10. Enganchando

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Había pasado ya una semana desde que trabajaba en Dreamers, a decir verdad me encantaba este trabajo, muchas personas me pedían orientación y en otras ocasiones que les recomendara alguna banda o género.

Ordenar discos hacia que conociera a muchos más artistas. Hoy me tocaban los CD, la próxima vez me tocarían los casetes, me gustaba el ruido que hacían cuando pasabas uno tras otro en una misma hilera.

  —¡Hey Kara! ¿Puedes bajar un segundo?
Obligatoriamente llevaba puesto un chaleco color magenta el cual llevaba una etiqueta bastante visible diciendo "¡Hola! Mi nombre es Kara ¿En que puedo ayudarte?" no lucia tan mal como el uniforme de otros empleos.
  —Seguro—Baje a toda velocidad las escaleras en espiral, en ocasiones cuando nadie veía me deslizaba a través de la barandilla.
  —¿En que le puedo ayudar supervisor?—El nombre de aquel señor era Esteban, mediana edad, barba blanca y con una playera con estampados de flores que lo hacían lucir como si estuviera en la playa.
  —La clientela a la que has atendido me ha dicho que tu desempeño aquí es increíble, excepto por una señora.

Eso había sido porque su hijo no dejaba de tocar los instrumentos. Intenté decirle a su pequeño que parara, si el niño rompía o descomponía algo yo era quien debería pagar por eso y definitivamente eso saldría de mi sueldo. Todo concluyó en que el niño lloró, la señora me gritó y no compró nada, todo ese tiempo, un desperdicio.

  —Pero a excepción de eso puedo notar que te agrada mucho trabajar aquí y había estado hablando con la jefa—Lena Luthor—Sobre un posible aumento de sueldo, bueno, ella fue quien me lo propuso.

En ese momento no quería ninguna explicación o meter dudas a mi cabeza sobre ¿Por qué lo propuso? Si llevo trabajando aquí solo una semana y media, eso era lo de menos. En lo único que pienso es seguir trabajando igual porque me gusta hacerlo, la música en estos momentos es algo muy importante para mi al igual que darle un agradecimiento a Lena Luthor.

Le había contado a Maggie sobre que llegaría un poco tarde los martes y jueves ya que estaría practicando, ahora soy yo la que la esperaría con algo de comida lista.

Era miércoles por la noche y yo caminaba de regreso a la universidad, hacia frío y se sentía una leve llovizna. A lo lejos podía escuchar una persecución policiaca, o tal vez era una ambulancia, no presté mucha atención.
Para mi buena deducción del clima llevaba puestas unas botas con las cuales podía pasar por encima de los charcos, pero jamás pasó por mi mente la idea de llevar conmigo un paraguas. Poco a poco la lluvia comenzaba a intensificarse, caminaba por un muy extraño y obscuro lugar e intente apresurar mis pasos.
En fin ahí estaba yo, sin un paraguas, toda empapada e intentando ver si algún taxi pasaba.

Miraba la cera y mi sombra se hacía mas y mas grande, eso significaba que un automóvil se aproximaba, me gire von la esperanza de que fuera un auto amarillo con una pequeña luz arriba en la que se pudiera leer "TAXI". Mi suerte no fue la esperada.

Un automóvil azul deportivo se acercaba a mi, algo en mi estómago se contrajo, mi mente me llevaba a pensar distintos escenarios, ninguno de ellos en los que salga viva.

  —Buenas noches Señorita Danvers—Me dijo mientras bajaba automáticamente la ventana.
—Buenas noches Señorita Luthor.
—¿Me permite llevarla?
  —Estoy bien así gracias, no estoy tan lejos y además no quisiera mojar los asientos de su automóvil.
  —Yo insistió. Estamos a un kilómetro y medio de la Universidad y por los asientos no te preocupes.
  —En serio no...
  —Señorita Danvers, ¿Me va a hacer bajar del auto, mojarme y hacerla entrar a la fuerza?
  —Eso sería un secuestró—Rodó los ojos de manera divertida y su insistencia me hizo abordar el lujoso auto, me sentía algo incomoda, estaba sentada justo a lado de la puerta agarrándola muy tensa.
  —No muerdo—Dijo.
  —No pareciera.
  —Bien, quisiera saber mas de usted Señorita Danvers—¿Mas? ¿Ella que podría saber?
  —¿Con que fin?
  —Romper el hielo.
  —Okey, ¿Como que le gustaría saber?
  —Es menos interesante si yo te lo pregunto, mejor dime solo lo que crees necesario contarme así evitamos las incomodidades—Lo estaba pensando un poco ¿Que es lo que podría contarle?
  —Como podrá notar soy una persona demasiado sencilla, nada más extraordinario en mi, a excepción de la pasión con la que me entregó a la música.
  —¿Por qué su interés en este arte? ¿Por qué no a la pintura o la danza?
  —Por mi padre, el fue mi maestro, quien me enseñó todo lo que sabía y me metió en este gran mundo musical.
  —Quiero pensar que el es un músico excelente.
  —El era un músico que no buscaba la excelencia, no se presionaba con pensar en que podía hacerlo mejor. El únicamente lo hacía porque le gustaba expresar sus emociones a través de los golpes proporcionados por las baquetas.
  —Eso es muy... me ha dejado sin palabras Señorita Danvers.
  —Creo que es su turno.
  —¿Mi turno? ¿A que se refiere?—Tenía una sonrisa tímida.
  —Es su turno de contarme sobre usted.
  —Todo lo que quiera saber sobre mi al parecer lo puede encontrar en internet.
  —Señorita ¿Usted siempre es tan complicada? Hace unos días me aconseja poder tomarme el tiempo de poder conocerla y ahora que tengo la oportunidad ¿Me dice que lo busque en internet? En ocasiones ese medio puede ser algo engañoso, como por ejemplo que realmente no haya ganado ningún Grammy.
  —Por lo que veo si me buscaste en internet, intenté no delatarse a si misma Señorita Danvers. Y con respecto a los Grammy's yo gané cada uno de ellos con mi esfuerzo.
  —Solo bromeaba.
  —Que bromista es usted—Hizo una pequeña pausa y miro a través de la ventana—No hay mucho que decir sobre mi, los medios se han encargado de crearme una vida.
  —No logró entender a que se refiere.
  —Quiero decir que ellos crean una historia sin tener afirmaciones mías. Por ejemplo no sabía que en realidad soy Británica y nací en Irlanda; cosas así.
  —¿Entonces no eres británica?—Sonreía un poco y yo hice igual.
  —No.
  —¡Claro! ¿Como esas lindas facciones no pueden ser británicas?—¿Que fue lo que dije? Me sonroje de inmediato y bajé la vista
  —¿Tengo lindas facciones?—Levantó una ceja divertida. Balbucee un poco, me empezaba a poner nerviosa.
  —Y-yo n-no, no quise...
  —Déjelo así—Su mano se posó en mi rodilla por solo un pequeño segundo y un cosquilleo me invadió.
Baje un poco la ventana para que el aire pegara un poco con mi rostro y dejara de tener las mejillas tan calientes.
  —¿Puedo hacerle una pregunta?—Dije una vez mi cara dejaba de parecer un tomate.
  —¿Por qué no?
  —¿Por qué llamar a su tienda Dreamers?
  —Nunca nadie había mostrando interés en eso, hizo una buena pregunta Señorita Danvers. Mi madre componía canciones y cada noche, al llegar la hora de dormir ella me cantaba mi favorita "Dreamers" o "Soñadores" como quieras llamarlo. Me dijo que esa canción la escribió para mi, para que nunca dejara de soñar.—Se le notaba melancolía en sus ojos, tanta que me daban ganas de abrazarla y consolarla.
  —Me parece un gesto muy lindo—Sonrió débilmente, tomó una gran pero sigilosa bocanada de aire y justo cuando iba a hablar al chofer la interrumpió
  —Señorita Luthor. Llegamos—Miro a Lena a través del retrovisor.
  —Gracias James.
  —Bien creo que debería irme, Gracias por...
  —Espera—Me sostuvo la muñeca—Deberías llevarte esto—Por de tras de ella sacó un paraguas color negro.
  —Gracias.
  —Nos vemos mañana Señorita Danvers.
  —Linda noche...

𝐋𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora