Capítulo 9

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El hombre que se encontraba atrás del risueño simplemente ladeo la cabeza, se podía notar como fruncía el ceño, pero sin ojos, ni boca, ni otras cosas que una cara común poseía, no se podía saber con exactitud que expresión hacía.

—¿Un regalo?

El hombre se encontraba vestido con ropas elegantes, la mayoría de estas eran negras, exceptuando su corbata y la camisa de abajo, la cuales eran roja y blanca, respectivamente. El señor era un poco más alto que el que estaba sosteniendo la tarta, y tenía varias extremidades al igual que el otro, casi como un pulpo.

El risueño, era casi igual a el, exceptuando sus rojas coloridas, las campanas en sus extremidades de la espalda y el hecho de que este sí poseía una cara completa y una piel con color, la cara que el otro no tenía, ya que solamente tenía una cara y un cuerpo blanco en su totalidad.

El más enano sólo asintió varias veces, mientras que agarraba la tarta con sus dos manos, y con una de sus extremidades agarraba la nota, se le veía un tanto emocionado, ya que nadie nunca antes les había traído un regalo.

—C-¡Creo que es de la chica que salvaste la semana pasada!—tartamudeó, estaba tan emocionado que siquiera podía hablar bien.

Era cierto, esa historia se había difundido entre los conocidos de ambos muchachos, y todo había sido un rumor, hasta que el más alto había llegado y tuvo que aclarar los rumores.

El risueño agarro suavemente la nota y se dispuso a leerla, mientras que el otro no parecía muy convencido por el regalo, sólo estaba algo malhumorado por el grito que había aturdido su bosque minutos atrás.

—"Señor del bosque, gracias por haberme salvado el día de la fiesta, fue una acción muy gentil de su parte...  —leyó, tratando de imitar una voz femenina, cosa que no salia muy bien—. Como muestra de agradecimiento, hice esta tarta de mora junto con mi amiga y mi madre. Perdón de antemano si usted es diabetico. Atentamente, Lucie Smith".

—Hm, esa chica... Recuerdo que las personas que la iban a matar estaban haciendo un sacrificio para mi—aclaró, mientras que acomodaba su traje.

—Aw, tarta de moras—se quejo un poco el colorido, ignorando completamente al otro—A mi me gustan más las de manzana... ¡Pero es algo muy bonito de su parte! aunque le falta un trozo, ¡pero no importa!

El risueño se metió la nota en un bolsillo que se encontraba en su ropa, mientras le quitaba con delicadeza el plástico, cuando recordó que el regalo no era para él, era para su hermano.

—¿No quieres?—inquirió, mientras miraba al alto.

—Recuerda que yo sólo como cuando necesito, no cuando quiero.

—Ah, cierto—rió por lo bajo—, porque: "comer cuando se quiere es una total perdida de tiempo", según tú—imitó la voz del hombre, soltando una carcajada.

El alto simplemente susurró algo en voz baja, para luego darse media vuelta, queriendo regresar al lugar donde antes estaba, su hermano, por otro lado, se quedó por unos momentos, cortando con uno de sus tentáculos una porción grande de la tarta, quería probarla, pero apenas notar que su acompañante se iba, rápidamente lo siguió, con el pedazo de tarta que cortó ahora en sus manos.

—Creo que le daré un pedazo a Offendy—le habló, con una pequeña sonrisa.

—Ajá.

—Mgh...—se irritó un poco, no le gustaba la actitud de su hermano—, ¿por que actúas así? ¡Hermano, tienes una admiradora!

—No creo que sea una admiradora—explicó—. Sólo es alguien que esta agradecido, ni siquiera me conoce.

El risueño simplemente soltó un suspiro, bastante indignado, mientras le daba un pequeño mordisco al pedazo de la tarta que había sacado, quedando fascinado por el sabor.

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