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Todo ya estaba listo, las motos estaban en su posición, la chica que anunciaría el comienzo de la carrera ya estaba lista, Y Hwiyoung por fin se había salido de la pista ante las peticiones de Zuho.

El de pelo rojizo se colocó su casco negro que hacia juego con su ropa de cuero, apretó la palanca del embrague para desacoplarlo. Movió la palanca de cambios utilizando su pie, y soltó el embrague.
Una vez listo los dos competidores, la chica de pequeña cintura, se puso en medio de estos dos, subió el arma paralela a su brazo y luego de unos segundos apuntó al cielo y disparo, un ruido realmente estresante y doloroso para las orejas de Hwiyoung, quien no dudó ni un poco en taparselas con sus manos a pesar de que algunos le susurraran marica. Todos comenzaron a gritar por la emoción que les provocaba las carreras callejeras, además de las apuestas que habían hecho.
Al rubio en realidad no le encantaban mucho las corridas de motocicletas, quizás si le interesaban ya que anteriormente el había tenido una, pero nada más que eso.

La carrera ya había empezado hace unos minutos y se escuchaba hablar a la gente sobre sus apuestas, algunos hacia el chico moreno bien proporcionado y otros hacia el "Dragón Rojo". Se decía que lo más probable era que el ganara, era algo así como la leyenda de las carreras clandestinas callejeras de Motocicletas. Rumoraban que aquel chico alcanzaba registros superiores a los 500 kilómetros por hora, una velocidad que nadie podía alcanzar o aguantar sin morir, el mismo había mandado a modificado su motocicleta. Su nombre era muy conocido.

El menor ya entendía el porque del respeto que le tenían al llamado "Zuho"

Y al parecer los rumores estaban en lo correcto, a lo lejos Hwiyoung podía divisar a una moto acercando rápidamente como si de un rayo se tratase, al ver el cuero pudo darse cuenta que era el chico que hace un rato lo había salvado de una pelea.

Fue el primero en llegar y levantar un gran polvo en el asfalto, seguidamente el otro chico moreno llegó. La carrera ya había terminado y como la mayoría había dicho, el chico de cabellos pelirrojos ganó, llevándose así 546.251,40 won apostados entre los competidores, el moreno tenía suerte de no haber apostado su motocicleta en ese momento.

Parecía que los dos se conocían ya que a finalizar se saludaron, obviamente ya llevando sus cascos en mano, y luego cada uno se alejó de la pista con sus respectivas motos para no molestar la siguiente carrera.

Una gran cantidad de chicas se le estaban acercando al pelirrojo parecía ser también popular entre las mujeres, aunque las rechazaba a todas, buscaba ya a alguien en particular con la mirada.

¿Acaso es un idiota?, Pensó el rubio, mientras lo observaba.
De un momento a otro mientras lo hacia, la mirada del pelirrojo se cruzó con la de el, a Hwiyoung no le importó en lo más mínimo esto, es más lo ignoró y decidió de una vez por todas mancharse de ese lugar ya que la fiesta parecía haberse acabado al empezar las apuestas al igual que las carreras clandestinas.
Empezó a caminar despacio para no perder el equilibrio, pero había olvidado algo, ¿como regresaría a su casa?, realmente no sabía en que calle se encontraba, y pedir indicaciones a esos tipos era como pedir que lo violaran.

Todo es culpa de Rowoon, pensó al recordar que lo había dejado sólo.

-¡NO ME TOQUES MALDITO BASTARDO!- Se escuchó exclamar a un tipo alto y robusto. Parecía ser una pelea.

-¡VETE A LA MIERDA!-Contestó el otro.

De un momento a otro los dos tipos comenzaron a golpearse salvaje mente la mayoría se alejaron dejándolos en un circulo, pero algunas personas comenzaron a molestarse y entraron a la pelea, luego de unos segundos todo el lugar era un completo caos.

~•~

Estaba borracho pero no era idiota, algo realmente malo estaba pasando ya que de otra manera no todos después de estar peleando entrarían en pánico y saldrían corriendo del lugar, incluyendo a los que iban a correr en la próxima carrera de motocicletas.

-¿¡QUIEN DEMONIOS LLAMÓ A LA POLICÍA!?

Sin saber que realmente pensar Hwiyoung miró hacia al rededor suyo, y era verdad, pudo divisar una patrulla de policías.

¡Mierda!

Si la policía lo encontraba allí se había jodido, no sólo por haber fumado si no por haber participado de toda actividad de la juerga ilegal, el sólo estar en ese lugar era ya un delito para el. Debía salir rápidamente de allí, ya lo sabia, ¿pero a donde?, ni siquiera sabía donde estaba parado, ¿quizás regresaría a el antro?, ¿o solo se escondería?, ¿correría?, imposible no podía concentrarse ante tal situación.

-¡Oye!, ¡Sube!- Escuchó un grito Hwiyoung. Se dio vuelta y pudo ver al chico de cabellos de fuego, este inmediatamente le tiro el casco de más que tenía a sus manos.

El rubio por reflejo lo atrapó, pero no tenía mucha confianza en aquel tipo,
no se subiría sólo porque el se lo dijera.

-No quiero - Comentó riendo con el casco aún en las manos.

-¿Crees que tienes elección?- Dijo Zuho mirando hacia atrás donde patrullas se acercaban.

El menor sin pensarlo otra vez se colocó el casco y rápidamente se acomodo detrás de zuho agarrándolo así de la cintura para no caerse, al estar totalmente listo el pelirrojo arrancó la motocicleta como si de una carrera se tratase, quizás si era una carrera, una hacia su libertad.

En unos segundos ya estaban en la avenida principal, con un sol apareciendo tímidamente entre el oscuro cielo.

Ante la rápida velocidad Hwiyoung sentía como el aire pegaba contra su rostro, se sentía vivo por así decirlo, la vista, la libertad, era perfecto y relajante, había olvidado completamente lo que se sentía montar una motocicleta.

Y gracias a Zuho lo habia recordado.


Del amor al odio, ¿Y del odio al amor? TaeHwiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora