Love Me Right » EXO

Run Away » KaiBaek

Resumen:

Kai ha sido secuestrado, BaekHyun llega al mismo lugar que él meses después. Una relación se forma, uno es el todo del otro. Ambos a la espera de su rescate.

Género: angst, au!

Extensión: 2259 palabras.

Autor:   __DivinaComedia__

Sed. Maldita sea. Sólo un poco de agua era lo que necesitaba, eso y que la presión en su frente, ojos y muñecas desapareciese de una vez por todas.
¿Dónde estaba?
Lo único que era capaz de comprender era que tenía sed, nunca antes en su vida rezó para que unas gotas de agua cayesen sobre su lengua y la refrescaran. Su garganta le molestaba.
Llorar sería un desperdicio de líquidos y ni siquiera estaba seguro de que lo podría hacer. No podía ni sollozar ni hablar.
Continuaba caminando, hacía tanto tiempo que realizaba aquello, estaba empapado se sudor y tierra que se convertía en lodo al hacer contacto con éste. Las ramas de los árboles le causaban rasguños y cayó al irregular suelo más de una vez.
Sólo podía dejar salir ligeros quejidos de entre sus labios.
Sed. Sed. Sed.
Alguien seguía haciendo presión en su brazo, seguro dejaría feos moretones o posteriores marcas en la piel que serían difíciles de quitar. Aquél no dejaba de prácticamente arrastrarlo por donde sea que estuviesen caminando. Y sí, era un aquél, lo sabía por el tacto.
Por un momento perdió el conocimiento, estaba demasiado cansado y la falta de agua no lo ayudaba en absolutamente nada.
Despertó en un cuarto, o eso supuso. Aún no podía ver nada, sin embargo, lograba palpar el piso de madera y una pared del mismo material, se sentía algo húmeda, tal vez tendría ahí mucho más tiempo del que se imaginaba. Y la verdad era que esa cabaña en medio de aquella montaña no era especialmente nueva...
—Ah... —originalmente él buscó pedir agua o lo que sea que mojara su boca e hiciese que su garganta calmase el malestar, pero, nuevamente, no podía hacer otra cosa más que quejarse y removerse tan sólo un poco, de una forma bastante incómoda y realizando distintos gestos de destemple.
Luego sintió una mano en su mejilla, tan de repente, sin esperárselo. Se asustó y, olvidando todo dolor corporal, saltó y se puso de pie buscando alejarse de quién sea que lo tocó.
—Tranquilo —aquella voz asimilaba ser de terciopelo y la más calmada, sin embargo, sin demasiado esfuerzo podías percatarte del miedo escondido en ella—. No voy a hacerte nada. —la voz se escuchaba más cerca.
Sintió algo golpear contra su pecho, el tembló por un momento y apretó sus labios antes ligeramente abiertos, luego movió un poco sus brazos. Él seguía atado.
—Oh, claro, qué tonto soy. Espera un momento. —BaekHyun seguía temeroso, realmente había dejado de confiar en todo y en todos especialmente.
Oh, aquél hombre parecía tan amable cuando le pidió ayuda al salir de la universidad... Y ahora estaba ahí, en medio de la nada y sin anda.
Sintió a aquél chico tras de sí. Se sentía tan inseguro y vulnerable. Pronto comenzó a sentir cómo él forcejeaba con la cinta que unía a sus dos muñecas.
No supo cómo, pero logró liberarlas. Dolían y seguramente estaban rojas por la irritación. Si hubiese tardado un poco más, su flujo sanguíneo hubiese terminado por cortarse.
—Gracias... —balbuceó como pudo.
—No es nada. Ven, déjame quitarte éste también. —se acercó a él y comenzó a quitar el paño que cubría su cara.
Bien. Volvió a temblar. El tono tan calmado de voz que el otro se obligaba a usar y al cual le ponía mucho esfuerzo, en lugar se hacerlo sentir a salvo, lo asustaba más. Según BaekHyun, ése chico no era nadie más que un cómplice del hombre que lo trajo a ese lugar.
Cuando aquel paño descubrió sus ojos, éstos tardaron en acostumbrarse a la luz e incluso ésta los lastimaba. Inspeccionó todo a su alrededor intentando guardar la calma. Una cama, una mesa, varias botellas de agua y comida enlatada además de otras dos puertas.
Las observó detenidamente como si así pudiese descifrar cuál era la de salida.
—Esa da al baño —el chico señaló la de la izquierda. BaekHyun sólo alcanzaba a ver el dedo con su vista periférica—. Y esa da a otra habitación...no puedes salir desde aquí. Ella está ahí y por nada del mundo te dejará ir. —el temor que emanaban sus palabras era demasiado, tanto que causó que BaekHyun tragase duro, aunque en sí, no había rastros de saliva en su boca.
—Toma. —la voz se hizo presente nuevamente, fue hasta entonces que BaekHyun le dirigió la mirada.
Era moreno y más alto que él, musculoso y con bastantes ojeras.
BaekHyun quedó con la boca abierta.
—Supongo que es ahora cuando yo debería explicarte, pero primero toma agua. —le extendió más la botella y BaekHyun no dudó ni un segundo más en recibirla.
La abrió con rapidez y comenzó a beber de ella a tragos aborazados, incluso el agua caía y empapaba su sucia camiseta.
El chico se sentó en el piso, BaekHyun imitó su gesto lentamente.
—Ella está loca, completamente desquiciada —sus ojos se perdieron—. He estado aquí por tres meses, me trajo al igual que a ti. Me hicieron caminar por horas y luego me tiró en este cuarto con olor a humedad y con bichos. Aún no sé qué quiere de nosotros... Tal vez el tenernos como unas mascotas —miró a BaekHyun directamente a los ojos por unos segundos antes de continuar. Él no podía articular ninguna expresión facial ni mirar más allá de sus temblorosas manos. Luego de otros cuántos segundos prosiguió:
—Escapar es imposible, siempre está del otro lado de la puerta, y, cuando ella se marcha, deja a ese horribñle perro... Mira —alzó la manga de su camiseta y dejó ver una cicatriz—, me mordió y me dejó esto cuando una vez intenté escapar. Y no quiero hablar de sus castigos... —sus ojos se volvieron a fundir con la nada—. Si te portas bien y haces lo que ella dice, tu existencia aquí será decente... —lo observó nuevamente mientras intentaba transmitirle seguridad.
BaekHyun abrió su boca, tal y como si fuese a pronunciar algunas otras palabras, pero luego de unos pocos momentos la volvió a cerrar y enmudeció completamente.
Quedaron en silencio por unos momentos. Era un silencio tan pesado y abrumador que harías cualquier cosa para que se fuese.
—Claro, no me he presentado. Soy JongIn, mis amigos me llaman Kai, supongo que tú también puedes hacerlo.
—Soy BaekHyun —murmuró.
—Bien, BaekHyun, ahora tú serás todo lo que tenga... —intentó sonar alegre o diverto, pero consiguió totalmente lo contrario, era tan triste.
BaekHyun intentó formar una sonrisa. Fue temerosa y casi imperceptible, pero ahí había estado. Después de todo lo que decía Kai terminaba por ser cierto, de ahora en adelante, él era lo único que tendría... Aunque no sabía del todo si esa era una buena idea.