Cinco años después
La pequeña de perfectos rizos castaños corría de un lado a otro en el jardín persiguiendo a su hermano, un niño morenito de cabello azabache y de ojos celestes casi azules. Su piel era del tono de la piel de su madre y todos decían que se parecía mucho a sus abuelos paternos, en especial a Matt que era el que tenía ojos azules. En cambio la pequeña era más parecida a sus padres, castaña y de ojos mieles verdosos iguales a los de sus padres y su abuela Lía
Desde donde estaba sentada Agar veía una especie de bola enorme de niños pequeños, y es que eran un montón. Entre los dos de ella y todos los de sus amigos los adultos no podían con aquellos críos
Rainee estaba junto a ella, a su izquierda vigilando a un par de niñas rubias iguales a su padre. Y a su derecha estaba sentada Freya con un precioso bebé de un año, Max apareció de algún lado y cargó al bebé haciéndolo reír, se sentó junto a su chocolate y la besó suavemente. Se veían cada día más felices
Todo se estaba poniendo en su lugar poco a poco. Habían discusiones, grandes y pequeñas, pero siempre como familia lo superaban. Agar resultó ser una madre diferente, no carecía de su instinto maternal pero no le salía ser la madre que siempre estaba al pendiente de todo lo que sus hijos querían. Sus hijos con cinco años ya habían comenzado a ayudar en casa, en sus habitaciones específicamente.
A los trillizos les parecía que eran muy pequeños para meterlos en karate, fútbol, y otros deportes. Pero cuando descubrieron lo bien que sus hijos se la pasaban no pusieron resistencia. Y ninguno de los cuatro se perdía un solo evento, competencia o reunión en el colegio. Intentaban cada día ser mejores padres
Agar por su parte poco tiempo después de que nacieran los mellizos comenzó a trabajar junto con Max y Allen. Los nuevos chicos eran demasiado arrogantes, les recordaba un poco a sus comienzos.
En especial con Agar, el hecho de que los entrenara una mujer les dio gracia, Max y Allen habían sonreído consientes de lo que pasaría. Agar pidió que el que primero había dicho que no quería ser entrenador por una mujer se acercara a ella. A pelear con ella
En exactamente tres segundos el chico estaba con la cara pegada al piso, el pie de Agar sobre su cabeza y la otra rodilla clavada en su espalda
- Tengo años de entrenamiento, unas cuantas heridas de balas, he matado alrededor de doscientas cincuenta personas si no es que más, he tenido tantas misiones que ya perdí la cuenta, soporté el entrenamiento que tú vas a soportar, si es que lo soportas- rió, Max y Allen sonreían divertidos- eso nos haría iguales solo si tuvieras la capacidad de tener hijos, porque yo soporté un parto de mellizos y tú ni aunque quisieras
El chico se había levantado tosiendo un poco, rojo por la posición en la que estaba y odiando a Agar. Claro que con los meses se convirtió en el mejor entre todos sus compañeros y con un amor platónico hacia su entrenadora. Bueno, más de uno terminó babeando no solo por la evidente belleza de Agar sino que su personalidad y en especial cuando peleaba o la veían disparar. Se veía demasiado caliente
Y Agar se aprovechó de eso cuando sus esposos la iban a "visitar" a su trabajo. La veían ahí patentado traseros y disparando concentrada, era imposible no excitarse. Los trillizos claro que más pronto que tarde se ganaron la envidia de aquellos jóvenes apenas salidos de la adolescencia
Sonrió cuando Jason se acercó a ella, pero entonces se dio cuenta. Estaba mojado de pies a cabeza. Tenía esa sonrisa que lo delataba cuando pensaba hacer alguna travesura como un pequeño niño. Oh mierda. Cuando terminó de hacer sus conclusiones ya era tarde para escapar, él la tenía sobre su hombro desnudo y mojado, y así sin darle oportunidad de al menos quitarse la ropa y quedar en traje de baño, se tiró a la piscina con ella salpicando agua a todos
Los niños reían y ya comenzaron a meterse de nuevo en la piscina, los habían logrado sacar un rato porque estaban todos arrugaditos, Agar sospechaba que les costaría un mundo sacarlos otra vez
Jason la sostuvo contra él sonriendo a su bella mujer. Y entonces Agar escupió en su cara toda el agua que le había entrado a la boca, comenzando por un chorro fuerte y luego de un segundo apenas un poquito, Jason al notar que se detuvo abrió los ojos que había cerrado cuando ella comenzó a escupirle. Error. Ella no había terminado, le escupió las últimas gotas de agua que quedaban en su boca apretando los labios y soplando, como cuando eres niño quieres salpicar saliva a todos tus amigos porque te molestaron
- Eso último fueron tus babas- Agar sonrió inocente
- No te molestan mis babas cuando tengo que lubricar por allá abajo- susurró acariciando por debajo del agua su entrepierna que brincó de gusto
- ¿Papi que es lubricar?- preguntó la niña a Andrew que era el que estaba más cerca de la orilla de la piscina, donde estaba la pequeña
Andrew miró a su mujer y su hermano con una ceja alzada, y ellos le sonrieron como si no hubieran roto un puto plato en sus vidas
- ¡Oh por favor! ¡Mira el ejemplo que das a tus hijos White!- gritó Radley sonriendo junto a una pequeña morena que había encajado a la perfección en la familia
- ¡Agar no quiero que mis nietos escuchen esas cosas! ¡Cuida tu bocazas!
- Cariño se una niña buena y obedece a tu padre- le dijo Jason sonriendo- y saca tu mano de ahí- ella se sonrojó y volteó para salir de la piscina a toda prisa, sonriendo
Jason quedó satisfecho al verla sonrojarse, él y sus hermanos eran los únicos que tenían ese hermoso poder sobre ella.
***
QUIERO AGRADECERLES A TODOS Y TODAS LAS QUE COMENTAN COSAS LINDAS, GRACIOSAS, IDEAS LINDAS, LOS QUE ME CORRIGEN LAS FALTAS Y LOS QUE ME COMENTAN COSAS QUE PODRÍA MEJORAR DE LA HISTORIA.
En el capítulo anterior alguien comentó que le parecía un bodrio la historia. Simple. Salte de la historia, ve a tu biblioteca y elimínala.
Ahora sí es el final... Saluden a la estrellita
Y ME GUSTARÍA QUE COMENTEN ALGÚN NOMBRE PARA ELLA, NO PODEMOS SEGUIR LLAMÁNDOLA ESTRELLITA. ES COMO SI NOS DIJÉRAMOS "HUMANO" ENTRE NOSOTROS.
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Nuestra Niña #2 (Terminada)
RomanceOrden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Gale, Jason y Andrew Brown con veinticinco años no han podido olvidar a la pequeña que quince años atrás robó sus corazones y al irse se los llevó dejando a tres hombres inca...