El estallido de la pólvora en un arma de fuego, genera la ruptura agresiva del silencio en la noche, las aves salen se sus nidos, alzándose al aire, escapando de la zona. Un fuerte viento azota el lugar, golpeando los arboles hundidos en las sombras, dejando escuchar sus hojas ondear con forme el viento.
La alvina abraza con fuerza el brazo izquierdo del pelirrojo a su lado, soportando su peso con las rodillas en la fría acera, iluminada por el pilar de luz que ofrece el poste.
—Foxy ¿estas bien? —interroga preocupada la alvina, dejando un rastro de lagrimas que salen de sus ojos, recurriendo sus mejillas y finalmente goteando al suelo, mezclándose con un charco de un liquido rojizo que de poco a poco se va extendiendo.
—S-si, no pasa nada —expresa entre dientes, soportando el dolor de su herida, agarrando la zona con fuerza para frenar el salir de su fluido vital.
—Ja ja ja, vaya veo que no te rindes —exclama el agresor, bajando el arma humeante— te he dado en el brazo…es un simple disparo de advertencia, si haces algún movimiento brusco no dudaré en acabarte —amenaza ladeando un poco la cabeza dejando a la vista un gesto psicópata, ensombrecida en algunas partes por la capucha, mostrando un notorio brillar de sus ojos en un color ámbar intenso.
Meg voltea a verlo con un gesto aterrado, que un momento pasa a mostrar algo de asombro —tu… ¿Qué haces aquí? —interroga manteniendo la vista fija en él.
—Ja ja, Megan que pasa, ¿No te alegras de verme? —se inclina al frente.
—Pensé que habías muerto —alza la voz— ¿Por qué haces esto?
—En primera, no soy tan fácil de aniquilar —remarca volviendo a su posición— y en segunda, lo hago porque es divertido.
—¿Divertido?, ¡Estas loco!, ¿Cómo te atreves? —reclama soltando el brazo de su compañero, se levanta con la mirada baja y posteriormente la eleva encarándolo con una expresión airada.
—Jm, ¿Tanto te importa ese inútil? —añade moviendo la vista hacia el pelirrojo, que está arrodillado en el suelo, con la cabeza gacha, sosteniendo con fuerza su brazo herido que no deja de sangrar, manchando parte de su ropa, y zapatos que pisan el charco que le rodea.
El desconocido levanta nuevamente el arma, apuntándole a la cabeza —¡No! —exclama la peliblanca, parándose enfrente de su compañero, extendiendo ambos brazos a los lados.
—¿Qué haces?, aparta —ordena alzando la voz.
Meg niega rotundamente con al cabeza —tendrás que pasar por encima de mi cadáver para llegar hasta él —aclara decidida.
—Ya veo. —dice en tono frívolo— con que sientes algo por él ¿He?
—Él es mi amigo, el único que se ha ofrecido a ayudarme, el que no me juzga por mi aspecto, y no lo perderé ahora que apenas si lo conocí —alza derramando algunas lágrimas.
—M-meg —musita Foxy con un ojo cerrado, alzando la mirada hacia la chica que lo protege.
—Jm, pero que estupidez —comenta en seco— bueno si eso es lo que quieres entonces —no termino lo dicho, para pasar el objetivo de su arma a la alvina, quien dio un ligero sobre salto al notal el arma apuntarle.
Las orejas de Foxy se alzaron al escuchar el seguro del arma ser removido, apreta la mandíbula mientras se levanta —adiós Meg —la peliblanca cierra con fuerza los ojos, esperando recibir el proyectil. El arma es disparada, Megan se encoje de hombros al escuchar el estruendo, pero no le había pasado nada, abre los ojos y se mira el cuerpo, sorprendida al estar ilesa.
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Corazón de Hielo (Foxangle) ©
Fiksi PenggemarLa desgracia y el dolor son dos pesares con suficiente fuerza como para cambiar la forma de ser en una persona. Aquellos que lo experimentan terminan sumidos en su propia obscuridad, helándose con el pasar de los años, hasta terminar con una fuerte...