- ¿Que es ésto?- preguntó Andrew mientras se sentaba en la barra de la cocina, Agar había insistido en que estaba perfectamente bien, que solo algo le había caído mal
- Nada- ella se apresuró en sacar de las manos de Andrew el sobre marrón
- Pero tiene tu nombre- ahora mismo se estaba imaginando un montón de cosas, estaba enferma, era un informe de una nueva misión...
- Es del trabajo, nada importante, algunos informes confidenciales sobre los nuevos reclutas. No pienses cosas amor- dejó el sobre en la barra y se acercó a él para besarlo, Andrew envolvió sus brazos a su alrededor apretándola a él
- Tenemos una sorpresa- dijo Jason cuando todos estaban tomando café, menos Agar que inventó la excusa de que últimamente la cafeína no la dejaba dormir bien, así que ella sólo se dedicó a comerse las donas mientras ellos la miraban con satisfacción, les gustaba verla comer por alguna extraña razón los hacia sentir tranquilos
- Dime- dijo ella con una mejilla muy gorda por un trozo de dona
- Si te dijeramos ya no sería sorpresa- sonrió Gale, ella hizo un mohín, por un momento olvidándose del "problema" y volviendo a ser la Agar relajada que tanto le gustaba ser con ellos. Por segundos pensando como reaccionarían ahora mismo si se enteraran. Todavía no sabía qué hacer, no iba a arriesgarse a contárselos pero el simple hecho de pensar en esos folletos de abortos le daba escalofríos, no le gustaban los niños, cierto, pero jamás se le cruzaría por la cabeza matar a uno. Y lo que ella tenía en el útero conectado con su ombligo era exactamente eso, un niño, un bebé
- Además iremos ahora- Andrew miró su reloj de oro, regalo de su esposa, y se levantó
- ¿Ahora? ¿Enserio?- sonrió ella- Ya quiero saber qué es- se levantó y corrió al baño gritando por el camino- ¡No tardo nada!
***
Los ojos de Agar estaban vendados con una tela roja atada alrededor de su cabeza. En cuanto llegaron Jason la ayudó a bajar del auto, caminaron unos pasos y la hizo girarse
- Bien te quitaré ésto- cuando sus ojos estuvieron libres frente a ella los vio a los tres sonriéndole, Andrew tenía unas llaves en la mano y se las entregó
- ¿Para que son?- las miró, no eran de un auto
- Date la vuelta cariño- y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaban en un lugar extraño, habían grandes mansiones a unos cuantos metros, muchos metros. Se sorprendió al darse cuenta de lo que encontraría al voltearse, y cuando lo hizo una hermosa y enorme mansión estaba frente a ella
- Oh dios ¿Esto...- susurró pero no terminó de hablar
- Si- afirmó Gale con voz firme pero sin dejar de sonreír- es nuestra casa, preciosa- la abrazó desde atrás y apoyó su cabeza en su hombro dejando un beso en el cuello- vamos dentro- susurró
La tomó de la mano, ella todavía asombrada mirando aquella gran casa con sus ojos muy abiertos. Ellos habían comprado una casa, una jodida mansión increíblemente hermosa. Agar no pudo evitar sentir un pinchazo de culpa en su pecho, ellos hacían todo ésto por ella y ella les estaba ocultando algo tan importante como un bebé. No iba a negar que todavía dudaba de su habilidad como madre, era sumamente protectora con Boris, pero no era lo mismo, sabía que no tenía nada en común. Pero de lo que si estaba segura era de que ellos serían unos padres estupendos y se sentía culpable por no haber hablado seriamente sobre ésto antes, ella tendría que haberles dicho que no se sentía lista para ser madre y que dudaba de que alguna vez lo hiciera. Claro que eso no habría cambiado nada, los trillizos se habrían casado con ella sin importar si quería o no hijos, aunque ellos anhelaran tanto eso
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Nuestra Niña #2 (Terminada)
RomanceOrden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Gale, Jason y Andrew Brown con veinticinco años no han podido olvidar a la pequeña que quince años atrás robó sus corazones y al irse se los llevó dejando a tres hombres inca...