Del amor al odio, ¿Y del odio al amor? TaeHwi

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Aquella escena en el parque, el cual realmente era un parque de diversiones, lo tenía embobado, de cierta forma no quería que así fuera pero no podía evitarlo era demasiada divertida.

-¡Hey, dije que vengan aquí!- Gritó con el ceño fruncido, pero en el fondo algo divertido, el ahora castaño mientras corría detrás de su pequeño hermano y su "secuestrador"

-¡Venga Hwi, alcanzanos si es que puedes!- Habló burlonamente BonHwa encima de los hombros del peliazul, desde allí arriba se sentía un rey y sabía que su hermano no podría regañarlo ya que antes tendría que pasar por encima de su Taeyang Hyung y nadie se atrevía a hacerlo.

¡Porque Taeyang era invencible!, o al menos eso era lo que el, a su corta edad, pensaba.

-¡Joder Taeyang para!- Exclamó Hwiyoung mientras pasaba en medio de varias personas tratando de alcanzar al mayor, sin éxito alguno.

Su respiración era agitada, lo habían tenido prácticamente media hora persiguiendolos por todo el parque de atracciones que había a unas estaciones de trenes de su casa.
A decir un increíble lugar, en especial un viernes por la tarde donde transitaba menos gente, pero tampoco se podía exagerar, aún habían personas.

En un principio el pelimarron había pensado que irían a un parque común, de esas plazas de barrio donde normalmente niños iban a divertirse en los casi idénticos juegos únicos que habían en esos lugares. Jamás se había imaginado ir a una de esas grandes ferias en la que ahora se encontraba, realmente no habia pisado alguna en toda su vida. Algo triste, pero cierto.

El Castaño siguió su paso viendo como poco a poco pequeñas gotas de sudor hacían su aparición en su rostro, su respiración ya era demasiada agitada y sus piernas no daban más. En cualquier momento caería rendido y no le podría quitar aquel algodón de azúcar a BonHwa por el cual estaban discutiendo los mayores.
Por un lado Hwiyoung insistiendo que ese "alimento" no era bueno para un niño, y por otro lado Taeyang con sus argumentos del "solo se es niño una vez", no llegaban a una conclusión así que el más alto había dejado el conflicto, pero minutos después mientras el castaño se iba al baño, el mayor aprovechó, compró el dulce y continuamente escapó corriendo de su ex pareja.

Algo realmente inmaduro, pensaba Hwiyoung.

¿Cómo un chico de su edad podía comportarse así?

De un momento a otro la graciosa escena había acabado. El pequeño con ojos vidriosos aún encima de su mayor había empezado a gimotear por la acción que había hecho.
Su algodón de azúcar había caído de su mano directo al piso, y claro como cualquier niño no tardó mucho en largarse a a llorar.
El castaño que antes llevaba el ceño fruncido empezó a culparse por el hecho de que su hermano hubiera cambiado su risueña sonrisa por una larga cara de tristeza.

Quizás debió haberlo dejado comer aquella chuchería.

Inmediatamente por instinto protector, que era raro que tuviera, trató de acercarse al de cabellos negros, pero antes de que pudiera hacerlo ya alguien consolaba al pequeño.

Su cabecita ahora descansaba en el pecho de Taeyang y su cuerpo era cargados por los brazos del nombrado ahora acurrucado gimoteando y diciendo algunas palabras no entendibles para los mayores.
BonHwa no duró mucho tiempo despierto luego de eso, y mientras soltaba pequeñas lágrimas de sus ojos, humedenciendo la polera blanca que llevaba Taeyang, se fue durmiendo y Seguidamente cayendo en un sueño profundo. Dejando a los dos ex amantes juntos en un incómodo silencio, que ninguno se animaba o intentaba terminar.

《♤》

Habían aprovechado al máximo todo el día en aquella salida, un momento de relajación bien merecido que tenía Taeyang, Hwiyoung y el pequeño BonHwa. Aunque era una lastima haberlo terminado con las lágrimas del tercero, pero no se había podido hacer nada, o si, bueno quizás se hubiese podido comprar otro algodón de azúcar, pero esa vez el castaño si hubiese asesinado al peliazul por querer causarle diabetes a su hermano.