No estaba
Ella no estaba por ningún lado, el apartamento seguía igual, al menos tenían el consuelo de que no se había mudado, talvez solo salió. Les parecía raro porque justo hoy era su día libre y ella siempre se quedaba en casa con ellos...claro con ellos, y ellos no estuvieron en toda la semana. Una semana para ordenar sus ideas no fue lo que pensaron que sería, fue toda una verdadera tortura, una puta semana sin ella era demasiado y cuando por fin se cansaron y venían a buscarla no la encontraban
Llamaron a su celular unas diez veces cada uno, con cada uno de los "pip" se ponían más nerviosos, cada vez que saltaba el contestador automático sus nervios se elevaban ¿Y si le había pasado algo? Llamaron a Rainee porque sabían que ambas estaban en contacto desde que se vieron de nuevo, pero su hermana tampoco sabía nada sobre Agar, luego dijo que llamaría a Allen y Jason no quiso preguntar porque mierda tenía el número de ese tipo. Luego se encargaría de eso. A los diez minutos Rainee llamó de nuevo diciendo que Allen tampoco respondía el celular, y los trillizos comenzaron a sospechar que algo pasaba en especial cuando intentaron abrir la habitación que siempre estaba cerrada y la encontraron abierta, sabían que habían armas porque Agar les dijo pero nunca pensaron que que "algunas armas" significara TANTAS armas
En el centro había una mesa de metal y una caja grande abierta con un hueco con la forma de un arma, habían algunos lugares en las paredes que estaban vacíos pero que se notaba que antes había algo. Bien, ella había ido a trabajar y el miedo los embargó por completo
***
Pensar en ellos le afectaba visiblemente, cuando lo último que hicieron fue besarla despidiéndola para que vaya al trabajo era agradable trabajar, le daba fuerzas para empuñar una pistola y disparar porque sabía que matando a quienes mataba protegía a quienes debía proteger. Pero cuando sabía que estaba a punto de perderlos nada importaba ya, se metió en esa bodega con Allen pisándole los talones, con Máximo a la par, lo había extrañado demasiado tanto que cuando él la vio y la saludó con un beso casto en los labios ella no se quejó, luego tendrían tiempo para hablar, si salían vivos de allí. Roger iba por otro lado con más compañeros, él también quería hablar con ella, fue básicamente una orden pero Agar ya sabía cómo era, lo que le causaba curiosidad era que últimamente se estaba comportando raro
En medio del mugroso galpón estaban los tipos del club, junto a ellos tres chicas arrodilladas en el piso, casi desnudas y bastante golpeadas, tenían una correa en el cuello y de ellas salían cadenas que el hijo del jefe sostenía con una sonrisa sádica, era el mismo tipo que había dicho que quería a Agar en su cama...pff si claro, no volvería a tener sexo en su vida después de hoy. Las chicas estaban calladas pero sus ojos estaban llenos de lágrimas, sabían que estaban allí para ser vendidas a aquellos viejos asquerosos que no dejaban de mirarlas mientras que otro hombre recibía el dinero.
Una de ellas parecía una niña, era pequeña, tenía un cabello color chocolate y podía notarse que era muy hermoso aún estando todo despeinado, Agar miró a Allen y vio la rabia en sus ojos pero cuando miró a Max vio el deseo de sangre en esos ojos, miraba a la pequeña castaña con dolor, Máximo no conocía a esas chicas pero sabía lo mucho que sufrían, las dos rubias estaban a cada lado de la pequeña castaña y entre las tres acariciaban sus manos disimuladamente como si estuvieran dándose apoyo. Max juró que las sacaría de allí sanas y salvas, podía contar con todo el equipo pero sabía que Allen y Agar no se rendirían hasta acabar con todos. Después de todo él sabía elegir bien, Allen y él eran amigos desde hace años y Agar...su Agar, ya no era tan suya por lo que su amigo le había contado, extrañaría tenerla cerca y no poder tocarla pero en ella había una amiga en quien confiar tu vida literalmente
Los disparos llenaron el lugar, las tres chicas eran la prioridad, Max se encargó de ellas protegiéndolas sacándolas de allí mientras sus compañeros se encargaban de los demás. Cuando las metió a las tres en la camioneta dejándolas con un médico que siempre llevaban por si acaso, volvió a entrar ya que los disparos no cesaban. Vio como Allen parecía nervioso mientras esposaba y golpeaba a un hombre dejándolo tirado en el piso, miró hacia donde apuntaba Allen agitado y con una mirada de pánico, y entonces vió que uno de los tipos apuntaba a Agar por la espalda, imitó a su amigo rubio apuntando también él con su arma al tipo, todo paso tan rápido que ni Max ni Allen llegaron a disparar cuando Agar ya estaba arrodillada en el piso por culpa del impacto
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Nuestra Niña #2 (Terminada)
RomanceOrden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Gale, Jason y Andrew Brown con veinticinco años no han podido olvidar a la pequeña que quince años atrás robó sus corazones y al irse se los llevó dejando a tres hombres inca...