Capitulo II: De los errores aprende el hombre ¿no?

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El accidente que dejó a un ser humano hecho cenizas quedó encerrado entre las paredes del castillo, se prohibió a cualquiera hablar del incidente, de cómo la pequeña princesa había quemado a uno de los guardias vivo. Los reyes decidieron ponerle a entrenar para que aprendiera a controlar sus habilidades, fue la misma Nana quien comenzó a enseñarle lo básico pues la pobre niña estaba aterrada por lo que había hecho. Evey no dormía por las noches y despertaba gritando, llorando, decía que en sus sueños podía verse a sí misma quemando a todo el mundo en el reino. Jaira se alejó completamente de su hija, no era ella quien la consolaba cuando la pequeña no podía dormir, era Nana quien siempre estaba ahí para darle un reconfortante abrazo cada vez que la niña lo necesitara y, después de mucho trabajo, la confianza en la pequeña regresó a ella.

Nana dedicó mucho tiempo a entrenar a Evey, le enseñó muchos de sus trucos y a la edad de diez años se manejaba mejor que muchos otros elementalistas, era debido a su capacidad superior y la gran maestra que le había educado. La joven princesa utilizaba su tiempo con su abuela no solo para entrenar, Nana muchas veces la llevó de paseo al pueblo donde la joven se divertía jugando con niños de su misma edad. Un día mientras paseaba con Nana, pudo ver un desfile del ejército, soldados, elementalistas de agua, fuego y tierra realizaban un espectáculo que deslumbró a la muchacha. En ese entonces, inmediatamente confesó su deseo de formar parte del ejército, así podría ayudar a proteger el reino y a la gente desvalida.

Los soldados en el reino solían ayudar a los más pobres, a veces eran ellos quienes construían las pequeñas casas, ayudaban con los campos. Los militares no eran simples personas que lucharían con espadas o utilizando sus habilidades, eran un grupo comunitario y de buen corazón y ella, Evey, quería ser parte de eso.

De inmediato la idea fue totalmente desechada por Jaira que se negó rotundamente a dejar que su hija se inscribiera en el ejército y se codeara con gente de clase baja. Nana no intentó persuadirla, sabía que la reina no la escucharía por lo que habló con su hijo, el rey.

Deberías permitirle que se una al ejército, Jaira la mantiene encerrada como una prisionera, es una niña, no un criminal. —decía la anciana. Ambos estaban sentados en una banca en el jardín del palacio.

Lo sé, pero Jaira tiene razón, además, solo intenta proteger a Evey, es nuestra única hija y la heredera, no hay nadie de nuestro linaje que pueda aspirar a sentarse en el trono. —Eskor fue el único hijo de Eleanor y Gert Moon, no tuvo hermano y sus tíos habían muerto en batalla. Los hermanos de Jaira por su parte, no tenían descendencia, habían dedicado su vida completamente al ejército y al igual que los tíos del rey, fallecieron en batalla a prematura edad.

¿Y qué? —preguntó Nana enfadada —deja a la niña ser, Evey es una niña dulce y amable, deberías confiar en que tomará la mejor decisión. —Confiaba en su nieta, había pasado tanto tiempo con ella que la conocía más que nadie.

No es lo que me preocupa, me preocupa que termine como Hela. —aclaró Eskor —Sé que es mi hija, que es una niña de buen corazón pero tú y yo sabemos lo que pasó con ella. No puedo dejar que Evey aprenda demasiado, sabes que llegará el punto en que deberá elegir. —tenía miedo que su hija fuera corrompida por el poder.

Bah —protestó la anciana —Evey elegirá bien, debes confiar en tu hija, mientras más la alejes de lo que ella quiere, la alejarás, déjala entrar al ejército, deja que aprenda sobre el mundo, si va a ser reina algún día, necesita conocer a su gente. Evey sería una estupenda reina, es una niña de buen corazón que solo quiere ayudar a los demás y el día que tenga que hacer la elección, lo hará bien. —confiaba plenamente en su nieta, sin embargo, sus padres no.

Nieve y Oscuridad [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora