«Tengo que correr más rápido»
«Falta poco»Había muchas personas afuera y me estorban, tenían todo el acceso cubierto, pero a pesar de todo eso no me detuvo y como pude me abrí paso entre la gente, las cámaras, los reporteros, toda esa gente que solo está ahí para estorbarme.
Cada vez que pensaba que me encontraba más cerca de la entrada está parecía estar aún lejos de mi alcance.
Estaba desesperada, creo que el sol radiante no ayudaba mucho tampoco. Una vez mi paciencia llegó al límite, dejé de pedir permiso y comencé a empujar a las personas.
Una vez llegué a una valla metálica que se encontraba al inicio de las escaleras que continuaban hasta la mismísima puerta de la gran catedral logré ver que habían unos cuantos guardias de seguridad a unos metros de donde yo estaba.
«Si subo los escalones de dos en dos y corro lo más rápido que puedo tal vez no me alcancen»
Sonaba a una muy buena idea, pero si no lo lograba tal vez me arresten.
—¿Pero que no hace uno por amor?—Me dije y eso fue suficiente como para que me animara a intentarlo.
Sin mucho esfuerzo salte la valla y corrí, era evidente que ya había llamado la atención de todos incluyendo a los tres guardias que iban tras de mi.
Continué los más rápido que mis piernas me lo permitieron hasta que al fin había llegado. No me tomó mucho tiempo pensarlo ya que continuaba con los guardias pisándome los talones.
Abrí las puertas a mi paso, y no, no me encontré con la escena que esperaba.—Ya es tarde—Susurré al ver como Lena unía sus delicados labios con los de ese animal que estaba devorándola sin importarle que miles de personas tuvieran las miradas sobre ellos.
Lena se veía hermosa vestida de blanco, como un ángel caído desde el mismísimo cielo ya que parecía resplandecer. Algo que me sorprendió fue que sonrió acto seguido de que ese hombre quitara su boca de ella.
—¡Kara!—Dijo al verme, ella estaba feliz.
—Lena, lo lamento tanto.
—¿Lamentar que Kara?—Respondió tranquila.
Me acerqué más a ellos. Todas las miradas estaban sobre mí.
—No quise decir todas esas cosas Lena, yo...—Mis ojos comenzaban a arder, era bastante doloroso pero resistí—...debí haberte escuchado, no fue tu culpa, pero tampoco mía, son solo obstáculos que se nos presentaron y sé que vendrán muchos más pero juntas sabremos superarlos y si quieres podríamos volverlo a intentar.—Ahora me encontraba lo suficientemente cerca de ella.
—¡Kara! ¿Pero qué cosas dices? No hace falta que te lamentes—Tomó mis manos como un gesto de compasión—Existe una razón por la cual lo nuestro no pudo ser y es que no estamos destinadas a estar juntas. Solo piénsalo, tu y yo nos conocimos porque yo pasaba por un mal momento y necesitaba un consuelo, y acepto que estaba enamorada de ti pero lo qué pasó creo que dejo en claro con quien debo unirme en realidad. Así que solo me queda agradecerte por hacerme dar cuenta de que con James es con quien realmente debo estar—Me abrazo y yo no podía creer lo que había dicho, todas las palabras habían sido como una estaca clavada en mi corazón, en seguida me inmovilicé.
—Es verdad Kara, de no ser por ti esta sexy mujer no habría vuelto a mi. Gracias.«Gracias dice este tarado»
Se unió en el abrazo y eso terminó por destrozarme emocionalmente.
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𝐋𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚
FanfictionA pesar de ser de una familia de pocos recursos, Kara Danvers logra entrar a una de las Universidades más prestigiadas de música en Nueva York. Desde su corta edad comenzó a tocar la batería, no un piano, no un saxofón, no una trompeta ni tampoco un...