Capítulo 10

63K 3.8K 973
                                    

Ethan: 

Lo veo todo rojo. Jamás había sentido tal sensación de opresión en el pecho y corro inmediatamente hacia el auto incendiado.

—¡Ethan!— Grita Kim —¡No hagas eso! Ese auto explotará en cualquier momento.

No la escucho. No quiero. Solo me interesa encontrar a mí novia.

—Ethan—Me susurra Tom con voz lastimosa, llegando hasta mí y tocando mi hombro —No creo que...

—Déjame Tom— Sollozo —Necesito ir a buscarla. 

No dice nada, solo me mira con cara de pena, de pérdida.

—Necesito que me hagas un favor, hermano— Le digo en un susurro, mirando a la asquerosa rata condenada de Larri.

—Lo que sea— Contesta.

—No dejes que se escape. Retenlo aquí. Yo me encargaré con gusto de él luego. Deceará nunca haber salido de las entrañas de su madre— El asiente muy serio —Me las pagará, Tom. Me las pagará todas y cada una de las que me hizo.

Sin perder más el tiempo, me acerco rápidamente al coche incendiado y sin importarme el dolor que me provoca la quemadura al tocar la ardiente puerta del auto, la abro.

Me adentro un poco y no veo mucho. Pero si escucho unos crujidos. Esto explotará en cualquier momento.

—Ethan— Se escucha una vos débil desde el interior. Una voz masculina.

Me adentro un poco más. Tapando mi nariz con mi mano para respirar lo menos posible el intoxicante humo.

Sam. Es Sam y acercándome a él, lo tomo por el hombro y lo saco.

—Kim! Ayúdame a sacarlo de aquí!— Grito.

Y sigo buscando. Al sigunte que encuentro tratando de moverse es al viejo Gabbana. También lo saco. Jake, el unico hombre de Gabanna que quedó vivo, lo sujeta y lo aleja del peligroso coche.

Yo sigo buscandola pero no la encuentro. Me desespero.

—¡Lía!— Grito desesperado —Cielo, háblame por favor.

Se escucha otro crujido, esta vez más fuerte y una Gran y fuerte mano sujeta mi hombro y me aleja del lugar lo más posible.

Un gran estallido de oye desde unos metros de nosotros. El suelo tiembla nuevamente pero más fuerte y el fuego en el coche se intensifica. Explotó.

—¡No! Lía,no por favor—Grito con desespero, un Sollozo desgarrado sale de mi garganta y las lágrimas brotan como ríos por mi rostro.

La perdí. No la cuidé bien y ahora la perdí para siempre.

Me tiró al piso y lloro como nunca lloré en mi vida. Sin importarme el que dirán, sin importarme parecer débil. Ya nada me importa. 

Unas manos suaves me ecarícian la espalda. Las aparto. No necesito consuelo. Necesito estar solo.

Unos pequeños brazos me envuelven, son cálidos y suaves ante el tacto de mis ásperas manos. 

—Cariño, no llores. Estoy bien— Me dice una dulce y melodiosa vos. La voz más cálida y bonita de todas. La voz de mi Lía.

Levanto la cabeza y la veo. Es ella en verdad. Está bien. Está viva. Sus hermosos ojitos grises me miran con preocupación. Me levanto un un poco y la abrazo. La arropó entre mis brazos, tan fuerte como si pudiera fundirla y meterla dentro de mí. Me siento en el suelo y la coloco sobre mi regazo mientras la abrazo y lloro como un desgraciado.

Mía por Completo /Siéntete Mía 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora