Puente De Hidrógeno » SuChen

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Resumen:
Jongdae no siente lo suyo como algo lo suficientemente fuerte, aún cuando Junmyeon piensa que nunca lo dejará a la deriva.

Género: Drama, SuChen!Broken, Romance, Slight!Angst.

Extensión: 1.3K.

Autor: BeLight17.

''Cuando la temperatura se eleva''

Jongdae llega a casa, la cena no está lista, el salón está desordenado y ve un bulto moverse en el sillón bajo las frazadas (que están ahí desde hace un mes) en torpes maniobras que culminan con un Junmyeon en el suelo y una mueca de molestia en su rostro; el espantoso olor a alcohol recién es percibido por su nariz.

No se sorprende ni empieza a sermonear a Junmyeon, solo camina hasta su habitación y escucha los pasos apresurados de su esposo perseguirlo hasta que sus débiles brazos lo rodean en un abrazo que lo sofoca.

Hay una sensación, un pequeño revoltijo en su estómago que creyó había muerto. Sonríe un poco, aún no está completamente destruido.

– J-Jong~

O eso espera.

Junmyeon está tan borracho, sus pies tropiezan y solo ríe mientras se frota contra su espalda. Parece un niño en busca de afecto, un gatito que quiere caricias. Jongdae no es precisamente del tipo cariñoso.

O del tipo que aguanta las tonterías de su esposo.

– Ya sabes dónde dormir hoy. Buenas noches, Jun-

El mayor ya está dormido colgado de él, impidiéndole moverse sin que se caiga y él deba levantarlo nuevamente. Así que se resigna, como puede lo lleva a su habitación, lo coloca en el centro de la cama, lo arropa, toma unas frazadas limpias y se dirige al sillón para descansar; no sin antes haber rociado perfume para alejar ese horrible olor.

Olor al que tristemente está acostumbrado.

Suspira y reconoce que el revoltijo de hace rato no era bueno, no era amor.

Era repugnancia.

Esa sensación es tan familiar ahora. Tan dolorosamente conocida.

Cuando se casó, hace cuatro años ya, nunca pensó que alguien tan fino, pulcro e intachable como Kim Junmyeon se escondería en botellas y botellas de alcohol tras enterarse de la boda de su antigua novia y amor de su vida, Bae Joohyun.

Porque no, él no es la persona especial de Junmyeon. Ni siquiera se acerca un poco y eso lo frustraba aparte de enfurecer un poco más a su pequeño esposo.

El que Jongdae sea medio hermano de la razón de sus desdichas no ayudó a Junmyeon a tranquilizarse al enterarse de la noticia a través de un par de conocidos. Myeon solo recordaba su matrimonio arreglado con Jongdae, la infidelidad de Joohyun con su antiguo chofer y la familia feliz que él no pudo formar con su pelinegra favorita y que se vio en la obligación de construir junto a su ex mejor amigo.

Ex, porque fue Jongdae el que propuso el matrimonio y Junmyeon no se lo perdonaría nunca.

Jongdae lo amaba en ese tiempo, lo amaba tanto como para ser egoísta y ayudar a Joohyun a escapar junto a su chofer cuando ella se lo confesó entre lágrimas. Y no la apoyó por ser buen hermano, no por buscar la felicidad de otros sino la suya propia.

Porque Jongdae deseaba tanto tener a Junmyeon para sí mismo que nunca pensó en titubear al comprar los pasajes de avión para su hermana y su amante rumbo a Japón dos días antes de su fiesta de compromiso. Fue él quien consoló a Junmyeon así como fue quien lo apuñaló en la espalda en la fiesta de compromiso al trazar un plan que solo lo haría feliz a él; obligando a sus padres a continuar con la fusión de las empresas familiares casándolo con Kim Junmyeon y consiguiendo la felicidad que su corazón anhelaba.

Aunque aquello fuera solo una mentira.

Junmyeon no era un buen esposo. Le era infiel todas las noches con mujeres pelinegras y agraciadas que despertaban en la calle debido a que él mismo se encargaba de echarlas de su hogar (ya que Junmyeon era lo suficientemente idiota como para traerlas a la casa y tener sexo en su propio salón), no ayudaba con los gastos de la casa y siempre se ausentaba en las fiestas importantes, navidad y su aniversario por ejemplo.

