Capítulo 3

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Al bajar del avión, Alena se sintió como nueva y preparada para empezar una vida completamente nueva. Fue a recoger sus maletas y se dirigió al aparcamiento donde se suponía que estarían sus nuevos compañeros de piso. Al llegar, le costó diferenciarlos entre tanta multitud de gente pero los acabó encontrando. Los chicos llevaban un cartel enorme en el que se podía ver escrito el nombre de Alena. La joven les saludó diciendo que ella era Alena y los muchachos se presentaron muy amablemente, todos con un sutil acento argentino. Al finalizar las presentaciones se encaminaron todos juntos al bus de estudiantes, ya que no eran ellos solamente los que venían a recoger a alguien al aeropuerto. Como ellos muchos más estudiantes venían a por otros del aeropuerto. Incluso había estudiantes que venían a despedirse de su compañero que ya finalizaba su etapa en la Universidad.

Después de un corto trayecto en bus hasta la capital le mostraron el piso a Alena, que estaba muy ilusionada. La chica ya se había encariñado con algunos de ellos, hasta se podía decir que uno de los chicos le atraía. Es por eso que antes de instalarse decidió invitarles a todos a un refresco en el bar de abajo. En total eran 10 compañeros en el piso repartidos en 10 habitaciones distintas, una para cada uno. Los jóvenes hablaron durante lo que vendría siendo una hora y después dejaron a Alena instalarse tranquilamente. Digamos que no todos la dejaron en paz... Un compañero de nombre llamado Benjamín. El joven no quería separarse de Alena ni un segundo, parecía que le había cogido mucho cariño y no quería dejarla sola... O había algo más entre ellos dos?

Alena abrió la puerta y sin darse cuenta Benjamín ya estaba dentro. El muchacho quería enseñarle el piso con detenimiento y sobretodo explicarle todo. Al finalizar, Alena empezó a sacar su ropa de la maleta y la fué poniendo en el armario mientra Benjamín no paraba de explicarle cosas sobre él mismo y también sobre la ciudad de Buenos Aires. Alena acabó de instalarse por así decirlo y se tumbó en su cama mientras Benjamín estaba sentado en su escritorio. Los dos no paraban de hablar de distintos temas que se les pasaban por la cabeza y así se iban conociendo mejor. 

Cuando se dieron cuenta de que ya era de noche bajaron en dirección al comedor del piso. Alena iba a entrar cuando Benjamín le paró los pies para invitarla a cenar a un buen restaurante que conocía. Los otros compañeros empezaron a silbar y a cuchichear entre ellos. Todos se percataron de cuales eran las intenciones del romántico Benjamín.

Los dos fueron andando hasta el restaurante que al parecer se encontraba en la misma manzana que el piso. Se sentaron y escogieron la comida que cenarían. En la espera, Alena aprovechó para llamar a su abuela y contarle que había llegado bien y se había instalado perfectamente con la ayuda de su compi preferido. La chica se ahorró contarle la parte de la cena con Benjamín, no quería emocionarla aun más todavía.

La espera valió la pena, los platos tenían muy buena pinta y sabían igual de buenos de lo que parecían. Mientras cenaban Alena se atrevió a contarle que hace unos meses perdió a sus padres en un accidente de coche pero que lo estaba superando poco a poco. El joven sintió lastima por ella pero le dio muchísimas fuerzas para tirar adelante y sobretodo le dijo que el la apoyaría en todo.

Los jóvenes se percataron de la hora y decidieron volver al piso. Benjamín acompañó a Alena a la puerta y se despidieron con dos besos en las mejillas. La chica entró en la habitación, se puso el pijama y se tumbó en la cama con la intención de dormir plácidamente. 

Alena tenía muy buenas expectativas de esta ciudad y todavía más de mañana que iría a conocer la mejor Universidad de diseño de Argentina. Con todo lo que le estaba sucediendo, incluido Benja, se sentía más que feliz. Mañana sería un nuevo día, plagado de objetivos que cumplir.

El gran cambio de AlenaWhere stories live. Discover now