SEGUNDA PRUEBA

29 4 0
                                    


SEGUNDA PARTE

–¿Por dónde? –. Le pregunto a mi compañera.

Ella me señala un lugar para salir a correr, creo que nos vamos a desviar un poco de la ruta planeada, pero primero la vida a que llegar más rápido.

–¡Corre! –. Susurra histética.

–¡No puedo estoy cansada!

Como siempre Camille me toma la delantera, los árboles están muy estrechos, temo que me suceda lo que me pasó en mi anterior prueba (que sea un callejón sin salida).

No veo a Camille, ¿Qué se hizo? Voy a morir sola, pensé que al menos iba a morir al lado de alguien <<Helen, deja de ser tan dramática>> me regaño.

–Por aquí, estúpida. –me dice mi compañera desde un escondite de arbustos que ella misma diseñó. Creo que aquí no nos van a encontrar, nos sentamos decidiendo descansar un poco más.

Nuestras respiraciones se escuchan muy fuerte, luego de unos minutos de pánico descubrimos que "El cíclope" se fue de este lugar, al menos ya no se escuchan sus gruñidos.

– ¡Qué susto! –exclama Camille –. es mejor que nos apartemos de este lugar, es muy peligroso quedarnos.

Justo antes de salir de nuestro escondite, sentimos que algo hala las plantas hacia arriba, ¡Nos descubrieron! Tratamos de correr, pero nos es imposible; debemos de luchar contra el Cíclope.

Camille saca su látigo, sin dudar ni un instante en lanzarse contra el gigante, saco mi espada y voy en busca del ojo del monstruo, ese es su punto débil (según las películas).

Mi compañera tira de su látigo con fuerza, pero nuestro contrincante es mucho más fuerte y grande, creo que mide unos dos metros. Me balanceo hacia él, trato de cortarle alguna parte del cuerpo, es inútil es muy fuerte e hizo que cayera a unos cuantos metras atrás ¡Ya me hizo enojar! Me repito furiosamente, creo que mi espada ganó más brillo y poder.

Camille con su poder saca varias ligas de un árbol, intentando amarrar a este. <<¡Lo logré!>> exclama, es mi turno de atravesar con mi espada ese lindo craneo. Un rugido más fuerte que el de antes resuena en el aire, ¡es demasiado fuerte como para soportarlo!

Si pensabamos que el otro era grande, este es un gigante.

–Helen, tú a ese –dice señalandome al cíclope más pequeño –. Y yo al grandote.

–Bien, Ya eres mío –indico a Camille y a mi oponente, él solo gruñe <<Vaya que si tiene mal aliento>>

Me lanzo contra el más pequeño, estoy segura de que con unos golpes puedo acabar con él, estoy a unos metros de clavarle mi espada en su frente, con un movimiento rápido se suelta de de los amarres que hizo mi compañera, con gran facilidad estiende su palma para pegarme, caigo contra el suelo y comienza a aplastarme con su píe, una y otra vez, el líquido escarlata y espeso comienza a emanar de mi boca, con su sabor metálico...

<<¡No pienso perder!>>

Ruedo hacia mi derecha, antes de que pueda darme otro pisotón en mi estómago.

Me lanzo nuevamente con mi espada brillando más que nunca, paso mi espada por su cara y antes de que llegue pone su mano para defenderse, solo logré cortarle un dedo.

Camille tira el látigo y con sus ráfagas de viento corta la cara de su grande oponente, la rabia se nota que sale por cada poro de los cíclopes; luego sube por su espalda ayudandose de su liana, lo toma por el cuello y hala fuertemente, el monstruo no puede con el dolor cayendo directo al suelo, luego de unos segundos el gigante se levanta tambaleandose para coger a Camile como si de una muñeca se tratase, luego cae al suelo...

Renacer el despertar de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora