Capítulo 2: V

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V

Las farolillas que daban ambientación al piso cinco de la ciudad hacían ver las jardineras de plantas doradas como talladas en oro sobre mármol. Algunas hojas eran azules, rojas y amarillas; muy pocas verdes. La mayoría estaban diseñadas en laboratorio para parecer mucho más hermosas de lo que a la misma naturaleza se hubiera permitido hacer, Y los dispensadores que guardaban las vías de lado y lado protegían a los pocos transeúntes que tenían permitido caminar por el exclusivo quinto piso del vacío. La mayor parte del nivel parecía suspendido en el aire, quizá como alguna broma de los arquitectos que habían construido Alfa para hacer ver que este nivel era más que un jardín, sino el Olimpo mismo.

La casa del gobernador era un castillo cuadrado y rojo, con seis torres que simbolizaban los partidos de Alfa. Había sido construido en su totalidad luego de la elección de Mikaelis Privandi, cuando por decreto se decidió que el quinto piso dejara de ser el jardín recreativo de los habitantes de Alfa y se convirtiera en el hábitat de los principales miembros del gobierno, y en especial de los miembros del partido rojo.

En una de las bibliotecas de la casa del gobernador, Miguel Strubinger se sacaba los guantes dedo por dedo y los lanzaba sobre el brazo de un sillón de cuero verde. En el asiento de al lado Ángela Vásquez, una voluptuosa mujer en una minifalda y el cabello recogido en una cola, miraba aburrida una bola holográfica con algunos informes. Desde detrás de las monturas de sus lentes de luz, que como un holograma que eran, de disolvían por momentos casi imperceptiblemente. La mujer era la asistente de Privandi, y todos en Alfa la llamaban a sus espaldas la "Cuchilla" pues tenía la fama de ser quien ordenaba las desapariciones y las ejecuciones de criminales. Privandi entró a la biblioteca. Debajo de su abrigo talar llevaba un traje de terciopelo azul que se infló levemente cuando tomó asiento en el sofá que quedaba vacío. Las trenzas de su cabello estaban atadas con una cuerda dorada, y descansaban sobre su hombro izquierdo – Strubinger, Ángela – ladró el gobernador – las inteligencias dicen que hemos subido aún más en simpatía entre la gente. ¡El incidente en Green ha sido un exitazo!.

–Satisfecho, Strubinger hizo una pequeña reverencia con la cabeza. El Gobernador prosiguió - También los llamé aquí para informarles que el Ibering que dirige el laboratorio solicitó una reunión con nosotros para darnos su informe de avances. Debe estar por llegar y quería que estuvieran presentes. – Miguel Strúbinger tomó un canapé de una charola que descansaba en una mesita en el centro del grupo y dijo antes de comerlo – Martin Iberin debe ser ejecutado. Ese negro me molesta. –Se quedó en silencio mientras saboreaba el canapé. –Mi olfato me dice que hay mucho más detrás de ese incidente. Quizá algo les salió mal.

–Quizá entonces deberíamos hacerlo público, y con mucho dolor –El gobernador sopesaba las opciones, pero Angela interrumpió – Creo Mikaelis, que deberíamos llevarlo a la Torre de Cuarzo. Le ponemos un chip que le haga sentir que está viviendo veinte años de trabajos forzados para que ame a su país y no nos traicione nunca. Así lo seguimos usando. Recuerden que está en ese puesto porque es una de las mentes más brillantes vivas. Por lo menos deberíamos usarlo para capturar a Livingshtone y a kalvin y luego lo desechamos si es necesario.

– Es una buena idea, Ángela, ¿pero cómo podemos estar seguros que el hombre no es fiel al proyecto del partido? – El gobernador sonrió mientras veía a sus compañeros. El hablar para las cámaras estaba tan introyectado en su mente que siempre estaba pendiente de lucir amable, elegante y políticamente correcto. Cuando hablaba de la fidelidad a los proyectos del partido, realmente quería decir fidelidad a él. Y tanto Ángela como Miguel lo sabían.

– Mikaelis, de verdad quisiera ejecutarlo públicamente con algo clásico. – Strubinger parecía perdiendo la paciencia. –Un pelotón de fusilamiento o algo más dramático. Tenemos mucho tiempo que no generamos un show como este en los medios. ¡Imaginen los tres mil canales sintonizados en una misma transmisión! No puedes negar que sería un excelente giro argumental para la historia de los laboratorios Green... -El gobernador pensativo y emocionado paseó los ojos por la sala, y comenzó a inflar las mejillas y a botar el aire con un ruido explosivo, una y otra vez, haciendo una mueca que él creía que lo ayudaba a pensar. Pareció pero luego añadió:

Los Cediks:  Libro RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora