Capitulo III: Todos tienen derecho a elegir

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Le buscaron noche y día sin éxito, fue Nana que la encontró sentada a orillas de uno de los ríos que cruzaban el reino. La anciana estaba al tanto de lo que había sucedido, ya todos lo sabían, lo que no conocían, eran los hechos exactos, pero todos asumieron que la muerte de los dos jóvenes había sido culpa de ella. Cuando su abuela la encontró, la joven no se movía, se mantenía quieta aferrada a sus rodillas, había llorado por mucho tiempo, se le notaba en los ojos. La anciana tomó la mano de su nieta y se mantuvo a su lado, no iba a obligarla a hablar. Imaginaba que había sucedido y no iba a presionar a la pobre muchacha.

Fue mi culpa Nana. —dijo Evey, su voz sonaba triste —Fue mi culpa. —repitió y se volteó hacia su abuela quien la abrazó cuando las lágrimas recorrieron sus mejillas.

No es tu culpa mi niña —intentó consolarle Nana. Era culpa de Jaira y Eskor, si hubieran dejado que la niña aprendiera desde antes, ambos controles, nada de aquello hubiese sucedido.

Sí lo es —la contradijo entre sollozos —No quiero ser como Hela, Nana, no quiero convertirme en un monstruo como ella —su voz sonaba entrecortada, llena de dolor. Tenía miedo de terminar como la Reina Hela.

Nana se apartó y levantó el rostro de Evey —Jamás digas eso ni niña, tú eres infinitas veces mejor que Hela, nunca serás como ella, eres una niña de buen corazón.

¿Y si pasa? —preguntó con su mirada llena de temor —No quiero que eso pase, Nana.

La abuela suspiró —Si aprendes a controlar ambos...

No, no quiero, no voy a poder, si lo hago más gente saldrá herida, cuando siento el fuego dentro de mí no puedo controlarlo... siento que voy a explotar —lo recordaba, y recordarle le daba un dolor en el pecho —Primero fue a ese soldado, y ahora a Igor... —las lágrimas nuevamente comenzaron a brotar.

Entiendo que tengas miedo mi niña, —Nana secó las lagrima de su nieta —pero recuerda que tú siempre serás mejor que Hela, tú no haces las cosas por beneficio propio, tienes un corazón noble, y mientras uses tu magia para hacer lo correcto, todo estará bien —le partía ver el alma así a su nieta —Conozco a un brujo que vive a las afueras del reino, él puede sellar tu magia de fuego pero, no será algo permanente. Depende de ti mi niña, tú decides.

Evey suspiró y luego asintió.

Hela fue una cruel elementalista, dueña del control del agua, heredera al trono, sedienta de poder según lo que la gente decía. Las leyendas cuentan que Hela hizo un pacto con el Gran Otro que le concedió el doble don, la unión entre elementos contrarios que daba como resultado la oscuridad. Hela fue conocida como La Reina Siniestra. Su cabello fue castaño y largo, sus ojos de un suave color celeste, pero en cuanto decidió hacer sacrificios y cultos al Gran Otro, su cabello se volvió blanco y sus ojos purpuras, quiso convertirse en la elementalista más poderosa de todo el mundo. Su reinado duró veinte años, veinte largos y oscuros años donde el pueblo temía a su reina. Cuando Hela rebeló sus planes de conquistar el sur y las islas de más allá, fue cuando los ciudadanos tomaron conciencia, si la reina salía de allí sembraría caos y oscuridad por el mundo, llevaría muerte a donde fuera que pisara, y, fue entonces cuando decidieron revelarse y matarla.

Otros cuentan que Hela fue una elementalista que al hacer el pacto con el Gran Otro, se reprodujo con el Rey de la noche dando por resultado a los demonios de hielo y nieve. Algunos decían que era la hija del Rey de la noche, otros que era la oscuridad misma hecha mujer, sin embargo, ninguna teoría fue confirmada puesto que Hela redujo el palacio a cenizas antes de morir llevándose con ella todo registro de su existencia.

Nieve y Oscuridad [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora