CAPÍTULO 3

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-¿Esta es nuestra casa?- Hayley preguntó caminando dentro.

-Mis padres están locos.- Josh susurró, mirando la enorme casa delante de ellos.

-Me encanta.- Hayley chilló. -pido la mejor habitación.-

Josh se rio en voz baja mientras miraba a Hayley subir las escaleras. Recordó cuando solía actuar así, pero eso era antes de verse obligado a crecer.

-Sólo hay una habitación.- Hayley gritó por las escaleras, mientras dejaba caer su bolso en la cama.

Josh subió las escaleras y miró a su alrededor en cada habitación, para encontrar una guardería, y una sala sin muebles.

-Por supuesto que mis padres se encuentran en el dormitorio extra.- dijo Josh, apoyado en el marco de la puerta.

-Podría tomar el sofá.- sugirió Hayley.

-No, yo lo haré. Las damas deben tener la cama.-

-Pero Josh.-

-Nada de peros.- Josh se rió. -toma el dormitorio... insisto.-

-Gracias.- Hayley se sonrojó.

-Además, este armario está lleno de ropa de mujer, en su mayoría.- dijo revisando en el interior de aquel mueble.

-Lindo.- Hayley sonrió mirando toda la ropa. -Bueno, hay algo de ropa masculina en aquella esquina.-

-Mi rincón.- dijo Josh con falso entusiasmo.

-Mira, siento todo ésto, pero tendremos que sacar el mayor provecho de las circunstancias.- Hayley suspiró sentada en la cama.

-Estaré abajo.- Josh murmuró saliendo de la habitación.

Hayley se sentó allí en estado de shock, viendo como el chico bueno y amable de antes se transformaba en este tipo enfadado que no conocía. Hayley llegó a la conclusión de que había dos partes de Josh, y pensaba conseguir su parte buena.

En la planta baja, Josh se encontraba en el balcón mirando las estrellas. No quería ser malo con Hayley, pero no podía evitarlo. Él siempre fue frío en su casa porque absolutamente odiaba a su padre. Era el hombre que había arruinado la vida de Josh y no había nada que pudiese hacer para detenerlo.

-¿Qué tienes con las estrellas?- Hayley susurró, abriendo la puerta corrediza, y caminando hacia Josh.

-Me tranquiliza, y es bueno saber que las estrellas nunca cambiarán.- suspiró volviendo su cabeza para mirar a Hayley.

-Puedo preguntarte ¿qué hice para que te fueras así? parecías tan agradable en la cena...- dijo Hayley, mientras lo miraba a los ojos.

-No has hecho nada Hayley. Te juro que si no me agradaras te darías cuenta.- dijo Josh, mirándola una vez más.

-Entonces... puedo preguntarte ¿qué pasó?-

-Es mi padre.- murmuró Josh.

-¿Qué hizo?-

-La pregunta sería ¿qué fue lo que NO hizo?-

-Realmente debes odiarlo.- Hayley dijo en tono bajo.

-Más de lo que crees- rió guiñando un ojo hacia ella.

-¿Por qué?-

-¿Por qué lo odio?-  preguntó mirando a Hayley, quien asintió ligeramente con la cabeza.

-Tengo un hermano mayor, su nombre es Nathan, Nate para abreviar. En realidad es dos años mayor que yo, mi padre tenía grandes planes para él. Se suponía que debía hacerse cargo del negocio familiar y continuar con el nombre de la familia, y  yo, en mi lugar, seguiría mis sueños, tenía otros planes.- Josh suspiró sacudiendo la cabeza.

-¿Como qué?-preguntó mientras le  tocaba el brazo.

-Nate se escapó, corrió a Florida con su novia y se casaron a los diecinueve años, ahora trabaja en un concesionario de coches y tiene un bebé llamado Juda. Él está viviendo una vida normal, lejos de mis padres, todo lo que pueda soñar, no habla de mi padre... es como si nunca hubiese sido un Farro. Hombre con suerte.- soltó una pequeña risita con sarcasmo.

-Lo siento.- Hayley susurró mirándolo.

-Está bien, pero ahora tengo que tomar las riendas del negocio familiar y producir un heredero de la familia.- Josh se estremeció.

-Hablar sobre el crecimiento a los diecinueve años.- murmuró.

-Es peor para ti, tú tienes que crecer a los dieciocho años.-

-Estoy bien.- Hayley se encogió de hombros.

-Envidio a mi hermano.-

-¿Nate?-

-Y a mi hermano menor, Zac.-

-¿Zac?-

-Sí, tiene diecisiete años, se pone a salir con quien quiera y elige la carrera que quiera seguir.-

-¿qué le gusta?-

-Música, específicamente, percusión.-Josh sonrió de lado por el recuerdo. Hayley se dio cuenta de la chispa en sus ojos cuando hablaba de sus hermanos.

-Eso es una locura.- le sonrió.

-Bueno, eso es lo que quiere e Issabel, mi hermana menor, quiere ser médico.-

-¿Qué edad tiene?- pregunto Hayley.

-Tiene 13.-

-Los quieres demasiado.-

-Lo hago y me gustaría que no tuviesen a mi padre como su padre. Entonces... ¿y tú?-

-Hija única.- Hayley sonrió.

-¿Infancia solitaria?-

-Tenía un montón de atención.-

-Apuesto a que sí.-le sonrió.

-¿Tu padre te permite tener el anillo de labio?-

-No, lo tengo encima de mí hace un par de meses. ¿Siempre has sido pelirroja?-

-No, originalmente soy rubia.-

-Lindo.-  Josh miró a Hayley  y notó su piel erizarse.

-¿Quieres entrar?- Josh preguntó.

-Seguro.-

Le dedicó una sonrisa y abrió la puerta, mientras Hayley comenzaba a subir las escaleras se giró para despedirse.

- Buenas noches.-

-Tal vez podría enamorarme.- Josh susurró jugando con el anillo de compromiso.

 

Puso el anillo en su bolsillo y se quedó dormido con una sonrisa en sus labios, la cual no tenía hace mucho tiempo.

When you let your heart winDonde viven las historias. Descúbrelo ahora