El gran cambio de Alena

Capítulo 12

En estos instantes toda la pandilla se encontraba relajándose en el spa. Y pensar que gracias a esa pelea con Agata habían conseguido entrar gratis en este maravilloso centro de relajación de Pinamar. 

A todos les estaban dando un buen masaje. Se encontraban en camillas distintas pero en la misma sala. Las empleadas les estaban realizando un masaje con aceites esenciales y también con piedras calientes. Después de estar un largo rato, les condujeron a una piscina llena de chocolate. Al parecer ese tipo de chocolate les hidrataría la piel. El grupo entró dentro de la piscina y se estuvieron allí como unos veinte minutos. Al salir, se encaminaron hacia unas duchas para quitarse los restos de chocolate. Para finalizar el recorrido se metieron en la piscina climatizada.

Ya dentro de la piscina estaban hablando sobre cómo vengarse de Agata. Todos estaban dándole a Serena posibles soluciones pero ninguna de ellas le parecía bien. Serena les contó que no solamente era competitiva sino que también tenía la capacidad de vengarse no una sino las veces que hicieran falta para tener la última palabra. Una vez escuchado eso, decidieron dejar el tema y hablar de otras cosas. Aunque hubiese sido una Navidad bastante movidita, habían acabado el día bien relajados y gratis.

Al salir de la piscina se fueron a las duchas y seguidamente a los vestuarios. Por lo visto Serena tenía contactos por todas partes y sólo le hizo falta hacer una llamada para que les llevasen a todos ropa limpia. La secretaria de Serena dejó las prendas en la recepción del spa. Una vez acabaron de ducharse se encontraron con ropa nueva delante de sus taquillas. Se cambiaron y se dirigieron a la salida del centro. Una vez allí dieron las gracias por la hospitalidad que habían tenido con todos ellos y que sin dudarlo repetirían otra vez, eso si pagando. 

Cuando ya salieron a la calle se dieron cuenta de que había oscurecido y que les apetecía tomarse un café. Se pusieron de acuerdo por ir al Starbucks. Al llegar, escogieron lo que les apetecía y se sentaron en una mesa a merendar. Alena se puso a reflexionar sobre el día que habían tenido. Sin duda esa había sido una de sus mejores Navidades, exceptuando el tema pendiente con Benjamín. Alena sabía que cuando llegaran esta noche al piso, le tendría que decir cual eran sus verdaderos sentimientos por el y por Alan.

Mientras Alena estaba embobada pensando en todos esto, Serena pidió la atención de todos ya que quería decirles algo. Aprovechó ese momento ya que Nico se había ido al baño. Serena les comentó que Nico cumplía 22 años y que estaba pensando en hacerle una fiesta sorpresa. A todos les pareció una buena idea así que se apresuraron en crear un grupo de Whatsapp entre ellos y quedaron en que ya lo hablarían. Cuando volvió Nico todos se quedaron callados. El joven se extrañó y dijo bromeando: quién se ha muerto? A todos se les escapó la risa. 

Al salir de la cafetería se echó a llover. Por suerte el Starbucks estaba justo delante del aparcamiento. Nico llamó a su chófer, que estaba aparcado más arriba de donde se encontraban ellos en esos instantes. La limusina llegó en un periquete. El chófer empezó a repartir paraguas a las tres parejas y con su ayuda al fin pudieron meterse dentro. Una vez con los cinturones atados, la limusina se puso en marcha hacía la casa de Nico y Serena.

Cuando llegaron por suerte para ellos ya había parado de llover. Alena, Benja, Zoe y Mateo se despidieron de Serena y Nico. Benjamín fue a buscar el coche que estaba aparcado en el aparcamiento y Alena, Zoe y Mateo subieron. Una vez dentro, Benja puso la radio. Estuvieron escuchando música hasta que llegaron al piso. Benja dejó a Zoe y Mateo delante de la puerta y se fue a aparcar con Alena. 

Una vez que el coche estuvo aparcado se dirigieron a la habitación de Benjamín. Los dos subieron las escaleras en silencio. Benja abrió la puerta y dejó pasar a Alena. Se sentaron en su cama. En ese momento Alena le dijo que realmente estaba enamorada de él y que lo suyo con Alan nunca podría funcionar. Benja la creyó pero le hizo una pregunta clave: Te sientes atraída por Alan? En esos instantes a Alena le dio un vuelco el corazón. No podía creer que su actual novio le estuviera preguntando eso. Tristemente la verdad era que ella si sentía cierta atracción por Alan. Aunque probablemente estuviera haciendo mal, Alena tomó la decisión de mentirle. Le dijo que nunca podría sentir atracción por alguien que se cree el rey del mundo y que va por la vida de guaperas. Le costó muchísimo mentirle a Benja sobre lo que sentía pero que otra opción tenía si ella realmente lo amaba. Lo que no sabía Alena era hasta cuando podría resistir la tentación que tenía por Alan.

Benjamín se estremeció de la emoción. Para él era todo que una chica cómo Alena le dijera eso. No pudo evitar darle un fuerte abrazo y pedirle disculpas por ser un tonto al pensar que entre Alan y ella había química. Alena fingió alegrarse y Benja le dio un beso. Los dos pasaron la noche en la habitación de Benjamín.

La cuestión sería si una chica como Alena sería capaz de mantener una relación seria con Benja al mismo tiempo que Alan intenta seducirla...