonzada, pero derrotaba por el sueño, volví a dormir.