Capítulo 17

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El sonido de un suave sorbo se empezó a escuchar en el cuarto del muchacho de cabellos negros, haciendo que todos los que se encontraban en aquel lugar voltearan a ver a la muchacha de ojos aceitunas, la cual en ese momento no se le notaban dichos ojos, debido a que los tenía cerrados, sin embargo, sabía que lo que estaba haciendo lograba captar la atención de todos sus amigos.

Por fin, dejo de sorber el chocolate caliente que con anterioridad habían preparado para la noche, y dejo la taza que estaba medio vacía cerca de ella, o para ser más exactos, en una mesita que tenía Connor algo cerca de su cama.

—¿Fue tan necesario sorber de esa manera?—inquirió Lucie, la cual le daba un pequeño sorbo al chocolate caliente que tenía.

—¡Sí!—respondió con exclamación—. Lo había visto en una película, ¡y funcionó!

—Si lo vuelves hacer te lanzaré por la ventana—su amiga soltó una risita.

—¡De acuerdo, simplemente empecemos con esto!—les interrumpió Thomas—, solo hemos procrastinado desde que llegamos.

  —¿Y ese lenguaje tan exótico?—indagó Casey, con una tenue sonrisa.

Thomas simplemente se encogió de hombros, ya que no tenía ninguna excusa por haber usado aquella palabra en su oración.

Connor simplemente se quedó en silencio, mirando a su grupo, pero, su mirada demostraba bastante confusión, como si algo no encajara en ese momento, por suerte, Casey logró notar esa susodicha mirada y quiso saber la razón de eso.

—¿Que sucede Corn?—preguntó la muchacha, a punto de sacar una risita de su boca.

Thomas y Lucie observaron de una manera rara a la pelinegra, ya que se les hizo raro que usara esa palabra para referirse al menor.

—¿"Corn"?—le musitó Lucie.

—Necesitaba colocarle un apodo bonito, creo que nadie le ha puesto uno en su vida—le respondió entre susurros.

—Estoy algo confundido—confesó, acomodándose la bufanda—, se supone que ustedes eran un grupo de cinco... ¿Donde están los otros dos?

El lugar se vio sumido en un muy incomodo silencio, Lucie y sus amigos bajaron la mirada, sintiéndose algo mal por el hecho de que Penelope y Jayson ya no estaban más en su grupo, sobre todo la castaña, la cual sabía la verdadera razón de todo eso, observó por unos momentos la ventana, notando a un pequeño gato pasando por la calle de al frente.

La muchacha de cabellos marrones soltó un suave suspiro, a punto de revelar la razón de porque decayeron por unos momentos.

 —Penelope y Jayson están...

—Desaparecidos—le interrumpió Casey—, desaparecieron en la fiesta que se hizo en el bosque...

Lucie simplemente se quedó callada, dándose cuenta que si Casey no la hubiera interrumpido, hubiera revelado toda la verdad que la pelinegra ni los otros conocían, exhaló bastante aire, tratando de calmarse, ya que al darse cuenta de lo que había pasado su sangre se había helado por varios instantes.

—Sí...—reiteró Lucie, tratando de seguir con aquella mentira—, hubieron varios equipos de búsqueda en el bosque la semana pasada, pero no lograron dar con ellos...

—Nosotros quisimos ir, pero estábamos castigados para ese momentos,así que hemos dejado que los adultos se encarguen—aclaró el castaño.    

—Huh... Perdón—Connor bajó la mirada, algo avergonzado.

—¡No hace falta que te disculpes!—le sonrió Thomas—, no lo sabías.

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