Jongdae era diferente. Él trabajaba todos los días y cocinaba para Junmyeon sin falta. Le perdonaba cada infidelidad aunque el castaño no pidiera perdón. Acunaba sus sueños y sobornaba a algunos tipos para que Junmyeon consiguiera el trabajo que siempre quiso. Todo sin que él se lo mereciera.

Porque lo amaba y ese verbo queda tan bien en pasado.

Cuando llegó la primera borrachera, Jongdae no supo qué hacer. Fue a la boda de su hermana, la felicitó por su embarazo y sin pensarlo regresó a casa tarareando la marcha nupcial.

Junmyeon estaba en la sala, con tres botellas vacías a su alrededor y un olor espantoso propagándose en el ambiente.

– Joonggie~

Ese día Junmyeon se portó más cariñoso de lo usual. Lo besó en los labios, lo llevó a la cama y se dejó hacer en sus hábiles manos, le dijo mi vida y lloró en sus brazos al terminar con su "muestra de amor", otra mentira, tal vez el peor de los engaños. Porque mientras Jongdae adoraba cada uno de los rasgos del cuerpo desnudo de su esposo, Junmyeon susurraba el nombre de Joohyun en medio de promesas de amor que nunca podría cumplir. Jongdae estaba feliz y ese es otro verbo que queda tan bien en pasado, pues todo lo maravilloso murió al día siguiente cuando Junmyeon lo echó de la cama y se fue sin decirle otra cosa que no fuera me das lastima.

Ese fue el primer día que Jongdae lloró.

Y lo hizo no por sus palabras hirientes, no por el amor de su esposo por su hermana sino por darse cuenta de su error; porque sigue siendo egoísta y solo piensa en el daño que se causó a sí mismo.

Su matrimonio era tan inestable y débil, tan doloroso y tóxico. No eran el uno para el otro, no eran lo suficientemente compatibles y sabía que lo único que había logrado era arruinar su vida.

Lo corroboró con la borrachera del día siguiente, la del siguiente y la de casi todos los días.

Cuando Junmyeon estaba sobrio solía ser inhumanamente cruel, frío y derrochador; cuando estaba ebrio era cariñoso, dulce y generoso. Sus únicas noches de pasión fueron con el alcohol como eterno compañero, sus únicas conversaciones consistían en murmullos inentendibles, el persistente nombre de su hermana y discusiones que acababan con botellas rotas.

Jongdae lo soportó lo suficiente. Jongdae lo intentó. Jongdae quiso que funcionara.

Pero él hizo tantas cosas que lo agotaron, se cansó y decidió ser libre.

Fueron cuatro años, tres meses y veintidós días; ese verbo queda tan bien en pasado.

Ya hay una carta en la mesa de la cocina para el día siguiente, un desayuno servido y una rosa solo para la persona que amó.

Son las 7:32, Jongdae sale del lugar que pensó compartir por siempre con la persona que más quería, con Junmyeon pensó formar una familia y reparar las heridas que él mismo causó. Los verbos en pasado son sus favoritos, Junmyeon ahora forma parte de ese pasado.

Jongdae destruye su enlace, huye en busca de otra molécula que lo complete aún cuando sabe que posiblemente no encuentre ninguna.

Pero es egoísta y sonríe como hacía tanto tiempo atrás al cruzar la puerta y escuchar los gritos matutinos de Junmyeon por la inminente resaca.

Querido esposo:

Eres insoportable. La peor de las cargas que pude haber tenido en toda mi vida.
Así te amé, pero ya no lo hago, ¿te preguntas por qué?
Ocurrió lo mismo que le pasó a mi hermana: me aburrí. Porque tú monotonía es tediosa, tu olor ya no es agradable y ya no tengo por qué seguir enlazado a alguien tan lamentable.
Dame las gracias después, salvé a mi hermana de ti y me condene, ahora me salvo a mí y tú eres el único condenado.
¿Y sabes?
Salud por ello.
Espero que las botellas sean tu eterna compañera y te soporten.
Ojalá te digan palabras dulces al oído y al mismo tiempo te engañen solo por diversión, así como yo lo hice, así como Joohyun lo hizo.
Ya no me divierto, ya no te amo, así de simple.
Adiós Junmyeon.
Al fin libre y siempre egoísta, Kim Jongdae.

Love Me Right » EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora