Capítulo 2: III

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III

El proceso fue mucho menos incómodo de lo que esperaban por parte de la policía, ya que mucho se manejó como alto secreto casi desde el principio. Pero la cosa cambió cuando comenzaron a llegar los medios de comunicación.

En Alfa existen diez cuerpos de seguridad, pero tres mil canales de Streaming. El escuadrón de policía A es la guardia directa del gobernador Mikaelis Privandi. Visten elegantemente y lo protegen como su ejército personal. Los escuadrones B y C Protegen el quinto piso de la ciudad y la residencia de todos los miembros del gobierno y encargados de industrias, en el cuarto piso, un lugar hermoso lleno de árboles y calles elegantes con farolillos estilo francés y calles adoquinadas.

Los escuadrones D y E son la policía encargada del orden público y el mantenimiento de la verdad. La sede donde esta policía trabaja es un edificio que abarca cuatro de los cinco pisos, y aunque los arquitectos de Alfa la llamaron la Torre de Marfil, todo el mundo le dice el colmillo. Es una edificación completamente blanca, y sus calabozos se extienden bajo tierra.

El escuadrón F se encarga de investigar los homicidios de la ciudad de manera científica, cosa que no es muy difícil cuando todo está lleno de cámaras, y hasta los platos en donde se come están conectados a la intranet. El G se encarga de los delitos informáticos, el H es un ejército extramuros, la I es un comando de aviación extramuros y además se encargan de pilotar los drones que vigilan la ciudad. La policía J es la más importante. Son los 99 agentes invisibles encargados de vigilar a todos los demás policías, nadie sabe dónde están ni quiénes son.

Cuando la policía, los medios o el Ministerio de Comunicación y Exactitud quien fuera, decidió que la versión que contarían era la acertada, entonces los medios llegaron y comenzaron a enredarlo todo. Sin embargo y aunque eso parecía malo, Martin respiró con calma, pues eso significaba que estaba detrás del aura de la versión oficial.

Los cinco reporteros de cada uno de los canales oficiales de noticias eran todos unos idiotas consumados. Todos llegaron con sus trajes formales de material sintético, y sus grupos de cámaras flotando alrededor de sus cabezas. Cada una de las cámaras eran pequeños ojos semicirculares del tamaño de un puño, que movían sus hélices de lado a lado y flotaban como abejas silenciosas que lo grababan todo. Se colocaban en almenos tres lugares alrededor del entrevistado, y así realizaban una imagen 3d en 360 grados.

Mientras los cinco preguntaban cosas muy específicas para los noticieros, uno de ellos tomaba notas para un programa de variedades. Martin miraría con el tiempo que habían utilizado el incidente para generar la opinión de varias estrellas de cine y cantantes de música pop, y así ponerlos a debatir sobre cómo hubiesen actuado si a ellos les hubiese pasado.

Junto a los reporteros estaba Miguel Strubinger. Era un hombrecito entrado en años, rubio y de tez pálida, barba tupida y con cómicos tatuajes de billetes que sobresalían por sus muñecas por debajo de sus mangas (Todos decían saber que sus brazos estaban tatuados completamente, pero nadie estaba seguro). Strubinger miraba a Martin con sus ojos rojizos y con un estilo particular mientras le hacían las preguntas. Siempre ladeaba la cara y parecía masticar algo que no existía. Daba a entender que no creía lo que le decían. Su mirada siempre era incriminatoria. Y hubiese sido angustiante la situación para Martin si Miguel no fuera el encargado oficial de torcer las historias para el gobierno. Él, además de dirigir un programa de televisión, tenía el cargo de alto ministro de la comunicación y exactitud de Alfa, lo que significaba que él estaba siempre acomodando la realidad. Además Martin tenía un papel en la ciudad bastante importante. Él dirigía uno de los laboratorios que se encargaban de realizar investigaciones científicas y militares, de generar innovaciones médicas y de fabricar nuevos productos para la industria. Se podría decir que él también era un funcionario menor del gobierno, sólo que secretamente, no simpatizaba con el mismo.

Pero a pesar de Miguel Strubinger, Martin se sintió aliviado cuando pasó el primer día. Los periodistas y la policía se mantuvieron hasta tarde rumiando versiones y preguntándolo todo. Livingshtone había pasado a ser un médico respetado a un convicto colaborador de diferentes enemigos del gobernador y según las versiones oficiales, varios grupos de terroristas del exterior del domo lo habían acompañado en el ataque. Los medios no terminaban de tener una versión oficial respecto a Kalvin, por lo que se mantuvieron discretos ante el ingeniero que dirigía el área de inyección 3D de los laboratorios Green. Peor aún fue enterarse por los medios que varios jóvenes que estaban desaparecidos desde hace semanas habían muerto en el ataque. Algunos siendo terroristas, otros siendo víctimas. Obviamente esto era falso. Ni Martin ni nadie en los laboratorios Green los había visto nunca.

Esa noche, aun con el cansancio encima, Martin bajó al laboratorio de muestras vivas en donde las tres cámaras de soporte de vital descansaban con los hermanos Bailey. Lo primero que hizo fue correr nuevamente el análisis de los cuerpos de los hermanos. El resultado fue el mismo, y saltó en la pantalla situada en la camilla. "Situación crítica, peligro de Muerte". Malkon era el más dañado de los tres, y curiosamente era el que más sencillo tenía salvarse. La máquina tenía mucho tiempo cociendo y reparando la piel y los músculos de manera mecánica –Con hilo de suturar y aguja, y algunos compuéstos de células madre- para evitar la pérdida de sangre, pero algunos órganos estaban seriamente dañados. Los gemelos habían sido prácticamente cocinados, por lo que su estado además de crítico era estacionario. No podía hacer prácticamente nada de manera natural.

Un tiempo después llegó Aris. Se sentía reclutada y responsable, además de expuesta. Martin quería preguntarle muchas cosas, su condición para los inquisidores del gobierno sería la de "Lamia" una mutante con poderes de algún tipo, aunque este término estaba más relacionado con personas con grandes deformidades que aquellos que pudieran parar ataques enemigos con la mirada. En Alfa tener alguna diferencia o imperfección genética hace que pierdas el derecho de vivir dentro de la ciudad automáticamente. Y sólo el personal de algunos cuerpos de policía sabe lo que hay más allá de los muros. Aris llegó junto al profesor, colocó el sobretodo que tenía puesto sobre una mesa y se sentó a su lado. Quería ayudar, pero no sabía cómo.

Luego de mucho sopesar sus opciones, Martin pidió a Bob correr una simulación de lo que pasaría si se le aplicaba un tratamiento a los cuerpos de los muchachos con la formula y su estabilizador "W" recién descubierto. En todos los escenarios posibles la reconstrucción y la regeneración era total, pero el factor w debía inyectarse cada cierta cantidad de horas en el cuerpo o la estructura perdería estabilidad. Martin tomó la decisión y le pidió a Bob que aplicara la formula: la base, Pomer y el Factor W.

Las horas pasaron y Martin y Aris se turnaron para salir de la sala y vigilar a los pacientes y su evolución. El tejido de Los muchachos lentamente se regeneró por completo, y el daño y las quemaduras causadas por la electricidad de los gemelos fue bajando poco a poco.

En las 24 horas que siguieron, Martin y Aris trabajaron intensamente, aunque Aris a veces se limitaba a buscar comida y café mientras el hombre realizaba el trabajo duro junto con Bob. Lo que pasó después fue que las brigadas de reconstrucción tocaron a la puerta. Cuatro cuadrillas de hombres con overoles sintéticos y máquinas que flotaban por todos lados invadieron el espacio. Esto obligó a que Ambos dejaran a Bob trabajando solo, mientras ellos se encargaban de dirigir el trabajo. Martin aprovechó el momento y descansó. Más bien cayó dormido sin posibilidades de evitarlo en una de las habitaciones que no habían resultado dañadas.

Al día siguiente llegaron los trabajadores de laboratorios Green. La rutina se abordó tímidamente, sobre todo porque muchas de las máquinas recién instaladas tenían actualizaciones en sus softwares y equipos. Lentamente Se comenzó a retomar la normalidad. Aunque Martin estaría solo sin sus amigos de años manejando el laboratorio y ayudándolo a dirigir. Por primera vez en años la tristeza lo abordó.

Fue al final de la tarde cuando Aris bajaba a la sala donde los hermanos descansaban cuando se llevó la sorpresa. Llevaba una bandeja con comida para seguir montando guardia y cuando la puerta se abrió, vio a Malkon de pie, desnudo y empapado en los líquidos que corrían por los tubos de la máquina, examinándose las manos como si no fueran suyas. La herida de su costado estaba tan perfectamente sanada que casi no tenía marcas, y sus ojos despedían un fuego violeta que lo hacían ver furioso y monstruoso. Abrió la boca, exhaló una bocanada de fuego y dio un paso hacia la puerta. Aris dejó caer la bandeja, y él casi en respuesta, cayó inconsciente.  

Los Cediks:  Libro RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora