02.

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"Jongin era una situación inestable, sin nombre. Y lo que hacía con él era parte de una condición de atracción, simple atracción donde él se sentía querido. Deseado."




Lee Taeyong.

El castaño de veintiún años no era considerado como el chico más popular de su facultad que tenía a todo el mundo ante sus pies. Mucho menos el rey de los pasillos o la portada del cotilleo de la universidad.

No.

A Taeyong lo conocían porque era un lindo misterio que todos querían resolver. Una mueca seria a lo lejos que rápidamente se transformaba en una sonrisa cálida cuando alguien lo aproximaba.

Algo tímido, pero siempre amable. Excelentes calificaciones sin tener su culo pegado a una biblioteca. Su nombre nunca encabezaba la lista de invitados de las fiestas, pero varios tenían que confesar que siempre esperaban que esa mata revoltosa de cabello se asomara por aquella puerta.

Es que ni tan siquiera sin ese par de ojos oscuros dulces y entornados, Taeyong podría pasar desapercibido. 

Su piel tersa que unos decían ya estar decorada por varios y delicados tatuajes, adornaban su delgada contextura haciéndolo irresistible. Caminando a paso tranquilo y ensimismado en su propio mundo, tocando ansioso alguno que otro de los piercings en el lóbulo de sus orejas cuando estaba distraído o cuando algo lo inquietaba. Totalmente inconsciente de lo que cruza por la cabeza de algunos frustrados por su indiferente actitud.

Y con algunos se refería específicamente a Kim Jongin.

El nombre que últimamente solo le traía dolores de cabeza y razones por las cuales hoy Yuta, su mejor amigo, se había metido en el segundo problema del semestre.

—¡¿Qué mierda te pasó en la cara?! —preguntó horrorizado a la par que dejaba caer su mochila y caía preocupado junto a aquel chico sentado en el suelo del salón. Una escandalosa bolsa de hielo ensangrentada sobre su ceja izquierda e hilos de agua mezclada con sangre resbalaban por su mejilla.

Minutos antes, muy tranquilo estaba terminando la ultima clase del día cuando un torrente de mensajes llegaron a su teléfono haciendo vibrar su bolsillo.

Estoy en el último laboratorio del tercer piso.
Trae algodón mucho. Y alcohol.

Mucho :D

Un jodido laboratorio de química sin alcohol. Ven rápido [Sticker]

Taeyong intuyó las razones.

—Más exactamente el puto de Yixing —contestó el pelinegro haciendo una adolorida mueca y Taeyong no tuvo que pedir más respuestas.

Lo sospechó cuando en su primer clase del día, dos chicas lo miraron de arriba hacia abajo. Pendientes como si tres cabezas fueran a salir de su cuello de repente.

Kai y sus estúpido lacayos.

—¿Qué andan diciendo? —Taeyong retiró la bolsa con delicadeza para mirar la gravedad del asunto. Resignado y sin muchas ganas de escuchar la respuesta, en realidad.

Su amigo solo chasqueó la lengua para restarle importancia al sentir la pequeña mota empapada del fuerte líquido ser colocada en el corte de su ceja.

—Te acostaste con él para recuperar tu trab- ¡AUCH! —se quejó al segundo que Taeyong removía con algo de fuerza.

—No hice nada de eso —respondió el castaño a la defensiva.

SAUDADE  ||  JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora