¡Tercer mes!

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Lágrimas nocturnas, manos tomadas y Min YoonGi realmente quiere que JiMin conozca su ciudad natal.

El robot había visto cómo la pequeña familia se iba en la tarde, el padre de YoonGi lo observo por unos segundos antes de que se dirigiese hacia su esposa y a su hijo para saber quién era, el rubio realmente intentó dar una buena presentación de sí mismo, pero el hombre lo veía exactamente igual a como lo hacía la mujer. Así que de alguna manera fue un caso perdido desde el momento en el que le dijo su nombre y le sonrió.

Dudó un rato sobre si limpiar o no la casa de la mujer, pero la remota idea de que eso pudiera ayudarlo a conseguir su aceptación se esfumó en el momento en que pensó en YoonGi diciéndole que no lo hiciera, sabía que se lo diría si se lo preguntara cara a cara. La mujer tenía un carácter duro y era obvio de donde lo había sacado YoonGi, pero ella parecía mucho más reservada que su hijo así que JiMin no podía culparla si ella lo veía con ojos de desconcierto, él era un extraño y algo poco común después de todo.

Miró el techo unos cuantos minutos pensando en qué tanto tardarían en regresar y suspiró como si estuviese cansado, cerrando sus ojos finalmente para caer dormido en la cama del pelinegro.

Se despertó cuando escuchó voces y se sentó en la cama, miró por la ventana y frunció un poco sus cejas cuando se dio cuenta de que era de noche, de hecho eran las once de la noche, pocos minutos para las doce. ¿Habían pasado casi ocho horas fuera de casa?

Estuvo a punto de levantarse pero la sombra de alguien se asomó por el marco de la puerta y se adentró en el cuarto, reconoció de inmediato a YoonGi. Una mueca de preocupación se formó cuando se dio cuenta de lo cansado que lucía.

—Estoy agotado, parece ser que me extrañaron mucho por aquí así que tuve que quedarme un poco más de lo que esperaba —dijo sintiendo que debía darle una explicación al robot, este mostró una mueca de entendimiento—, no fue algo realmente divertido si me lo preguntas —soltó una risa floja mientras se masajeaba el cuello y se acercó a la cama. El saco del traje cayó a un lado al igual que la corbata.

—Hyung —lo llamó, viendo cómo se recostaba luego de quitarse los zapatos. Él se recostó a su lado, pendiente de sus ojos y rostro—, ¿está llorando? —tomó la mejilla del mayor, acariciándole y notando que estaba más fría de lo normal.

—Ya no —susurró roncamente, acurrucándose contra el cuerpo del rubio y abrazándolo—, sólo quiero dormir un poco.

—Sí, haga eso —le sonrió y se recostó a su lado, tendiendo su brazo sobre su hombro. El silencio reinó un par de minutos, hasta que JiMin volvió a abrir la boca—. Oh, ¿sabe qué hora es? —preguntó.

Min negó con la cabeza lentamente, demasiado cansado como para seguir hablando. Lo único que lo mantenía despierto eran los ojos sonrientes de JiMin que le pedían atención.

—Ya son las doce... —dijo bajito luego de esperar unos segundos—, felices tres meses —movió sus manitos de un lado a otro junto a un tono cantarín en su voz, intentando animar al pálido con ese pequeño gesto.

YoonGi lo observó en silencio antes de sonreír y acarició la cintura del contrario, su corazón empezó a retumbar y se inclinó hacia delante para apoyar su frente contra la del rubio en un acto instintivo. De repente, se sentía más tranquilo.

—Felices tres meses... —sintió sus ojos aguarse de nuevo, pero no dejó que el contrario se diera cuenta, no quería preocuparlo.

El robot lo abrazó de una manera tan humana y suave que lo hizo apretar los labios para no lanzar un sollozo, escondió su rostro en su cuello de nuevo y suspiró esperando que no se notara el temblor de su voz.

How To Train Your Robot | myg + pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora