1. Nueva York

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Ya ha pasado bastante tiempo desde que una de mis compañeras de instituto había recibido su carta de aprobación para entrar a la Universidad, ya la mayoría la tiene, menos yo.
Cuando hice la audición, tengo que ser sincera, me fue fatal. Una de las baquetas se resbaló de mi mano pero eso no me detuvo a continuar. Ellos percibieron ese pequeño detalle y se retiraron diciendo que esperara su respuesta en dos semanas; ya han pasado dos y media.
Mi madre me dice que sea realista, que lo único que hago es hacer ruido y que eso no me garantiza que un futuro estable. Pero lo que hago va más allá de "hacer ruido".
Mi padre sé que estaría bastante orgulloso si logro entrar, él me apoyaba a perseguir mis objetivos. Me enseñó a tocar la batería y me regalo la que él tenía de joven.
Creo que con su repentina muerte tocar la batería era como poner limón a la herida abierta que tenía mi madre. Amenazo con que la tiraría si seguía tocando lo cual no hice, era una manera en la que me sentía cerca suyo. Después de un año mi madre me dejo conservarla.
Cada mañana, desde que me presenté en la audición revisaba el correo, y cada día sin triunfo, he perdido esperanzas de entrar. "Tal vez se retrasó el correo" me decía, quería ser optimista pero no había manera.
Esta mañana no lo revisé, sabía que no tendría éxito, este día no lo hacía diferente a los demás. Así que solo vi los sobres que mi madre había puesto sobre la mesa a lado de la puerta.
— ¡Mi cielo!—Besó mi frente—Que bueno que bajaste, el desayuno ya está listo.
—Gracias—Sonreí cabizbaja.
— ¿No vas a revisar el correo hoy?—Levanto mi cabeza, seguramente mi expresión era de completa desilusión. Solo negué—Siempre hay más opciones...
—Pero yo no quiero otra opción—Respondí molesta. Me aleje y camine en dirección hacia el comedor donde seguramente estaba esperándome Alex y su padre.
Mi relación con Alex no era muy buena, la mayor parte del tiempo que compartíamos nos llevamos un mal comentario o simplemente nos ignorábamos. Ellos llegaron a nuestra vida un año y medio después de que mi padre muriera.
— ¡Buenos días Kara!—Dijo el hombre con algo de comida en su boca, sosteniendo una taza de café y con sus ojos en lo que parecía ser un periódico.
—Buenos días—Contesté. Me acomode en una silla y serví un poco de comida en mi plato. Pasamos unos minutos en silencio.
—Y dime Kara... ¿Ya recibiste tu carta de la universidad? A Alex le llegó esta mañana, ¡logro entrar! ¿no es increíble?—Me molestaba cuando me restregaban en la cara los logros de Alex.
—Que gusto—Le dije. A mi poco me importaba si ella había recibido su carta.
—Sí... es normal estar celosa, de cualquier forma aunque entraras no serias nadie y más si te vieron tocar con esa... cosa—Señaló la batería de mi padre. Podría haberle dicho que no audicioné con ella pero no valía la pena contestarle, así que solo la ignoré.
Minutos después mi Madre entró, se sentó y comenzó a comer no sin antes decirme que le trajera las llaves de la camioneta las cuales estaban en su habitación.
Subí, me indicó que estaba dentro de la cajonera a lado de su cama, había dos cajoneras, en una de ellas estaba un retrato de nosotras junto con mi padre, lo eché a la suerte y revise primero aquel en el que se encontraba la fotografía. No tuve éxito pero algo más llamo mi atención.
Un sobre con el logotipo de la Universidad de Nueva York a la quería entrar. La abrí rápidamente.
¡Me aceptaron! Tanta fue mi emoción que grite; mi madre me pregunto si estaba bien y oír su voz me hizo reflexionar, que todo este tiempo ella tuvo esta carta, que me mintió.
Bajé molesta hasta la cocina.
— ¡Kara! Que distraída, las llaves estaban junto a las cartas que llegaron esta mañana—Me molesto aún más que me sonriera como si nada—Siento haberte hecho subir.
— ¿Y no sientes no haberme dado esto?—Levante la carta y su rostro cambio a uno sorpresivo, no decía nada, pero no hacía falta, la respuesta se daba por sí misma—Si, eso pensé. ¿Por qué me lo ocultaste?
—Lo hice por tu bien. Kara no tenemos el dinero suficiente para enviarte hasta Nueva York.
— ¿Por mi bien? ¿Lo dices en serio? Si tienen dinero para enviar a Alex a su escuela de Medicina en Europa ¿Cuál es la diferencia?
—Porque la meta de Alex es más realista Kara.
—Eres increíble—No podía creer las palabras que habían salido de la boca de mi madre.
—No vas a estudiar ahí, ¿Entendido?—Seguido de eso tomo la carta y se dirigió hacia la cocina para después quemarla en la estufa.
No dije nada y subí a mi habitación.
— ¿Ya te vas a ir a llorar?—Dijo Alex riéndose desde su asiento. Nuevamente la ignoré.
En verdad era mi sueño poder estudiar en aquella Universidad de Nueva York. Ya que no tenía un teléfono tuve que caminar hasta la casa de mi amiga la cual había entrado igual y me había dicho que en el momento que recibiera mi carta fuera con ella con quien la abriera; lamentablemente esa carta ahora está hecha cenizas.
— ¡Kara! Que sorpresa encontrarte aquí—Me abrazo y luego me invitó a pasar.
—Kara que bien verte, tiene tiempo que no venias—Esta vez dijo su madre saludándome.
—Gracias, igual me da gusto verla—Me invitaron un poco de agua y nos sentamos en el sofá.
—Y bien... ¿Ya recibiste tu carta? No me digas que la has abierto sin mí—Asentí con la cabeza y con una sonrisa algo triste.
— ¡Cuanta traición Danvers! ¿Si te aceptaron cierto?
—Si.
—Pensé que estarías feliz por eso. ¿Qué pasa?
—Mi madre; eso pasa—Una lágrima recorría mi mejilla—No tengo forma de ir. Y tú sabes que lo deseo demasiado y aun si es contigo.
— ¡Hey! Tu y yo iremos a Nueva York—La mire extrañada aún con los ojos cristalinos—Mi madre planeaba acompañarme a Nueva York pero podemos hacer que ella te regale su boleto, ya después nos encargamos de los demás gastos. Es un plan perfecto.
—No... Yo no... No puedo aceptar un boleto de avión. Además, dejaría a mi madre y...
—Ella va a estar bien, y tú tienes que estarlo, créeme que si te quedas aquí en uno o dos meses te arrepentirás y estarías triste sabiendo que tuviste la oportunidad de ir. Que tu madre no te detenga en cuanto a tu toma de decisiones. Y sobre el boleto, mi madre entenderá, dice que eres como una segunda hija.
—Maggie, eres la persona más increíble que he conocido, muchas gracias.
•••
Había hecho mi maleta, lamentablemente no podía llevarme la batería completa así que solo llevaba las baquetas con las iniciales de mi padre grabadas en cada una.
El vuelo partía en la noche así que no podía quedarme para la cena.
— ¡Kara! La cena ya está lista—Grita mi madre por segunda vez.
Los nervios me estaban comiendo, sentía terrible dejar a mi mamá pero era un riesgo que tenía que correr.
—Madre...
— ¿Por qué llevas en la mano esas maletas?
—Voy a ir a Nueva York, necesito que me dejes hacer esto, por favor apoya esta decisión.
—No Kara, ¿No entiendes que no quiero?
—Pero esto es lo que yo quiero, lo siento...—Salí de la casa, mi madre caminaba justo de tras de mi con pasos firmes, iba a detenerme, pero me adelanté y subí a la camioneta de la madre de Maggie.
— ¡Arranque!—Dije y voltee a ver hacia atrás.
Mi madre estaba gritando mi nombre. Nos alejamos bastante rápido, tanto que su voz dejó de escucharse y su silueta ya no era perceptible.
Maggie me abrazo y fuimos en camino al aeropuerto, donde un nuevo comienzo nos esperaba.

𝐋𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora