Lección 34

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Cómo discutir y "solucionar" un pequeño problema.

El final de la semana con la llegada del domingo se hacía presente y YoonGi ahora mismo intentaba concentrarse en cocinar su propio almuerzo. Tarea difícil, teniendo en cuenta que JiMin miraba sobre su hombro con curiosidad y se paseaba alrededor de él. Sin decir nada, sólo mirando.

Los días pasaron lentamente luego de esa curiosa escena que YoonGi estaba empeñado en ignorar por completo. JiMin, por otro lado, no terminaba de entender por qué YoonGi parecía evitarlo y él buscaba acercarse de todas las maneras posibles para saber qué le pasaba. Fue fácil darse cuenta de que no estaba funcionando, no cuando YoonGi lo miraba como si le incomodara su presencia y el robot bien sabía que las personas no debían estar incómodas, no era un sentimiento bonito.

Debido a eso, JiMin intentó darle su tiempo a YoonGi; no le insistió comunicación para darle el tiempo suficiente a que el pálido se decidiera a hablarle, pero el robot no era realmente bueno con dejar de lado el contacto físico al que ya estaba acostumbrado.

—Bien, me estás poniendo nervioso —le dijo cuándo apagó la cocina, mirándolo de reojo sólo por un segundo. JiMin lo miró como si hubiese sido descubierto en medio de algo y se alejó del cuerpo ajeno.

—Uh, lo siento... —le sonrió con pena—. Sólo quería ver lo que hacía, también porque se ha estado comportado raro y estaba buscando alguna razón física que lo provocara, ¿se siente enfermo?

—No —frunció sus cejas, regresando su atención a la cocina para servirse. Su corazón empezó a latir nervioso y elevó sus hombros un poco para buscar protección—. Sólo, estoy un poco avergonzado, pero no es nada importante —habló rápido, sus mejillas calentándose cuando sintió al rubio acercarse un poco.

—¿Por qué? —le preguntó con curiosidad, aquella había sido un poco de información importante, más de la que había recibido en los días anteriores y YoonGi no podía mirarlo a los ojos—. ¿Tiene que ver con el día que SeokJin Hyung vino de visita? Desde entonces se comporta así.

YoonGi abrió la boca pero no dijo nada, tomó los bordes de su plato y se alejó de la cocina. JiMin hizo una mueca con sus labios y lo siguió, sentándose con él en el sofá justo a su lado.

—Hyung, usted no hizo nada de lo que deba avergonzarse.

—JiMin, olvídalo... —empezó a comer, concentrándose en el programa que estaban pasando como método de escape.

—¡No puedo olvidarlo si no sé lo que es~! —se quejó y se inclinó sobre el mayor, buscando su mirada—. Ese día sólo comió pastel, se fue a su cuarto y ambos nos acostamos —seguía mirándolo, buscando alguna reacción—. También creo que estuvo a punto de besarme.

Min empezó a toser.

—¡Aish, JiMin! —lo miró con la cara completamente roja—. ¡¿Estás hablando en serio?!

—¿Qué? —frunció sus cejas en duda, no sabía qué era lo que había dicho—. Lo que hizo no tiene nada de malo.

—¡Tú! ¡Tú s-sólo! ¡Aish! —dejó su plato sobre la encimera y caminó hacia el refrigerador, buscando algo para beber. JiMin no dudó en levantarse del sofá para seguirlo.

—Hyung, no tiene por qué sentirse avergonzado por algo así, tampoco me besó entonces no entiendo por qué está así —insistió en hablar del tema, el pálido se aguantó un grito de frustración y metió su cabeza en el congelador esperando morirse por el frío—. Hyung, saque su cabeza del refrigerador —le dijo en tono demandante.

—No.

El robot suspiró, mostrándose un poco cansado.

—Hyung, sé que los besos son importantes y las personas deben ser cuidadosas con respecto a quienes se los dan, también sé que pueden generar enojos y malentendidos, pero todo está bien, no estoy enojado con usted.

Finalmente Min lo encaró, su cara roja y su cabello con un poco de escarcha del freezer.

—Ese no es el problema, JiMin —sacudió su cabello, avergonzado.

—¿Y cuál es? —preguntó, sonando casi desesperado—. ¡De verdad que no entiendo por qué se está comportando distante conmigo! Yo no he hecho nada, tampoco estoy molesto, deje de ser tan dramático —dijo, haciendo un puchero.

—No estoy siendo dramático —se defendió—. El problema está en el hecho de que en serio tuve impulsos de... besarte, ¡a ti! ¡Eso no debería pasar!

—¿Por qué? —ladeó la cabeza—. Los besos se pueden dar cuando las dos personas están en mutua confianza o ambas están de acuerdo, yo jamás me molestaría con usted por algo así.

YoonGi parpadeó, sin saber cómo tomar esa información.

—¿Estás diciendo que estaría bien que te bese? —frunció sus cejas.

—Si besarme lo hace feliz entonces no hay problema —le dijo con un suspiro, casi como si estuviera exhausto por la reciente discusión—. Por favor Hyung, si tiene algún problema debe hablarlo o decírmelo al menos, no puede esperar a que yo sepa todo.

—JiMin, escucha —lo tomó de los hombros, el contrario lo miró con total atención—. Yo estoy contigo porque firmé un contrato para un experimento, tú estás conmigo sólo para aprender lo que veas, está claramente fuera de discusión algún tipo de contacto que no sea amistosos contigo y, maldición, ¡eres un robot! —se pasó ambas manos por su negro cabello—, yo no debería estar pensando en besarte o algo parecido, no se puede.

Entonces el rubio pareció entender e hizo una mueca con los labios.

—Ya veo...

—De verdad no entiendo por qué te hicieron tan lindo, mierda —murmuró, tomando el puente de su nariz y lanzando un suspiro de frustración—. Sólo dejemos las cosas hasta aquí, ¿está bien? Intentaré ignorar esto y ya.

—¿No es malo quedarse con las ganas de algo? —preguntó genuinamente preocupado y YoonGi soltó una risita—. Hablo en serio, una vez vi un programa que decía...

—Lo es, pero "quitarme las ganas" no es una opción —se encogió de hombros—. Ya pasará —JiMin hizo un puchero y YoonGi se sintió realmente atacado por ese gesto—. Te preocupas mucho por mi, ¿eh?

—Lo hago —murmuró.

—Bien, ven acá —el robot no dudo en dar un paso y YoonGi plantó un beso en su mejilla que no duró más de dos segundos, terminando con un pequeño sonido—. Listo, ganas fuera.

JiMin le dedicó una encantadora sonrisa.

—¿Ahora está mejor? —YoonGi asintió cortamente, caminando hacia el sofá después de tomar su comida.

—Sí, ya no te preocupes.

Y aquello había sido una gran mentira porque, ahora mismo, el pálido estaba deseando muchísimo besar el rostro y los labios del contrario hasta cansarse. 

How To Train Your Robot | myg + pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora