Capítulo 8

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—¡Cariño, ya llegué!—exclamó el padre de Lucie y el esposo de Theodosia, entrando a la casa.

El señor estaba un poco cansado luego de tantas horas en su trabajo, lo único que quería hacer en esos momentos era estar con su familia, pero al ver toda la casa a oscuras mantuvo una ligera confusión, caminó unos cuantos pasos hasta llegar a la cocina, ya que en ese lugar había un olor que le llamaba la atención.

Apenas llegar a la cocina, pudo notar varias cosas, como ollas y algunas cucharas en el lavaplatos, las cuales estaban con un liquido morado. Al ver en el mesón de la cocina, pudo observar una nota, que al parecer era de su esposa, ya que, al agarrarla y observarla, pudo notar que la letra era de ella:

—"Salí con Lucie a pasear...—leía el señor, casi susurrando, ya que no le estaba leyendo a nadie—. Por favor no te enojes cariño, te dejamos un pedazo de lo que preparamos en la nevera. Te amo, atentamente, tu esposa Theodosia"

El señor volvió a leer lo último que decía la nota, y apenas entenderlo dejó aquel pedazo de papel en el mismo lugar que la había encontrado y, con una pequeña sonrisa, se acerco a la nevera, para ver que fue lo que prepararon.


Lucie estaba caminando hacia el bosque junto con su amiga y su madre, tenía la tarta de mora en sus manos, a la cual le faltaba un pequeño trozo, la tarta tenía algo de papel plástico encima, para evitar que los insectos o otras cosas arruinaran la creación.

—Detesto que el bosque quede taaan lejos—se quejó Theodosia, mirando que, aunque faltara poco para llegar, a la vez faltaba mucho.

—Ya entiendo de quien heredo las quejas Lucie—rió Casey.

 —Tu vives más cerca del bosque y haces más caminatas, tu no tienes de que quejarte—refunfuñó Lucie, dándole un pequeño golpe a su amiga.

 —Lucie, no le pegues a Casey—rió Theodosia—, que tienes la mano pesada, la puedes matar.

Lucie y Casey rieron por unos breves segundos, para luego parar, siguieron otra vez con algunas charlas bromas entre ellas, mientras saludaban a alguno de los vecinos que se encontraban afuera de sus casas haciendo cualquier cosa.

Luego de unos minutos, llegaron a la entrada del bosque. Lucie acomodo un poco el plástico que protegía la tarta y entro al bosque junto con Casey y su madre buscando exactamente el lugar donde fue que ocurrió todo eso.

—Lucie, ¿sabes como se veía ese señor?—le preguntó su madre, algo curiosa.

La castaña sólo negó la cabeza, mientras miraba al rededor, tratando de recordar el camino.

—Lastimosamente yo estaba acostada de lado, y el estaba atrás mío, y me sentía bastante adolorida como para voltear la cabeza.

—Vaya, me hubiera gustado saber como era.  

Lucie se quedó callada por unos segundos solo para pensar, por lo cual, mientras que Casey y Theodosia hablaban tranquilamente, ella recordaba el camino en el que estaban en esa vez, incluso pudo ver algo de madera quemada cerca, el cual era el lugar donde se hizo la fiesta.

Esta empezó a caminar más rápido que las otras dos, las cuales se sorprendieron y trataron de seguir el paso de la castaña. Estas pisoteaban ramas pequeñas y hojas del suelo, tanto secas como mojadas, dependiendo de los lugares donde se podría estancar el agua de la lluvia por varios minutos, y sin buen sol que les dé, es algo difícil que se sequen rápido.

La castaña paró en seco, haciendo que Casey y su madre casi chocaran con ella, esta recordaba a la perfección el lugar, era casi oscuro, incluso de día, ya que habían tantos arboles por esa zona, el sol no daba a la perfección, pero gracias a los tenues rayos de sol se podía ver al rededor, lo cual altero un poco a Theodosia, a Casey no tanto, ya que cuando fue a rescatar a Lucie, ese lugar estaba así.

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