Capitulo XX: Fuego

1.8K 237 12
                                    


Incluso el Rey de la noche se detuvo a mirar. Aquella gran cúpula de fuego que ardía con intensidad no se movía, no devoraba todo a su paso ni causaba una gran destrucción. Jon observaba con terror sin entender que era lo que sucedía, los dragones eligieron volar lejos. Daenerys sintió una puñalada en su corazón al ver caer a su querido Rhaegal. Ser Davos sintió su corazón encogerse ante el desconocido resultado de la hazaña de la mujer de cabello blanco ¿lo hizo para destruir el cuerpo del dragón y que el Rey de la noche no pudiera resucitarlo?

Jon tuvo que ser empujado para que la puñalada no asestara en su corazón, fue el mismo Tyrion quien intentó sacarlo de ese trance.

¡JON! —gritó repetidas veces —¡Tenemos que movernos!

La cúpula comenzó a arder con mayor intensidad atrapando todo a su paso. El enano empujó a Snow que reaccionó y comenzó a correr.

Las llamas se extendieron tan alto que incluso los dragones debieron alejarse, el Rey de la noche se vio obligado a moverse lejos de Drogo cuando el fuego creció

Fuertes estruendos comenzaron a sonar, rugidos que parecían provenir del más allá, que hicieron que los pelos de la nuca se erizaran en los vivos y paralizaran a los muertos. De entre el fuego una pequeña figura emergió, las llamas que salieron de sus manos consumieron todo lo que estuvo a su paso, los muertos cayeron hechos cenizas ante sus pies. Su cabello ondeaba y destellaba con un aspecto infernal. El intenso resplandor o en sus ojos de color purpura hacia que estos resaltaran en su rostro. Estiró sus brazos, hizo sonar sus nudillos y esbozó una amplia sonrisa.

Que mierda... —dijo Tyrion.

Un fuerte rugido, un sonido infernal seguido de un temblor bajo los pies de quienes peleaban. Una inmensa figura comenzó a dibujarse entre las llamas detrás de la pequeña figura. Las llamas comenzaron a extinguirse mientras que la silueta tomaba forma, la forma de una gigantesca criatura cuyos ojos brillaban cual resplandor del sol en su pecho. Un fuerte rugido hizo que Drogon se alejara haciendo que Daenerys casi perdiera el control, haciendo que también Tyrion quedara casi boquiabierto y Jon con una expresión inexplicable en su rostro.

Terminemos esto hoy —dijo Evey.

Levantando hielo bajo sus pies se subió al lomo de la gigantesca criatura que emprendió vuelo, sus alas parecían arder en llamas, y en cuanto se acercó al Rey de la noche, el fuego de las fauces del dragón no pudo detener las llamas que el que un día fue Rhaegal escupió. El rey de la noche hizo que su dragón retrocediera y esquivara el ataque pero no notó que en ese mismo momento ella estaba tras él.

Hoy termina tu reinado —Evey busco poner su palma en la espalda del rey de la noche pero este se alejó.

Rápidamente la criatura cogió una de sus espadas y la desenvainó para pelear. Evey forjó una espada de fuego y ambos se enfrascaron en una pelea a lomo del dragón resucitado mientras este peleaba con su hermano. Rhaegal escupía fuego que Viserion intentaba detener con sus llamaradas de color celeste, ambas criaturas que un día fueron hermanas intentaban acabar con la vida del otro.

Evey había salvado la vida de Rhaegal y aunque no supo cómo ni por qué, lo había convertido en una criatura de fuego, en un dragón del doble de tamaño que sus hermanos, una criatura que al mover sus alas desprendía fuego.

Los pasos de Evey eran seguros, las espadas chocaban, hierro contra hierro y a diferencia de cualquier espada normal, la que la mujer empuñaba no se rompía al colisionar contra la del Rey de la noche. La sincronía de sus movimientos eran impresionante tanto como sus agiles movimientos, ninguno de los dos era herido por el otro, todo ataque era bloqueado por el otro hasta que Evey notó algo extraño y se movió a tiempo para esquivar una de las lanzas de hielo lo cual la hizo perder el equilibrio y caer del lomo de Viserion pero si el Rey de la noche pensaba que en ese momento había acabado con ella, estaba equivocado.

La mujer de ojos purpura pudo amortiguar su caída con facilidad, pero mucho antes de intentarlo, sintió algo agarrar su brazo, al ver hacia arriba pudo ver a Daenerys sostenerla con fuerza para evitar su caída. Se impulsó a sí misma y quedó en el lomo de Drogon.

No volverá a ser el mismo, —le espetó antes que dijera algo —es una criatura de fuego ahora y ya no será fiel a ti.

Lo salvaste —dijo la Targaryen.

De cierta forma, pero ya no es el Rhaegal que creció contigo, lo siento —se disculpó genuinamente con ella. No podía explicar cómo lo había hecho, Evey no sabía que tan fuerte podía ser ni todo lo que podía lograr, únicamente sabía que ese Rhaegal que escupía fuertes llamaradas se había transformado tal como lo había hecho ella el día en que fue apuñalada.

La conversación iba a ser incomoda por lo que simplemente se levantó y buscó alzarse para llegar hasta el Rhaegal que incluso se acercó para que ella pudiera saltar hasta su lomo.

Acércate —le ordenó y la criatura comenzó a acercarse hasta Viserion. Si le hubieran preguntado que pensaba, la respuesta de Evey sería: "El Rey de la noche está escapando".

Rhaegal relucia en el cielo, por sus heridas parecía correr fuego en vez de sangre y no tardó en alcanzar a Viserion y abalanzarse sobre él mordiendo su cuello haciéndolo caer en picada, herido y chillando de dolor. Evey saltó del lomo de Rhaegal y pudo ver como el Rey de la noche (que había de alguna manera amortiguado su caída) se movía entre los espectros.

Evey comenzó a correr tras este quemando todos a su paso. Parecía otra persona, la decisión en su rostro, la inexpresividad de sus ojos y las llamaradas de color morado que producía la hacían ver como un monstruo pero en el fondo, lo único que la muchacha deseaba era acabar con todo para que la gente pudiera vivir en paz.

No, no —dijo cuándo el Rey iba a tomar uno de sus caballos.

Más espectros bloquearon su camino pero se deshizo fácilmente de ellos, lanzó una bola de fuego a los cuartos traseros del animal que comenzó a incendiarse y tiró a su jinete. Aunque no de los "generales" del Rey de la noche intento bloquear su camino, no tuvo éxito y fue convertido en cenizas.

Solo quedaba Evey y el Rey de la noche.

Los ojos purpuras de la mujer estaban fijos en él, volvió a invocar su espada de fuego mientras caminaba en un círculo sin quitar su vista del Rey de la noche.

Aquí es donde termina todo, hoy es será un día donde la oscuridad no será la que aterrorice al mundo, será la que deje brillar las estrellas. —y esbozó una pequeña sonrisa

Y como si aquellas palabras hubieran encendido el odio en la criatura, la pelea se desató nuevamente. Esta sería la última, si el Rey de la noche caía todos caerían con él, y aunque este sabía que la mujer que tenía en frente... no, que la criatura femenina de cabello blanco que tenía enfrente no era rival para él, de todas formas peleó.

La criatura pudo cantar victoria cuando su espada tocó su torso, cuando pareció que finalmente había asestado un golpe en el pecho de Evey, pero cuando aquel metal se derritió al contacto con esta haciendo que finalmente todo terminara, probó lo equivocado que estuvo.

Con la muerte del Rey de la noche todo espectro cayó. El titiritero fue reducido a cenizas.

Nieve y Oscuridad [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora