Los meses pasaron rápido, muy rápido. Tanto que antes de notarlo Agar tenía una panza de seis meses, los mellizos estaban en perfectas condiciones y los padres cada día más entusiasmados
No había día en que no cumplieran algún capricho, antojo o cualquier cosa extraña que Agar pidiera. Como por ejemplo tomar todas las bebidas con un popote, era algo extraño pero ella sentía la necesidad de hacerlo, le causaba una rara satisfacción y los trillizos compraron una bolsa de cien popotes sin cuestionarla. Solo lo calificaron como cosas del embarazo al igual que los antojos casi diarios, aunque Agar debía admitir que algunas veces se aprovechaba un poquito pidiendo bombones y chocolates mientras se relajaba en la bañera que por supuesto una de las mucamas o ellos mismos preparaban
Y ese era un problema que estaba teniendo últimamente. Las mucamas eran unas zorritas busconas, eran dos castañas, una tenía el cabello más oscuro que la otra, eran demasiado amigas y con los meses el uniforme se veía cada vez más corto. Agar se preguntaba si eran tan putas como para acortarlo ellas mismas y enseñar esas flacas piernas de pollo. Claro que no ayudaba el hecho de que Agar se sentía gorda con los kilitos demás que había ganado con el embarazo, no eran demasiados, cinco o seis talvez, y estaban bien distribuidos entre su panza, pechos, muslos. Pero aún así todas las mujeres se sienten un poco desanimadas respecto a su cuerpo durante ésta etapa
Pero si Agar sabía algo con certeza era que sus hombres eran exactamente eso, suyos, porque la amaban con locura y se lo demostraban cada noche, en especial ahora con las hormonas tan alborotadas
De igual manera, esas dos seguían molestándole con sus comportamientos inapropiados y esos escotes demasiado grandes que al fin y al cabo no mostraban gran cosa, los pechos de Agar aunque no estuvieran un poco más grandes por el embarazo seguirían siendo más grandes que los de cualquiera de ellas dos
Los trillizos claramente se mantenían ajenos a ésto, ni siquiera miraban dos veces a las mucamas, no sabían siquiera sus nombres, lo único que les importaba al llegar a casa era la hermosa morena embarazada que los esperaba
Fue un día en el desayuno cuando ella ya no pudo más al ver como una de ellas al servirle café a Gale, también le ponía sus tetas en la cara. Claro que él estaba demasiado concentrado en una charla con Jason sobre un nuevo socio y no había visto a la chica ni un segundo. Pero Agar claro que lo notó, Andrew la miró confundido ante su cara de enfado pero antes de preguntar llegó la otra chica a dejar unas tostadas junto a él haciendo exactamente lo mismo que la otra pero al igual que la otra también fue ignorada
- Olvidaron su popote- les dijo Jason con un tono casual pero sin siquiera mirarlas
- Disculpe señor- dijo una de ellas con coquetería dejando un popote junto a la taza con café con leche de Agar
- ¡Rosie!- llamó Agar sabiendo que no andaría muy lejos, la mujer llegó con una pequeña sonrisa pero de inmediato se le borró cuando vio el ceño fruncido de Agar- Las quiero fuera de mi casa en quince minutos, por favor dales su liquidación y haz que uno de los guardias las acompañe a la salida- todos quedaron asombrados excepto Rosie que también se había dado cuenta del inapropiado comportamiento de ambas empleadas, la mujer sonrió hacia Agar y le guiñó un ojo
- Enseguida señora- dijo recalcando la palabra "señora" mientras miraba a ambas castañas descaradas en una implícita orden de que la siguieran, hacia meses que ella deseaba despedir a esas chicas
- ¿Agar que fue lo que hicieron para que las despidas?- preguntó Gale con curiosidad pero cuidando de no ser brusco, sabía que tenía que haber una razón para que Agar las despidiera
- ¿Acaso no lo notaban?- preguntó ella ahora indignada- hace meses que se les vienen ofreciendo, se comportan como un par de putas frente a ustedes intentando que les miren las casi inexistentes tetas que tienen, y los uniformes cada vez que los miro los llevan más cortos, hasta Rosie lo notó
Los tres se miraron entre ellos antes de reír y negar con la cabeza divertidos
- ¿De qué carajos se ríen? ¿Acaso se están riendo de mí?- sus mejillas estaban rojas del enojo que se cargaba, y eso junto a su ceño muy fruncido les daba cierta ternura a los trillizos
- No nos reímos de tí, nos reímos contigo- oh oh Andrew
- ¡¿Me ven puta y jodidamente riendo?!- gritó levantándose de la mesa con la intención de irse a arriba
- Ven aquí amor- Gale no la dejó caminar más que dos pasos cuando ya la tenía sentada sobre su regazo y dejando besos en su suave cuello
- No, ya Gale, suelta- se quejó haciéndolos reír de nuevo
- No quiero- murmuró como un niño caprichoso con la cara enterrada en su cuello pero de pronto bajo una de sus manos algo se movió, rápidamente levantó la camiseta de Agar dejando su panza al aire libre mientras él la acariciaba de un lado a otro
- ¿Qué haces?- preguntó algo enfadada todavía
- Sentí que se movieron... volvió a moverse ¿No lo sientes amor?- cuando terminó de decir eso Agar sintió una fuerte patada, se quejó
- Ahora sí, y dolió
- Sientan- Gale la giró hacia Andrew y Jason que sonreían emocionados al igual que el menor, cada uno colocó una de sus grandes manos en la abultada panza y sus hijos patearon con fuerza sacando algunos quejidos de Agar, pero a ella realmente no le importaba mucho el dolor, sus hijos se estaban moviendo por primera vez. Ellos habían estado preocupados por eso, incluso fueron a ver al ginecólogo por esa razón, un poco exagerados pero el amable doctor les explicó que no había ningún problema y que talvez solo eran muy tranquilos...bien, no estaban siendo tranquilos ahora mismo
Andrew se arrodilló y besó la panza hablándole a sus hijos
***
PENSABA PUBLICAR ANTES PERDÓN ME ATRASÉ
ESTUVE PINTANDO MI HABITACIÓN DE COLORES... EL ROJO ME QUEDÓ ROSA Y JUNTO CON MIS CORTINAS DE MINNIE MOUSE PARECE QUE VIVE UNA NIÑA DE SEIS AÑOS AQUÍ...
En fin...
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Nuestra Niña #2 (Terminada)
RomanceOrden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Gale, Jason y Andrew Brown con veinticinco años no han podido olvidar a la pequeña que quince años atrás robó sus corazones y al irse se los llevó dejando a tres hombres inca...